Londres, 1945
Querido ángel:
Sé que prometí escribirte pronto, pero no ha sido posible. El infierno me ha traído como loco trabajando, ¡Como si fuera un esclavo! Odio esto, odio estar cumpliendo con obligaciones que ni siquiera me gustan. Y no he tenido más que tres o cuatro horas al día para comer, asearme y descansar mis músculos.
No me gusta esto, quiero ser libre, mucho más libre de lo que soy, quiero hacer lo que quiera, ir a donde quiera, hacer milagros, tener alas, todo, por más miedo que dé tan solo pensar en esto.
¡Oh, sí! La libertad absoluta asusta, ángel, pero asusta aún más ser prisionero de la voluntad de los demás y no de la tuya.
Quiero libertad, una verdadera libertad. Por más doloroso que sea buscarla, estoy dispuesto en sufrir durante su búsqueda que sufrir por toda una eternidad sin ella.
Para serte sincero, te confieso que solo existen una persona quien realmente han sido importante en mi vida...tú. Y no hay nada el mundo que desee más que verte feliz... ese es mi mayor anhelo.
Solo quiero recordarte, ángel, que siempre existe otro camino. No hay un camino sin salida, sin opciones. Quiero que seas feliz, y nunca podrás serlo completamente si no eres totalmente libre. Ningún ser ha sido feliz siendo un prisionero.
Mientras vivamos de esta manera, jamás seremos libres. Sólo sentiremos libertad en los escasos momentos en que nos encontremos, sin tener que estar cumpliendo con nuestras obligaciones y con lo que todos esperan de nosotros ¿Cómo puedo explicarte que todo lo que nos han dicho es una vil mentira?
A veces quisiera que huyeras conmigo y empecemos una nueva vida, lejos de todo lo que nos han inculcado, pero jamás he tenido el valor de decírtelo.
Sabes que siempre estaré allí para ti, no importa qué caminos tomemos en la vida, nada puede cambiar el hecho de quien eres y que eres lo que más quiero en este mundo.
Muchas veces me despierto sobresaltado recordando la última vez que nos vimos, nunca debimos despedirnos dando por sentado que nos volveríamos a ver, ninguno de los dos se merece eso y ahora me parece imposible que alguno de los dos formemos parte de la vida del otro.
¿Puede ser eso posible Zira? ¿Podremos ser felices algún día?
Mi mente batalla contra mi corazón buscando esa respuesta, demasiadas cicatrices nos separan y aun así no puedo desengancharte por completo de mi vida, aunque mi cabeza, con insistencia, diga que te aleje. Estoy cansado ¿sabes?, cansado de huir de ti.
Completamente tuyo,
Anthony J. Crowley

ESTÁS LEYENDO
Memorias de un demonio (O cartas a Aziraphale)
RomanceAnthony J. Crowley ha pasado 6000 años de su existencia en la tierra y por supuesto que, para un demonio como él, no han sido nada aburridos. Él mismo ha plasmado todas sus vivencias y sentires aquí, en forma de cartas dirigidas a su ángel. Pero, ¿Q...