BSD || BungouTober 2O19

DÍA 17: Draconia | Crime & Punishment

✒ Trama:
Ambos somos usuarios cuyas habilidades consisten en robar a otros: tú las habilidades y yo las vidas...
A eso no se le puede llamar "bendición", sino más bien "maldición"...

✒ Personajes:
• Fyodor Dostoyevski
• Shibusawa

♦♦♦

—Me parece interesante observar cómo la mayoría de usuarios de habilidades hablan de estas últimas como “bendiciones”… Aunque, para personas como nosotras, sea exactamente lo contrario.

El hombre habla con completa tranquilidad a una calavera que sostiene en su mano, como si de un personaje de alguna historia trágica fuese. Su interlocutor mudo posee dos marcadas cicatrices que recorren el ojo derecho. Sin ningún tipo de miramientos, pasa sus dedos enguantados por ellas.

—Mírate. Tu habilidad simplemente consiste en robar la de los demás para que pueda entrar en funcionamiento… No eres más que un dragón que solo puede nacer robando a otros —detuvo su movimiento y alzó la vista en silencio—. Lo mismo que me ocurre a mí.

Ante él estaba detenido un hombre idéntico a él, con una gema en el dorso de la mano y sosteniendo una manzana. Tras observarse mutuamente, el clon avanzó hacia él sin ningún tipo de inseguridad.

—Ambos somos un pecado andante.

El clon se cruzó con él y se quedaron espalda con espalda, sosteniendo ambos sus respectivos objetos en el aire.

—¿Sabes por qué mi habilidad jamás se separó de mí, a pesar de tu densa niebla?

No esperaba respuesta alguna, pero necesitaba decirlo. Decir lo que él era en realidad.

—Yo soy un crimen… 

—Yo soy un castigo —le siguió el clon.

—Y ambos siempre van unidos de la mano.

Dicho esto, el clon se fusionó con el hombre sin ningún tipo de dificultad. Tras esto, volvió a observar a su interlocutor mudo.

—Me consideran un crimen porque hago exactamente lo mismo que haces tú: robar. Pero yo no robo algo que se puede recuperar… —observó su otra mano enguantada y esbozó una sonrisa maquiavélica—. Lo que robo son vidas. Siempre lo he hecho, aun si yo no quería. He dejado por mi camino innumerable rastros de sangre, descubriendo que la vida humana es algo frágil y sin sentido… Es aburrida.

Alzó la calavera al cielo.

—Y mi castigo por mis crímenes es arrebatar la vida de todos aquellos que me tocan. Pero no solo eso… Para que se considere un pecado debe ser algo injusto… Y yo lo que hago es matar a gente inocente.

La calavera se alzó en el aire, arrastrado por el flujo de las habilidades.

—Mi habilidad consiste en arrebatar la vida de toda persona que no sea un usuario de habilidades con el mero roce de mi piel. ¿Qué culpa tienen ellos que han nacido sin talento? ¿Por qué los que tienen ese talento pueden seguir viviendo?

La calavera desapareció en el aire y empezó a formarse de ella un ser terrorífico.

—Eso es… Renace… Mata a todos los usuarios de habilidades que haya… Eres el dragón que nace del caos de las habilidades. Y si, con un poco de suerte, logras tu cometido…

Observó de nuevo sus manos enguantadas.

—Me convertiré en el verdadero crimen y castigo de toda esta sociedad… Y lograré por fin divertirme sin que nadie se ponga en mi camino.