DÍA 14: Smile | Fear

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✒ Trama:
Cuando Tanizaki pensó que ya lo había visto todo en aquella agencia, llega su primer caso junto al novato Kenji Miyazawa...

✒ Personajes:
• Junichiro Tanizaki
• Kenji Miyazawa
• Akiko Yosano
• Doppo Kunikida

♦♦♦

Existen sonrisas que dan miedo… Y Tanizaki lo aprendió bastante bien cuando le tocó ir a un caso junto al nuevo novato: Kenji Miyazawa.

Al principio, el presidente le había avisado que tuviese paciencia con el chico, ya que aún no se había habituado al mundo moderno. Tanizaki dudó un poco de las palabras de su jefe.

“No puede ser tal malo”, pensó.

Antes de marchar, decidió constatar aquellas palabras con la doctora Yosano, quien se había encargado del examen de ingreso del joven granjero.

—El presidente ha dado completamente en el clavo —comentó mientras ojeaba unos expedientes en su consulta—. Ese chico intentó hacer un trueque para comprar un billete de tren y llevó tres gallinas degolladas al mostrador. Incluso el presidente no supo qué contestar a eso.

Tanizaki miraba al vacío mientras la doctora le comentaba todas las excentricidades del rubio.

—Por no decir que Dazai estaba empecinado con acompañarlo en un caso… Conseguimos envenenarlo a tiempo.

—¡¿Envenenarlo?!

Yosano se giró y observó a Tanizaki con los ojos entrecerrados.

—¿Conoces alguna otra forma de detener a Dazai cuando algo se le mete entre ceja y ceja?

—No… Pero… ¡¿Envenenarlo?!

—Creo que me he explicado mal… Dejamos una seta medio-venenosa en su mesa y su sueño de morir hizo el resto.

Tras suspirar y mover la cabeza resignada, regresó a sus papeles.

—¿Algo más que deba saber de Kenji?

—Es buen chico, no cabe duda. Pero no olvides que es parte de la Agencia.

Tanizaki salió más con miedo que con seguridad de aquel lugar (como siempre que alguien pisa esa clínica).

—Tanizaki —le llamó Kunikida—. ¿Un caso?

—Sí. Voy con Kenji.

El mayor se paró en seco ante el ilusionista y le puso una mano en el hombro.

—Buena suerte.

Y se marchó dejando a Tanizaki completamente pálido.

Ahora sí que tenía miedo. ¿Cómo sería Kenji? Aún no lo había visto en persona…

Le estaba esperando en la cafetería Uzumaki, temblando en uno de los sofás. Por cómo se lo habían definido y descrito, en aquel momento deseaba tener a Naomi al lado y no a aquel niño que se le podía perder y terminar haciendo señales de humo en cualquier lugar.

—¡Hola!

Tanizaki saltó de su asiento cuando un joven rubio y pecoso le saludó con una brillante sonrisa.

—¿Eres Tanizaki? ¡Yo soy Kenji! —le extendió la mano—. Me han dicho que seremos compañeros. ¡Mucho gusto!

Tanizaki se sorprendió al observar a aquel joven con aquella sonrisa tan radiante. El paleto monstruoso de pueblo que se había imaginado desapareció de su mente y estuvo a punto de llorar de felicidad. Tomó su mano y se presentó mientras guardaba el móvil con mucho sigilo con medio número marcado de Naomi.

El caso fue lo más surrealista que pudo ser… Los criminales se entregaron porque sintieron lástima de la inocencia de Kenji. La verdad es que lo resolvieron demasiado rápido.

—¡Uaa! ¡Tengo hambre! —dijo el joven mientras se frotaba la tripa.

—Kenji… Si esos criminales no se hubieran entregado… ¿Qué hubieras hecho? —preguntó lleno de curiosidad Tanizaki.

—Bueno… Siempre se entregan —se llevó una mano al pecho—. Todos los humanos tienen bondad en sus corazones y siempre saben lo que está bien o mal. La bondad siempre emerge.

Tanizaki hizo acopio en su mente de múltiples nombres de personas de Yokohama que carecían del concepto “bondad” en sus corazones, empezando por la Port Mafia.

—Pero, ¿y si se diera el caso?

Kenji se quedó pensativo. Observó una señal y, con una mano, la arrancó de cuajo como quien quita malas hierbas. Tanizaki sabía que tenía la mandíbula desencajada y los ojos a punto de salirse de sus cuencas.

Kenji sonrió inocentemente.

—Se les tratará como vacas. Se los golpeará con todo lo que haya a mano hasta que hagan caso.

¡Este niño está loco! ¡Nadie le había avisado de su fuerza sobrehumana! ¡¿Cómo podía decir aquello con aquella sonrisa?! ¡ES UN COMPLETO PSICÓPATA!

Recordó la frase de Yosano: “Recuerda que también es miembro de la Agencia”.

Claro… Ríete tú de los psicópatas de la mafia… ¡En la Agencia no hay nadie con dos dedos de frente (Kunikida incluido cuando debe seguir sí o sí sus ideales)!

En aquel momento, decidió no volver a tener un caso con Kenji él solo. Se lo endosaría al siguiente novato que existiera.

Eso sí, los terrores nocturnos que tuvo con la sonrisa de Kenji en todas sus horas de sueño le seguirán persiguiendo hasta el fin de sus días.

BSD || BungouTober 2O19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora