DÍA 24: Partner | Enemy

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✒ Trama:
Mientras se adentran en la madriguera de las ratas, dos jóvenes mantendrán una charla sobre lo que es ser "compañero"...

✒ Personajes:
• Atsushi Nakajima
• Ryunosuke Akutagawa

♦♦♦

Por mucho que Atsushi observara el largo abrigo negro de Akutagawa ondeando al aire en aquel túnel y por mucho que Dazai le haya dicho que, para tener éxito en aquella misión, debía confiar en él, ningún rastro de confianza nacía en su interior. Todo lo contrario: sus instintos felinos estaban alerta para cualquier indicio de que aquella tela pudiera volver a cortarle la pierna de nuevo.

—¿Ocurre algo, Jinko? —preguntó el moreno sin girarse y sin detener su andar.

—No, nada…

Y siguieron andando sin hablarse: Akutagawa siempre por delante de él.

“Seguro que en estos momentos está pensando la mejor forma de matarme sin que se entere Dazai…”, pensó el joven mientras tragaba saliva.

—Espera un momento, Jinko —se detuvo de pronto Akutagawa.

—¿Algún enemigo?

Sin previo aviso, una tira de tela creada por Rashoumon pasó al lado de su mejilla, creando un arañazo del cual goteó algo de sangre. Atsushi dio un salto hacia atrás mientras se agarraba la mejilla.

—¡Oye! ¡Sabía que no eras de fiar!

—Alguien que no cree en su compañero tampoco es de fiar.

—¿Te recuerdo que me cortaste la pierna una vez e intentaste matarme en varias ocasiones?

Akutagawa frunció el ceño, consiguiendo que un pequeño temblor amenazara las piernas del albino.

—Con mucho gusto te cortaría en rodajas y se las llevaría en una bandeja de plata a Dazai, pero la vida de mi jefe está en juego, así que no puedo perder el tiempo contigo ahora.

—¡La vida del presidente también está en juego! ¿Por qué crees que estoy también aquí?

Akutagawa soltó una risita por lo bajo.

—Dazai solo nos ha unido a los dos por el objetivo en común que tenemos: salvar a nuestros jefes. No hay nada más que nos una ahora mismo.

—Concuerdo contigo.

—Eso nos convierte en compañeros, por mucho que nos pese. 

—Pero eso no significa que pueda confiar en ti.

El azabache suspiró antes de girarse y proseguir su camino.

—Haz lo que te da la gana, Jinko… Pero intenta distinguir mejor quién es el enemigo esta vez. A mí tampoco me gusta que los ojos de un fiero tigre que quiere volver a partirme todos los huesos del cuerpo estén acribillándome todo el rato.

Tras dejarle andar unos metros, Atsushi decidió seguirlo esta vez con una distancia más prudencial.

—Oye, Akutagawa… ¿Por qué crees que Dazai siempre ha intentado unirnos?

—Hay personas que es mejor no saber qué piensan o te volverás loco. Dazai es uno de ellos, sin duda.

—¿Por qué crees en él después de todo lo que te ha hecho?

Akutagawa volvió a frenar su paso.

—Hum… ¿Por qué será? —se preguntó sin girarse—. Quizás sea porque Dazai me entregó un hogar en el que vivir. Lo mismo se puede decir de ti, Jinko… 

—Sí… Creo que por eso también creo en él…

—Da miedo pensar cómo Dazai se labra la fidelidad de sus compañeros con meras palabras. Por esta vez, quiero cerrarle la boca y hacerle saber que mi fuerza no depende de él, sino de mí mismo.

Akutagawa se giró y chocó su mirada con la de Atsushi. Dos miradas llenas de determinación.

—Hay algo que siempre nos dicen en la Agencia: dos personas se las considera compañeros cuando saben de sobra lo que piensa el otro con solo mirarle a los ojos.

—No necesito contestarte a eso, ¿verdad?

—Escuché de un dúo invencible que estuvo en la mafia… Uno de ellos era Dazai…

—El Soukoku. Sí, yo también he oído hablar de él.

—Dazai me dijo que ellos dos se entendían con una mirada… Es en esa confianza mutua entre compañeros donde reside el alma de ese dúo. Y creo que Dazai quiere que hagamos lo mismo… —explicó Atsushi mientras bajaba la cabeza y dirigía su mirada al suelo.

El mafioso cerró los ojos un momento, analizando aquella explicación.

—En ese caso, te aconsejaría que supieses diferenciar mejor a tus enemigos, Jinko.

Ambos reanudaron su camino por aquella madriguera llena de ratas, preparados inconscientemente para convertirse en el Shin Soukoku.

BSD || BungouTober 2O19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora