BSD || BungouTober 2O19

DÍA 19: Dark Era | Orphan

✒ Trama:
Oda debe ir a una misión y necesita que alguien cuide de los huérfanos...
¡¿Y Dazai decide encargarse de ellos?!

✒ Personajes:
• Oda Sakunosuke
• Osamu Dazai
• Ango Sakaguchi
• Ōgai Mori

♦♦♦

Mira que podría haber pedido a otra persona que cuidara unos minutos de los huérfanos, gente no faltaba entre sus conocidos, pero la cara de Dazai de no haber roto en su vida un plato terminó por engañar a Oda, pensando que el joven sí que tenía buen fondo tras esa capa de crueldad y sociopatía (vinculada también a una buena dosis de tendencias suicidas).

Cuando Oda tuvo que marchar a cierta misión, se encontraban los tres en el bar Lupin. 

—Lo siento mucho, Oda, pero yo tengo mucho trabajo que hacer —se excusó Ango mientras se llevaba el vaso a los labios.

—A mí los niños me aburren… —comentó Dazai mientras hundía el hielo de su bebida con un dedo.

—Supongo que tendré que seguir buscando… No puedo dejarlos solos…

—¿Y el dueño de la tienda de curry?

—Se negó tras encontrarse su frigorífico reventado. Por lo que se ve, la broma de la bomba fétida se les fue de las manos…

Odasaku supo que en ese momento había metido la pata hasta el fondo. Giró la cabeza poco a poco hasta encontrarse con la mirada brillante de Dazai.

—¿Has dicho… bomba?

—Fétida. Bomba fétida, Dazai. No es lo mismo que…

—¡Claro que es lo mismo, Ango! —gritó saltando de su asiento y tomando de la mano a Oda—¡Odasaku, déjame encargarme de los niños yo!

—Pero si acabas de decir que los niños te aburren…

—¡Por favor! —imploró el suicida con una sonrisa radiante y unos ojos brillantes de emoción.

Y, de esta forma, Oda decidió dejar a Dazai al cuidado de los huérfanos.

♦♦♦

En su vida había conseguido terminar una misión tan rápido, incluso el propio Mori estaba sorprendido.

—Bueno, supongo que Chuuya tendrá que bajar a la segunda posición en rapidez… 

—Disculpe la interrupción, jefe, pero… —le daba miedo formular aquella pregunta— ¿Ha visto al ejecutivo Dazai hoy?

—¿A Dazai-kun? —se quedó pensativo un rato—. Pues la verdad es que no. Y me extraña teniendo en cuenta que ninguno de mis hombres lo ha visto flotando en algún río…

Ese día también le quitó el primer puesto a la moto de Chuuya por llegar a casa en un tiempo récord de 10 minutos… ¡A pie!

¡¿Quién en su sano juicio dejaría a unos pobres niños indefensos con aquel suicida?! 

Subió las escaleras de tres en tres y entró sin siquiera llamar a la puerta a la habitación de los niños. Estaba vacía. 

Preguntó al dueño del local y este respondió que había visto a unos niños siguiendo en fila a un joven vestido de negro, rumbo al patio trasero. Y, de nuevo, volvió a vencer en velocidad a la moto de Chuuya.

Al llegar al patio, se encontró a los niños tirando de un trozo de cuerda con todas sus fuerzas.

—¿Estarán jugando a ese juego de tirar cada uno de un extremo de la cuerda para ver quién es más fuerte? —se preguntó el mayor mientras se asomaba más.

La verdad es que los niños parecían divertirse mucho haciendo aquello… Puede que dejarlos con Dazai fuese una buena idea.

O no.

Cuando observó el otro extremo de la cuerda, se encontró con que este estaba colgado de una rama y anudado al cuello del suicida, quien gritaba a los niños.

—¡Tenéis menos fuerza que Chuuya! ¡¿A eso le llamáis “fuerza”?!

—¡Pero, Dazai, no podemos más! —se quejaba uno de los huérfanos.

Oda se había quedado con la boca desencajada… ¡Estaba utilizando a los niños para conseguir matarse!

—¡Oh! ¡Hola, Odasaku! —le saludó Dazai con una sonrisa.

Los niños se giraron, soltando la cuerda y haciendo que el joven cayese al suelo. Todos fueron a saludar al mayor, pero este se plantó ante el ejecutivo.

—¿Se puede saber qué estabas haciendo?

—Bueno… Yo… —tartamudeaba algo asustado.

—¡Dazai es impresionante! —saltó uno de los huérfanos— ¡Nos ha enseñado a ser mafiosos!

—¡Sí! ¡Hasta nos ha enseñado a cómo disparar en la cabeza a alguien!

No necesitaba usar su habilidad de ver el futuro para saber cómo iba a terminar el joven suicida, pero de una cosa estaba seguro:

Como padre, Dazai dejaba muchísimo que desear.