Querido ángel:
En caso de que no haya sido lo suficientemente claro, estoy enamorado de ti.
He querido y he soñado con besarte casi desde el primer momento en que te conocí. Y solo te amo cada vez más cada día que te veo.
Mañana me despertaré, te daré los buenos días y te besare como siempre lo he querido hacer. Y te diré todo lo que siempre te he querido decir. Se acabó el vivir con mentiras.
Sinceramente tuyo,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Te amo, Crowley y siempre te he amado. Te he amado y tú me has amado solo que nunca tuvimos la oportunidad de amarnos al mismo tiempo, en un mundo en el que teníamos las manos atadas. Pero ya no más.
Desde yo en negación hasta un fin del mundo, se nos fue imposible amarnos de la manera que queríamos, o quizás aún no era nuestro tiempo, pero eso no significa que todos los momentos que haya vivido contigo no hayan sido increíbles.
Nos hemos amado, incluso sin que el otro lo supiera. Incluso aunque nunca hayamos estado juntos como... pareja. No me arrepiento de ningún minuto de nuestra amistad y no me arrepentiré de ningún momento como pareja.
Con amor,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Pero ahora es nuestro tiempo. Ángel, estoy enamorado de ti. Esa es la verdad, es la verdad ahora y fue la verdad antes y espero que siempre lo sea, tú puedes creerlo si quieres. No importa que pienses, eso es la cosa más sincera que he dicho en vida. Todo lo que siento por ti es verdad, jamás dudes de eso.
Completamente tuyo,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Oh, en serio te adoro. Amo como se forman pequeñas arrugas en tu rostro cuando sonríes (Y más cuando me sonríes a mi), tu forma de ser, tu temperamento, la manera en que me haces sentir, la forma en la que siempre te preocupas por mí, tu voz, tus ojos, tu mirada, todo de ti. En serio te amo y me dedicaré día y noche a amarte como tú lo has hecho conmigo desde el primer día.
Con todo el corazón,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Me adoras. No puedes negarlo.
Sinceramente,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Pensé que eso ya había quedado claro. Te amo lo suficiente como para caer por amor, solo si tu estas ahí para atraparme.
Sinceramente,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Pues sí. Queda tan claro que me amas tanto como yo te adoro. Y estaré ahí para ti, debes saber que no iré a ninguna parte. Luche demasiado por ti y jamás te dejaré ir, primero muerto que perderte. Siento que el único miedo que tengo es el de perderte.
Te quiero,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Y espero que tu sepas que yo tampoco iré a ninguna parte. No renunciaría a ti, ni loco. Y si algo o alguien nos quiere separar, luchare por ti tanto como tú lo hiciste por mí. Renunciaría a un reino entero para estar contigo.
Totalmente tuyo,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Que no quede ninguna duda, si tuviera que volver a sentir todo lo que viví y sufrí por tu amor, lo haría sin dudarlo, siempre y cuando supiera que seremos tan felices como lo somos ahora.
Te amo,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
¿Cuántas veces soñaste con esto, tú y yo juntos, amándonos?
Con amor,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Todas las noches, incluso cuando parecía imposible. Todas las cartas que te he escrito son testigos de ello.
Con adoración,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Lamento romper con todo el romanticismo, querido, pero, ¿De qué cartas hablas? Solo hay una, ¿No lo recuerdas?
Sinceramente tuyo,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Oh, eso no importa ahora ángel, me asegurare de amarte, eso es lo único certero.
Haz lo tuyo que yo haré lo mío.
Con amor,
Anthony J. Crowley
Querido demonio:
Toda mi vida te he estado buscando y ni siquiera lo sabía, ¿Dónde has estado?
Totalmente tuyo,
Aziraphale Z. Fell
Querido ángel:
Justo aquí. Esperando por ti.
Completamente tuyo,
Anthony J. Crowley
.
.
.
.
.
Crowley le dio otra calada a su cigarro. Hace mucho que no fumaba, pero ahora lo necesitaba más que nunca. Más que nunca.
Se dio la libertad de golpear con fuerza su escritorio, lo suficientemente fuerte como para dejar caer algunas cosas. Estaba enojado, no, estaba furioso, ¡Oh, sí! Ni siquiera la palabra "furioso" era suficiente para describir la ira que hervía en su interior, no podía ni hablar de lo furibundo que se encontraba.
Tomó el teléfono que se encontraba en su escritorio y marcó los números que eran necesarios. Mientras escuchaba el tono de espera, apretó el teléfono en su mano tan fuerte que estaba seguro que dejaría una que otra marca.
Cuando al fin escuchó que alguien contestaba su llamada, una sonrisa artera y tortuosa se formó en su rostro.
—Hola, habla Crowley, llamo por un asunto pendiente con ciertas... cartas perdidas —dijo, pronunciando cada palabra lentamente, con la amenaza presente en su voz.
Y todo el infierno quedó congelado al escuchar la voz del demonio Crowley preguntando por las cartas, prometiendo sufrimiento a quien fuera responsable de no poder estar con su ángel durante mucho tiempo.

ESTÁS LEYENDO
Memorias de un demonio (O cartas a Aziraphale)
RomanceAnthony J. Crowley ha pasado 6000 años de su existencia en la tierra y por supuesto que, para un demonio como él, no han sido nada aburridos. Él mismo ha plasmado todas sus vivencias y sentires aquí, en forma de cartas dirigidas a su ángel. Pero, ¿Q...