Londres, 1975
Querido ángel:
"No puedes amar a alguien a menos que te ames a ti mismo primero"
Mierda.
Nunca me he amado a mí mismo.
Pero tú, oh, dios, te amo tanto que olvide como se sentía odiarme.
Te amo tanto, no sé cómo ni cuándo pasó, solo sé que este sentimiento empezó a brotar poco a poco dentro de mí, lentamente sin darme cuenta, y entonces, todo estalló, un boom que me hizo caer en cuanta de que me habías hechizado en cuerpo y alma.
Olvidarte es imposible, ¿Sabes? Por las noches le hablo a la luna de ti y le cuento lo mucho que te extraño y siempre repito que olvidarte es imposible. Por alguna razón me siento unido a ti, como si nos hubiéramos conocido en otra vida, y sencillamente te imprimiste en mi alma y ahora te llevo como llevo al corazón.
No puedo estar sin ti y cuando no estas me siento solo, todo lo que me haces sentir (¡Amor!) se ha clavado en mi alma y siento que, si te pierdo, me volveré loco de remate.
Fuiste, eres y siempre serás, lo que siempre había deseado, con quien sueño de noche y deseo darme la vuelta en la cama y encontrarte ahí, apoyado en mi almohada, mirándome con esa sonrisa tan radiante. Tienes mi alma enamorada.
Cuando estoy contigo me siento vivo, olvido que soy un demonio y me convierto en un hombre enamorado, débil e indefenso, pero, de todos modos, enamorado y creo que eso puede superar todo
Quisiera gritarle al mundo que estoy totalmente enamorado de ti, más que enamorado, loco por ti. Con tu forma de ser arrolladora, conseguiste que tocara el cielo con las manos y tus ojos, en ocasiones profundos como el océano, otras terribles como el fuego y también tiernos y cariñosos como un cachorrillo abandonado, me derriten y me dan la vida y que, si dejara de ver algún día, moriría.
No hay forma de detener este amor. Mi amor aumenta cada día y a pesar de la distancia no creo que exista nadie mejor a quien amar, a tu lado todo es pura magia. En el silencio de la noche, asomada a la ventana siento lo mucho que te amo y aunque nos hemos separado nunca me has dejado.
Podríamos estar juntos, podríamos hacerlo todo, todo lo razonable y todo lo impensable, si tan solo olvidaras todo lo que nos dijeron alguna vez. No necesitamos nada ni a nadie.
Hace milenios que te escribo estas cartas y aun no sé muy bien cómo decir lo que siento. A veces siento que digo demasiado y a veces que expreso muy poco, que no es suficiente ¡Todo eso me vuelve loco!
Te he escrito enciclopedias completas sobre el amor que siento por ti, pero creo que todo lo que necesito es una simple frase:
Todo lo que soy y todo lo que alguna vez fui está ahí, en tus perfectos ojos.
No sé el dónde y aunque también estoy confundido acerca del cómo, solo sé que las cosas nunca van a cambiar para nosotros en lo absoluto.
Así que te hago una atenta invitación, ángel:
¿Vendrías conmigo y simplemente nos olvidamos del mundo?
Totalmente tuyo,
Anthony J. Crowley
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Memorias de un demonio (O cartas a Aziraphale)
RomanceAnthony J. Crowley ha pasado 6000 años de su existencia en la tierra y por supuesto que, para un demonio como él, no han sido nada aburridos. Él mismo ha plasmado todas sus vivencias y sentires aquí, en forma de cartas dirigidas a su ángel. Pero, ¿Q...