Cierro el círculo.

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Ya no quedaba un solo sonido que le recordase el lugar en el que estaba, allí, desde la acera solo sonaba el sonido de las olas, repitiéndose en bucle el tacto de la arena en la punta de los dedos. Cálida, fina, suave.

Esos cabellos rubios zarandeados por el aire que le hacían adivinar cómo podría ser el cielo si existiese. El olor de la sal entre telas blancas de su vestido.

No estaba triste. Estaba confundido.

Y también estaba sentado en la acera frente de su casa, ya no quedaba ambulancia alguna, o rastro de Max.

El sonido de las ruedas a su lado le hicieron reaccionar, levantó la vista para ver una matrícula bastante familiar.

—Hey...—La puerta del coche se cerró con delicadeza poco después de ser abierta. Steve se sentó junto a Billy, no era bueno en aquellas situaciones.—Hm... Siento lo de tu padre...

Billy levantó la cabeza y dirigió su mirada a los ojos de su compañero. Y rió amargamente.

—¿Que lo sientes? Creo que contigo no voy a tener que fingir que me duele que haya muerto.

—Tienes razón. No sé qué tengo que decir, yo nunca...—Extendió un brazo con nerviosismo, mientras que con el otro se peinaba en búsqueda de algo que hacer.—Eh... ¿Está bien Max?

—Está algo conmovida. No tienes que decir nada. Bueno, de hecho sí. ¿Has vuelto solo para darme el pésame? Porque entonces...—Se levantó y señaló la puerta del coche, invitando a Steve a marcharse. Este se quedó atónito, y justo cuando se levantó al borde de la histeria, Billy rió de nuevo, arreglando con la mano la camiseta de Steve.—Es una broma.—Pero el moreno no se rió ni una pizca.

—Billy, aunque tu padre te hiciese eso... No tienes que hacer que no sientes nada si... Si sí que te afecta. No siempre puedes tener el escudo puesto.

—No me afecta.—Alegó con seriedad.—Lo único que me duele de que haya muerto es que fuese lo penúltimo que me relacionaba con mi madre.

—¿Lo penúltimo?

—Lo último es California.—Sacó un cigarro, a la par que se apoyaba en el coche.

—¿Qué insinúas?

—Me voy. Me largo de aquí. Yo... Necesito regresar allí. Vinimos aquí porque mi padre deseaba largarse de allí. Te mentí cuando te dije que mi madre había muerto, no es cierto. Se marchó cuando yo era pequeño, no la culpo. Ese cabrón la golpeaba a diario con tal de protegerme.—Su voz se hizo más débil a medida que avanzaba hablando. Suspiró.—Y por eso mi padre se quiso marchar. Encontró a una nueva mujer, a Max, y ya estaba servido. Pero entonces no estaba mi madre para cuidarme y... Bueno, ya sabes lo que viene. No te lo cuento para que te compadezcas de mí, te lo cuento para que sepas por qué me marcho.

—Billy...—El moreno cogió la mano de Billy en un acto reflejo.—Podrías habérmelo contado desde el principio. Siento lo que te he dicho antes. Mira... No voy a dar vueltas. Quiero estar contigo, y te seguiré el ritmo. Aunque me tenga que ir a California.—En un suspiró soltó todo lo que sentía, y ya no había marcha atrás. El rubio tiró la colilla frunciendo las cejas, y todo el valor que Harrington había reunido se desvaneció en un nervioso rascado de nuca. Miró la mano de Steve, y tiró de esta, para besarle mejor, cogiendo su mejilla y su cintura.

El beso fue correspondido y roto solo para tomar aire.

—Hey... Pero aún así tendrás que buscarte un trabajo hasta septiembre.—El rubio rió depositando un último y fugaz beso.

—Casi me libro...

—Dios... Vayamos a dónde sea.—Steve se dirigió a la puerta del conductor pero Billy le detuvo.

—Steve, gracias.

—Oh, venga, no seas cursi.

Sus miradas se cruzaron y todo se detuvo. Recordando cada instante que les había llevado hasta este. Billy optó por abrazar de manera protectora a su chico.

Se sentía algo fuerte en el ambiente.

Aquello era importante, más importante que cualquier cosa que hubiese sucedido. Más importante que cualquier demogorgon enfurecido, o que el cuatro de julio. Como cuando caes en picado pero sin intención de frenar, porque a veces sabes que vas a estrellarte y aceleras. O sentir gotas frías de agua después de estar mucho rato bajo un sol abrasador. Igual.

Igual, pero no era nada de eso.

Era una palabra que cerraba el círculo.

• • •

Did you stand there all alone?
Oh I cannot explain what's going down
I can see you standing next to me
In and out somewhere else right now

You sigh, look away
I can see it clear as day
Close your eyes, so afraid
Hide behind that baby face

You can drive all night
Looking for the answers in the pouring rain
You wanna find peace of mind
Looking for the answer

Funny how it seems like yesterday
As I recall you were looking out of place
Gathered up your things and slipped away
No time at all I followed you into the hall

Cigarette daydream
You were only seventeen
So sweet with a mean streak
Nearly brought me to my knees

 Chico Bonito | HarringroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora