DÍA 8: Knife | Kiss

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✒ Trama:
Para calmar los ánimos dentro del Soukoku, Mori les ordena pelear en una sala acorazada. Sin embargo, ni el mayor adivino de todos los tiempos podía saber cómo iba a terminar aquello...

✒ Personajes:
• Nakahara Chuuya
• Osamu Dazai
• Elise
• Ōgai Mori

♦♦♦

Vale que se les conociera como el Soukoku, Doble Negro, la pareja que consiguió desarticular varias organizaciones en una noche. Vale que uno sea un anulador de habilidades y el otro haya sido un antiguo dios que puede controlar la gravedad. Pero lo que no vale es que terminen discutiendo y destruyendo media sede solo porque Dazai quiere recordar a Chuuya que es su perro hasta que se muera. Por consiguiente, Mori ha decidido que ambos entrenen juntos en una sala acorazada para que, a la hora de ir a alguna misión, vayan sabiendo de primeras cómo se va a comportar su compañero. Ya estaba harto de las quejas de los vecinos con que sus edificios habían sido destruidos…

Y allí estaban los dos jóvenes: en su primera sesión de entrenamiento/reconciliación/encarcelación/así-no-podréis-destruir-nada-más.

—Te lo advierto, Dazai. Como te acerques a mí, de corto en rodajas —le amenazó con un cuchillo.

—¡¿En serio, Chuuya?! ¡Qué amable por tu parte! —gritó entusiasmado el suicida.

—¡TÓMATE ESTO EN SERIO, MALDITO!

Se había acordado que ninguno de los dos (aunque con Dazai era imposible) podía usar sus habilidades, por lo que todo se decidiría en una pelea donde podían usar el arma que quisieran (sin llegar a matarse, obviamente). Chuuya escogió su cuchillo y Dazai…

—¿En serio vas a luchar con las manos, idiota?

—Ja —se colocó el flequillo a lo Pantene—. Tengo un arma mucho mejor: mi mente.

"Teniendo en cuenta que solo piensas en suicidarte, yo lo llamaría 'arma de doble filo'."

—Además, Mori no me deja tener ningún arma —comentó esto último con un deje de fastidio.

"No me extraña."

—Bueno…  Hagamos una cosa… La pelea termina si consigo que sueltes el cuchillo o si tú me hieres, ¿vale? ¡Estoy preparado, enano! —le dijo con una sonrisa burlona en la cara.

—¡¿CÓMO QUE ENANO?!

Chuuya se lanzó a por él e intercambiaron varias cuchilladas y esquives, sin llegar a rozarse en ningún momento. De pronto, Dazai agarró de los brazos a Chuuya, quedando uno enfrente del otro como si de un pulso se tratara.

—¿Y cómo pretendes que suelte el cuchillo, loco suicida?

—Fácil. Ya te he dicho que mi mayor arma es mi mente —sonrió con una sonrisa enigmática que no le gustó nada al pelirrojo.

De pronto, Dazai pegó sus labios a los de Chuuya, sin que este pudiese reaccionar. El usuario de la gravedad se quedó bloqueado por completo, soltando el cuchillo sin darse cuenta. Cuando Dazai se separó, este seguía de piedra.

—¡Ja! ¡He ganado! ¡Jamás subestimes mis estrategias! —y se marchó sin más de la sala, dando pequeños saltos.

A Chuuya le costó reaccionar como unas dos horas antes de ir a por él para matarlo de una vez por todas.

Mientras tanto, en una salita llena de cámaras, Mori se tapaba la cara mientras Elise comía un helado riéndose:

—Bueno, no es lo que esperabas, pero por lo menos has conseguido que se besen.

Estaba claro...

Estos dos jóvenes jamás podrán estar dentro de sus cálculos de forma armónica.

BSD || BungouTober 2O19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora