Nothing ever lasts forever.

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Noches frescas se verano. ¿No son agradables? La brisa fría sopla con moderación, pues pocas cosas son capaces de hacerte olvidar el calor de un largo día en la piscina. Por eso esa brisa al final del día es tan sumamente importante, porque te prepara para el siguiente.

Billy maldice su mechero mientras intenta encenderlo, pero, esa brisa le apaga la llama una y otra vez. El cigarro cuelga de su boca esperando ser prendido. Esconde la punta del mechero haciendo una cuenca con su mano cerca del cigarro sin lograr hacerlo funcionar. Una segunda mano acaba de hacer la cúpula que permite que la llama se mantenga. Steve.

Steve retira su mano cuando Billy ya ha encendido el habano. Sacude el mechero para guardarlo en su bolsillo. Mira al moreno apoyado en el capó de coche, que mete las manos a los bolsillos y mira a otro lado. Ambos tienen algo que decir mas ninguno es capaz de hacerlo.

Finalmente, uno de ellos habla.

—De igual forma tengo que llevarte a casa, así que, ¿qué tal si dejamos los silencios para otro momento.—Como es de esperar, Billy da el primer paso. Quizás el tono no fue el mejor, pero no sabía hacerlo de otra manera. Steve niega a pesar de no ver ninguna otra solución.

—Mejor hablémoslo aquí, así podré coger un bus de vuelta a casa en caso de que no quiera ir contigo.—Un largo suspiro de impotencia sale de la boca del chico de California, que hace grandes esfuerzos por mantener las cosas en calma. Steve le está provocando para que se cabree.

—¿Qué más quieres hablar? Te he pedido perdón. Estoy arrepentido.

—¿Cuántas veces me has pedido perdón, Billy? ¿Cuántas?—Se aproxima de forma peligrosa al capó del coche, quedando de frente ambos.—¿Aprendes algo realmente de todas las veces que te muestras arrepentido? Siento que ya te has olvidado de todas la veces que has venido a pedir disculpas.

—No he sido el único, aparentemente...—Su novio levanta una ceja, incrédulo.

—Lo único que he hecho ha sido estar para ti, idiota. Y probablemente siga estándolo porque si hay alguien que conozco en este universo más imbécil que tú, ¡soy yo!—Niega con la cabeza dando una vuelta frente al coche, pensando.—No te pido que me alabes, ni que me des las gracias, te pido que dejes de hacerme de estas cosas, porque sabes que aunque me hagas la mayor de las putadas yo seguiré contigo.

Y no había mentira en sus palabras. Steve Harrington había desarrollado un lazo que a ojos de algunas personas era enfermizo. Puede que para él también lo fuese, pero su ceguez le impide ver algo más allá de lo que su corazón siente, pide, necesita. Billy toma su mano, algo hace click bajo esos rubios rizos.

—Entonces deberías replantearte si estar conmigo merece la pena.

Steve frunce el ceño retirando su mano.

—No te entiendo.

Lo cierto es que hay pensamientos que cuesta evadir. Pensamientos que te esfuerzas por dejar en la parte trasera de tu mente, porque sabes que recordarlos conlleva afrontarlos por el bien de tus valores, si es que decides tenerlos presentes. Bueno, lo cierto es que Billy había traído de vuelta a sus valores hace no mucho.

—Quizás estar lejos de mí te hace mejor que estarlo cerca.

—¿Estás rompiendo conmigo?

***

Notas autor.
Si has llegado aquí, recomiendo que se eche un vistazo al mensaje en mi perfil para información respecto a la continuación. Bastante cruel por mi parte colgar en el cliffhanger.

 Chico Bonito | HarringroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora