Querido ángel:
No temas, hemos hecho este trabajo durante 11 años, no es como si nos hubiéramos equivocado y hemos hecho algo mal, claro que no. Y si por alguna razón todo falla, podemos escapar, los dos, juntos, lo más lejos posible.
Sinceramente,
Anthony J. Crowley
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Querido ángel:
Mierda, mierda, mierda. Soy un estúpido ¡Cuidando al niño equivocado durante todo este tiempo! Y ahora el verdadero anticristo está allá afuera, sin saber los pensamientos que recorren su mente, preparado para acabar con la humanidad.
Tenemos que hacer algo. Sí, tu y yo tenemos que hacer algo, después de todo, somos el mejor equipo que jamás nunca existió. Confió en ti y por lo tanto confió en mí mismo, encontraremos al verdadero anticristo ¡Arriba la esperanza, angelito!
Sinceramente,
Anthony J. Crowley
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Querido ángel:
Está bien, quizás tenga un poco de miedo, pero eso no significa que me echaré para atrás. Somos listos (bueno, tu eres el listo) encontraremos la manera localizar al anticristo.
Pero, si todo sale mal, déjame decirte que mi oferta de escapar juntos sigue en pie. Alpha Centauri parece un buen lugar, ¿Qué te parece?
Sinceramente,
Anthony J. Crowley
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Querido ángel:
Sé dónde está el anticristo.
Mentira. No tengo ni idea de donde puede estar.
Tan solo necesitaba escribirte. Tú y las cartas que te he escrito es lo único que me ha mantenido cuerdo. Soy un demonio, está bien, y mi único propósito es hacer tentaciones, pero cuando estoy contigo, ¡Oh! Me haces sentir de una manera que ni siquiera puedo describir.
Esperar por ti es difícil, ¿Sabes? Pero eso a mí no me importa, aunque seas cruel y me des esperanzas eso a mí no me importa, prefiero vivir anhelando algo que nunca podrá ser que ser insensible a todo lo que me rodea. Prefiero morir amando que vivir sin amar. Te amo más de lo que pensé que sería posible.
Yo no sé lo que pueda pasar en los próximos días, quizás ni siquiera podamos salvar a la humanidad, por eso me digo, son solo humanos, honestamente, ellos no me importan, no cuando tengo que escoger entre ellos y tú, porque a ti te escogería sin dudarlo.
Completamente tuyo,
Anthony J. Crowley
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Querido ángel:
Primero que nada, ¡Como te atreves! Te he amado desde el momento que te conocí, te he cuidado, te he protegido, me tienes de rodillas frente a ti, jurándote amor eterno incluso aunque tu nunca me correspondas.
Y ahora me dices que ni siquiera somos amigos.
Es una sensación muy extraña la de la soledad cuando alguien que te importa se convierte en un extraño. Porque eso es en lo que te has convertido para mí. En un extraño, en nuestra pelea no te reconocí como el ser del que he estado enamorado desde hace milenios sino como un ángel cualquiera, que no le importa los demás, solo le interesa hacer bien su trabajo. Ese no eres tu Aziraphale, ese no es mi ángel.
No queda nada por hacer o decir. Supongo que este es el final entre nosotros. Una historia que ni siquiera tuvo la oportunidad de iniciar.
Que tengas un feliz fin del mundo.
Siempre tuyo,
Anthony J. Crowley
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Querido ángel:
No quiero tu perdón. Te quiero a ti.
Y si no te tengo, me basta con que tu estés bien, que estés seguro. Si todo ardiera hasta los cimientos y tú te salvarás, yo podría seguir existiendo; y si todo lo demás pereciera y te fueras, el universo entero se convertiría en un desconocido totalmente extraño para mí.
Me voy lo suficientemente lejos del mundo, pero eso no significa que no me pese dejarte aquí, es cuando pienso ¡Cuanto te voy a extrañar!
Ayer quería decirte todo lo que sentía, lo que llevaba años guardando en mi interior, pero simplemente no me fue posible hacerlo... había tanto que decir y simplemente no tuvimos el tiempo... por lo tanto te lo confieso aquí... Aziraphale, quiero que sepas que siempre has sido, eres y serás el amor de mi vida.
También debo confesarte que tengo miedo...mucho temor a lo que pueda pasar. Desconozco cómo serán las cosas, y no sé si alguna vez nos volveremos a ver; pero puedo asegurarte de que tu recuerdo siempre estará conmigo mientras yo viva. Pero muy dentro de mi siento que esta ha sido la despedida para nosotros... el último adiós.
Te amaré si nunca te vuelvo a ver, y te amaré incluso si te veo todos los días. Pero entonces me pregunto ¿cómo es que estamos aquí, frente a frente y no podamos ser? Esa es nuestra tragedia, o, mejor dicho, mi tragedia, porque hace mucho que me he resignado a saber que tú nunca me amaras de la manera que yo lo hago.
Temo perderte, más de lo que ya te perdí.
Con amor,
Anthony J. Crowley
Un simple demonio.
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La carta le pesaba dentro de su chaqueta, como si en vez de cargar un simple sobre, llevara piedras en los bolsillos.
Siguió conduciendo lo más rápido que pudo, la único que pedía era una última oportunidad, poder estar juntos lo más lejos que pudieran, felices y libres.
Por un momento, por un pequeño pero maravilloso momento, se dejó llevar por la fantasía, imaginando cómo sería una vida soñada con su ángel, ambos despertando en la misma cama, él pasando todo el día en el jardín mientras Aziraphale leía libros y tomaba té para al final del día estar juntos, amarse como se aman los humanos, sin ninguna restricción.
Olvido por un momento que estaban a horas del fin del mundo y que su futuro era incierto, pero aquello no le importaba, se dejó llevar por un sueño que muy en el fondo, sabía que era imposible.
Pero la columna de humo que vio a la lejanía lo despertó de su entelequia, se le paralizó el corazón mientras rogaba al cielo (Si, ¡Al mismísimo cielo!) que la pesimista visión que se formaba en su cabeza no fuera la realidad.
Es una verdadera lástima que hace mucho que Dios dejo de escuchar sus plegarias.
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Memorias de un demonio (O cartas a Aziraphale)
Любовные романыAnthony J. Crowley ha pasado 6000 años de su existencia en la tierra y por supuesto que, para un demonio como él, no han sido nada aburridos. Él mismo ha plasmado todas sus vivencias y sentires aquí, en forma de cartas dirigidas a su ángel. Pero, ¿Q...