Desayuno
Hermione llegó saludando a todos muy formal y se sentó con sus amigos saludando efusivamente a Ginny
-¡Hermione! – gritó abrazándola y tirado la silla – Viktor te manda saludos, te extrañé mucho y te traje unos presentes
-Creo que es la temporada más larga que han tenido – la abrazo otra vez – igual te extrañaba
-Supe lo de mi hermano – le susurró al tenerla abrazada – ¿Estás bien?
-Muy bien – sonrió ampliamente fijándose en el semblante de Ginny – ¿Qué sucede Ginn?
-Saca la varita – murmuró – reencuentro de ex prometidos – se sentó apartando a su hermano del asiento para que su amiga se sentara a su lado –
Draco entró con su mirada altanera y el porte aristocrático que le caracterizaba quedándose estático en la entrada al ver esa rubia melena, con la lentitud de un incómodo momento todos se voltearon a verlos y ella se levantó aristocráticamente a saludarlo
-Hola Draco – hablo con solemnidad tendiéndole la mano – Te vez bien
-Astoria – estrechó su mano soltándola lo más rápido que la regla de etiqueta aceptaba – no te esperaba aquí
-Tengo... tenemos asuntos inconclusos – volteó hacia la mesa haciendo que los demás regresaran a sus pláticas – además el mismo Ministro me invitó, no podía desairarlo una vez más
-No te sientas tan especial Astoria – susurró – invitó a todos los presentes personalmente
-Nunca has superado el perder algo – sacó su lado Slytherin inyectando su veneno – no soy la excepción
-Querida Astoria – se acercó con una sonrisa de lado pegando su boca al oído – has perdido práctica con tus intentos de insulto, el mundo muggle te ha quitado práctica sobre tu aristocracia y buenos modales, así que si no quieres hacer una escena aquí, te recomiendo que esa lengua floja que tienes la guardes muy bien
-¡Hermano! – se acercó Zabinni – salúdame que tiene mucho que no me vez
-Zabinni – rodó los ojos en complicidad – te tuve de huésped obligatorio en mi mansión tres semanas
-Yo también te extraño – lo saludó alejando al mismo tiempo a Draco – vino Nott ¿Puedes creerlo?
-Eso si es impresionante – observó a la rubia alejarse en cuanto Zabinni la hizo a un lado y distrayendo su mirada lo saludó con la mano – el Ministro tiene cartas bajo la manga ¿No es así?
-No lo dudes, ven siéntate con nosotros como en los viejos tiempos – lo tomó del brazo pero el no se movió – ¿Qué sucede?
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Sempiterno (Saga Sempiterno, Libro 1)
RandomHacía rato que el sueño lo había abandonado y estudiaba meticulosamente la habitación cuando la respiración del cuerpo que yacía junto al suyo la delató, juguetonamente su mano comenzó viajar en una delicada caricia por su espalda -Oye... ¿desayunam...