DÍA 29: Alice in Wonderland

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✒ Trama:
Todo comenzó una tranquila mañana cuando la joven Lucy se bajó de su cama y cayó por un agujero...

✒ Personajes:
• Lucy Montgomery
• Nathaniel Hawthorne
• Herman Melville
• Mark Twain
• Karl
• Francis Scott Fitzgerald
• Louise Alcott
• H.P. Lovecraft
• John Steinbeck
• Atsushi Nakajima
• Izumi Kyouka

♦♦♦

Despertó a duras penas tras un sueño de lo más confuso. Varias veces intentó recordarlo, pero esas tantas veces conseguía que su mente se confundiera algún más.

—No sería importante —se dijo a sí misma Lucy mientras se levantaba de la cama.

Sin embargo, cuando sus pies se fueron a apoyar en el suelo, estos no llegaron a encontrarlo y, con un fuerte grito, cayó por aquella especie de agujero. Cuando volvió a abrir los ojos por segunda vez aquel día, ningún tipo de comentario pudo salir de ella ante el acompañante que le observaba con mirada inquisitiva:

Nathaniel Hawthorne sostenía un reloj en su mano y daba pequeñas pataditas al suelo, de forma impaciente.

—Como siempre, llegando tarde.

—¿Señor Hawthorne? ¿Qué hace usted aquí?

—¡No hay tiempo que perder! —gritó mientras la arrastraba del brazo—. ¡El tiempo es oro!

Lucy solo tenía clara una cosa: no debería haberse levantado aquella mañana de la cama.

Cuando quiso darse cuenta, estaba sentada en una mesa junto a tres personas: Hawthorne, Twain y Melville. Los tres estaban tomando el té mientras hablaban:

—No conviene aferrarse tanto al tiempo, señor conejo —comentó Melville mientras tomaba la taza.

—¿Quieres más, señorita? —preguntó Twain a Lucy, mientras acercaba una tetera a ella.

“¿Más? ¡Si ni siquiera he probado un sorbo!”

—¡No podemos detenernos, sombrerero! ¡Tiene que llegar hasta donde el rey antes de que se ponga el sol! —gritó de nuevo el hombre con el reloj en mano.

“Creo que mejor será irse antes de que esto se ponga más raro…”, pensó la joven mientras se escabullía aprovechando la discusión de los tres hombres.

Por mucho que anduviera, no conseguía salir de aquel bosque. Empezó a maldecir porque Hawthorne no le había dejado tiempo para cambiarse, pero se detuvo en seco cuando cierto animalito que ella conocía perfectamente se cruzó en su camino…

Karl, el mapache de Poe, se le quedó mirando con aquellos ojitos brillantes y le preguntó con su dulce voz:

—¿Te has perdido?

Espera… Espera… ¡¿DESDE CUÁNDO EL MAPACHE ESTE HABLA?! Empezaba a pensar que estaba atrapada en la dimensión de Ane por algún tipo de despiste que tuvo. Su enfado, creado por la confusión, empezaba a acrecentarse.

—¡Por supuesto que sí, mugriento bicho!

—Eso… Me ha dolido… —se giró Karl con ojos llorosos—. Yo solo quería ayudarte…

Lucy se dio cuenta de que aquel mapache se comportaba igual que su dueño… ¿Sería Poe aquel mapache? Pero no era el momento oportuno para buscar la lógica en aquel mundo.

—¿Vas a ayudarme?

El mapache asintió, volviendo a mirarla.

—¡Perfecto! ¿Por dónde se sale de aquí?

—No sé cual es el camino correcto. Da igual el que elijas: siempre llegarás a algún sitio si caminas lo suficiente.

Tras aquella grata respuesta, el mapache acompañó a la joven agarrado con fuerza del cuello y pidiendo auxilio a gritos. Lucy ya estaba harta de este mundo y de sus extraños habitantes. ¡Al próximo que viera, seguro que lo mataría!

Se detuvo ante un gran castillo y entró sin más dando patadas a todas las puertas. ¡Si la lógica no existe en aquel mundo, ¿por qué debería ella respetarla?!

Llegó al salón del trono y allí se encontró con el famoso rey de aquel mundo…

—Parece que has conseguido llegar, old sport —se rió desde su trono cubierto de dinero Fitzgerald—. Me complace ver que mi fortuna te ha conducido hasta…

El hombre tuvo que callarse cuando un mapache volador impactó sobre su cara y provocó que cayese de espaldas al suelo.

—¡Hasta el cuerno estoy de este mundo ya! 

—Vaya, vaya… La profecía era cierta… —se levantó del suelo mientras se frotaba la barbilla—. Nuestro famoso paladín tiene carácter.

—¡¿Paladín?! ¡¿YO?! ¡¿Y contra qué debo enfrentarme?!

—Oh, contra una pequeña cosa sin importancia…

En ese momento, la pared cedió y apareció un horroroso monstruo con tentáculos.

—Contra esto exactamente —lo señaló Fitzgerald con una gran sonrisa en su rostro.

Lucy se había quedado sin palabras y, seguramente, sin color en su sonrosada piel. Tras ella, apareció su amiga Alcott.

—Tome, milady, su espada —y le entregó una espada de plata.

—¡¿TÚ TAMBIÉN?!

—¡Nadie conseguirá derrotar a mi Lovecraft! —gritó Steinbeck desde la cabeza del monstruo— ¡Muerte al dinero!

—¡AAHHH! ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA! —gritó Fitzgerald.

Mientras se pegaban entre ellos, Lucy observó la espada, con la esperanza de que, si se la clavaba, podría despertar de aquello. Sin embargo, uno de los tentáculos del monstruo fue a por ella y le arrebató la espada.

—¡ESTO ES EL COLMO!

Y pegó al siguiente tentáculo con su puño desnudo, mandando al monstruo, junto a su acompañante, lejos de aquel lugar. Lucy no sabía cómo reaccionar a aquello… ¡Acababa de sacar volando a un bicho de 5 toneladas de un puñetazo!

—¡La profecía era cierta! —saltó de los escombros Fitzgerald, pisando a una Alcott desmayada— ¡El paladín con fuerza de vaca burra nos ha salvado!

—¡¿CÓMO QUE VACA BURRA?!

Cerró de nuevo su puño y, con todas sus fuerzas, lo impactó de lleno en su cara…

—¡Ahh! ¡¿Pero qué haces?!

Ante ese grito, Lucy abrió los ojos y se encontró a Atsushi tirado en el suelo, frotándose la nariz, y Kyouka a su lado, desenvainando ya su katana:

—Lo sabía, es peligrosa. Nos ha atacado por sorpresa —comentó mientras su mirada se oscurecía.

Todo había sido un sueño… Lucy suspiró aliviada mientras se preparaba para defenderse del ataque de la pequeña.

No sería rival para la famosa paladín del País de las Maravillas: Lucy Montgomery.

BSD || BungouTober 2O19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora