Chico Bonito | Harringrove

La puerta se atranca.

Hawkins padecía bajo una ola de calor; la más fuerte de los últimos cincuenta años según alegaban los medios. Claro que teniendo a Nancy Wheeler y a Jonathan Byers en los medios, cualquier cosa podía suceder.

La gente se aglomeraba en heladerías, centros comerciales, piscinas. En el último grupo estaba Steve Harrington; tostándose bajo el sol. Bueno, más que tostándose, quemándose. Pero sentía tanta relajación de estar allí tumbado que ni una grúa sería capaz de moverle a pesar del escozor que empezaba a sentir en la piel.

Un frío logró que arqueara cada vértebra de su cuerpo, despertándole de su semi-sueño.

Alguien le había tirado una botella de lo que fuese eso encima. Alguien no, Billy, que ya se había alejado lo suficiente como para esconderse de su novio.

Entonces entendió que lo que le había lanzado "discretamente" era ni más ni menos que una botella de protección solar.

¿Hacer la relación pública? No... Ya se enteraría alguien.

Steve notó que sus mejillas también quemaban y probablemente no era por el sol. Habían pasado un par de semanas y aún no se hacía a la idea. Muy poca gente sabía lo suyo. Nancy pertenecía ese selecto grupo de personas .

Billy sabía que si no quería correr riesgos, debía mantenerse alejado. Tampoco podía correr riesgos cuando de la piel de su chico se trataba.

Intentaban parecer lo más distantes posible pero era era más difícil de lo que desearían. La gente se empezaba a preguntar por qué Steve Harrington estaba antes que nadie en la piscina, ¿tendría un romance con una socorrista que le dejaba entrar fuera del horario?

¿Y por qué Billy Hargrove había dejado de ligar con todo lo que se movía? ¿Acaso tenía una relación secreta con la novia de uno de los chicos de su equipo?

Por suerte todas las sospechas se dirigían a relaciones con el sexo contrario y no entre ellos, por ahora.

Regresando a su puesto recordó que había olvidado guardar el cloro. Camino al almacén se cruzó con la señora Wheeler, que vestía un ceñido bañador bicolor. Muy favorecedor, sí.

—Billy, me alegro de verte. No sabía que trabajabas aquí.—El californiano adoptó su pose natural de cuando una hembra se encontraba por alrededor. No lo podía evitar.

—Sí, me pareció buena idea, siempre me ha gustado nadar... Ya sabe, hacer deportes varios.—La mujer casada miró hipnotizada los ojos del chico más joven.—La he visto nada señora Wheeler, no lo hace nada mal, yo tan solo mejoraría un poco la braza.—Tocó el brazo de la mujer inclinando un poco la cabeza y dedicándole una sonrisa de ojos entornados.

—Puedes llamarme... Karen.

—Karen...—La conversación ascendía de tono, pero (gracias a Dios) fue interrumpida. Billy se giró a sentir que alguien le agarraba el brazo.—¿Harrington? ¿Quieres algo?

Steve iba a comenzar a hablar.

—Hola Steve, cariño, ¿te dio tu madre el pijama?—Karen se dirigió a Steve con todo el cariño con el que una buena suegra podría tratar al ex-novio de su hija. Steve miró a Billy incómodo, no era momento.

—Eh... No... Digo sí...

—Tela extra-suave. Como te gusta.

—Sí... Gracias señora Wheeler...—El moreno se tensó cuando adivinó a Hargrove tapándose la boca en un desesperado intento de no reír. Entonces trató de dirigirse a él esperando cortar su diversión.—La puerta del aseo está atascada, tienes que venir.

Hizo una mueca de enfado para darle credibilidad a su enojo, ya que a veces fingían seguir odiándose, sin embargo, solo provocó ternura ante los ojos de su novio.

—Bien, discúlpame Karen, seguiremos hablando de esto.

Steve arrastró a Billy hasta los vestuarios, y una vez allí se sentó en uno de los numerosos bancos.

Por suerte no había nadie allí. El tragaluz daba paso a unos muy selectos rayos de sol, que perdían toda su fuerza al pasar por el translúcido cristal de rejillas. El suelo estaba conformado por pequeños cuadrados azul marino y blanco, que alternaban los colores. En frente las duchas, y detrás la taquilla.

—¿Dónde está atascada la puerta?—Preguntó Billy apoyándose en los azulejos de la pared, frente a Steve.

—No hay ninguna puerta atrancada, idiota...—Se cruzó de brazos haciendo esa mueca de nuevo. Billy sentía que quería cogerle esa carita y...

Céntrate.

—¿Entonces qué hacemos aquí?—Sabía bastante bien qué hacían ahí. Comenzó a acercarse lentamente a él.

Hasta que se inclinó sobre él, buscando sus labios. Pero Steve le empujó hacia atrás con delicadeza, negándole el beso. Sabía lo mucho que le molestaba a Billy que le negaran un beso cuando lo pedía.

—¿La señora Wheeler, Billy? ¿En serio?—El susodicho resopló rascándose la nuca. Así que era eso...

—Tengo que disimular con algo, ¿sabes?

—¿Y tiene que ser con la puta señora Wheeler? No sé... Está Carla. Está Nicol. Está Alysha de segundo.

—No, no son mi tipo...—Se sentó junto a Steve.

—¿Y cuál es tu tipo?—Preguntó molesto, muy molesto. El rubio se desperezó sobre el asiento pasando un brazo por encima de los hombros de su novio. Vale, en los 80 ese movimiento no estaba tan explotado.

—Alto pero no más que yo...—Comenzó mirando al frente.—Moreno, ojos marrones. Inteligente pero idiota, muy adorable, que trabaje en una heladería, ah, y que duerma con pijamas extra-suaves como a él le gustan.—Le miró para disfrutar de la cara de embobado que se le había quedado.

Era su momento, volvió a inclinarse hacia delante y una vez más le negó el beso, haciendo que resoplara ansioso. Steve se levantó zafándose del agarre de Billy.

—Tu tipo suena muy bien.

Hargrove también se levantó.

—Porque es muy bueno.—Sonrió.—Tengo que ir a cerrar el cloro, acompáñame.

Caminaron hasta el almacén, que estaba cerrado con una muy oxidada puerta azul marino. Billy hizo fuerza para abrirla, y esta se abrió con un chillido casi agónico. Lo que vieron después de esto les dejó en silencio por los consecutivos treinta segundos.

El bote del cloro estaba esparcido por todo el suelo, y un montón de ratas que estaban comiéndolo se escondieron rápidamente una vez la puerta se abrió por completo. Billy recogió el cloro del suelo sin decir absolutamente nada.

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Lo querían y aquí lo tienen. Espero no decepcionar a nadie. Creo que serán dos o un capítulo por semana. Decidme qué opináis. En esta temporada veremos el lado más oscuro de los personajes.