ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕ

✔️TWENTY-THEER

|| Si Vas A Jugar Conmigo, Procura Que Yo También Me Divierta... ||

Si mi yo de 15 años escuchará de mi boca decir que acababa de dejar a una persona excitada en nuestro cuarto seguramente me llamaría loca o mentirosa en este instante, o posiblemente me acusaría con mamá y me llevarían juntos al convento al verificar que era real lo que decía. Y es que Acababa de dejar una persona más que acalorada en mi cuarto, estaba segura que estaba jugando con el mismo demonio en este instante.

No era que buscará solo zacearme a mí misma, era porque quería vengarme por la inseguridad que había creado en mí al estar todo el tiempo con Miyeon. De hecho lo tome como un "Recibir, sin esperar nada a cambio". Es más que posible que en estos momentos está demás enojado e irritado conmigo, pensando que soy una niña por haber hecho eso, pero sinceramente no me importa.

Baje hasta la sala para continuar con la reunión. JiMin apareció 30 minutos después, con cara de querer matar a alguien, y estaba más que claro que a la que quería matar era a mí.

Me pregunto ¿Cuál fue el mal que hice?

Bueno, acepto que actué mal, pero él estaba coqueteando con otras en mis propios ojos y de paso no me saludo, para que luego me escriba que lo espere en mi cuarto, que por cierto detesto que entren ahí sin mi autorización, para que se enoje solo porque lo deje excitado, eso sí es muy injusto.

Pase más de una hora y media rodeada de los amigos de mi hermano los cuales no dejaban de verme como su siguiente conquista. Detesto esas miradas asquerosas que hacen, es mas también odio los cumplidos mal intencionados que hacen los hombres, realmente no sé qué piensan cuando hacen eso. Aunque mi hermano estuvo al rescate gran parte de todos esos comentarios que hacían, incluso llegó al punto de mirar mal a algunos de ellos.

Mire a JiMin el cual esta vez estaba hablando muy pegado con una de las amigas de mi hermano, él seguro no se cansa. Lo peor es que cada vez que alzaba la mirada para verlo, su mirada conectaba con la mía y cada que pasaba eso él le daba un besos en las mejillas a esa chica o simplemente le acariciaba el rostro... Idiota.

Minutos después de estar aguantando aquellas miradas fui a la cocina, quería ir a comer bocaditos restantes de la reunión. No hay mejor cosa que comer cuando te enojas, solo porque no quieres matar a alguien, o bueno esa es mi forma de no prestarle atención a lo molesta que me encontraba en estos instantes. Al momento que entre vi a mi madre junto a la señora que había llegado con JiMin, seguro era su mamá.

— Hola, buenas noches. — Salude haciendo una reverencia.

— Hola, querida. Esta debe ser tu hija ¿Verdad, linda? — Hablo dirigiéndose a mi mamá.

— Sí, ella es mi hija la menor, ¿La recuerdas?

— Claro que la recuerdo...

— Mucho gusto en conocerla, señora. — Hable sin entender mucho el hecho de que ya me conocía.

— Ah querida el gusto es todo mío. Aún recuerdo la última vez que te vi, a penas tenías cuatro años, mi hijo JiMin siempre decía que eras la niña más linda que había visto...

— ¿JiMin, me conoció cuando era pequeña?

— Si querida, siempre que venía a visitar a tu mamá JiMin venia conmigo, ustedes eran inseparables, recuerdo que veníamos cada fin de semana porque JiMin quería verte. Pensé que no te acordabas de él.

— De hecho no lo había hecho, él estudia en mi instituto y pues pensé que desde ahí lo conocí, no imaginé que fuera alguien cercano y que ya lo había conocido.

— Entiendo linda, pero como te digo, tú y JiMin eran los mejores amigos desde que estabas chiquita. Me sorprende que él no te haya dicho nada de que yo y tu mamá nos conocíamos.

— Tal vez se había olvidado. — Hablé dándole una sonrisa.

— Lo más posible querida. Seguro ha de ser porque este jovencito se ha enamorado, espero y no sea de esa tal mejor amiga que tiene. — Dijo mientras comía uno de los bocaditos que estaban en su mano.— No me cae nada bien desde que la conocí, pero JiMin no entiende eso y sigue empeñado en aquella joven...

Entonces JiMin ya me conocía, que gran sorpresa. Probablemente se olvidó de mí, como yo me olvide de él. Como culparnos éramos niños y olvidamos fácilmente las cosas y las personas. Otra cosa que me asombró fue como la mamá de JiMin estaba hablando de Miyeon tal vez ya la había conocido y al igual que yo no le da buena espina. Después de una hora y más la reunión de mi madre había llegado a su fin, y me alegro mucho que así fuera, moría por sacarme estos zapatos de tacón alto. Aún me encontraba en la cocina con la mamá de JiMin y la mía.

— Mamá ya es hora de irnos...— Hablo JiMin haciendo acto de presencia en la cocina.

— Oh Hijo está bien, pero antes debo preguntarte si— El asintió como respuesta— ¿Te acuerdas de tu antigua mejor amiga y tu amor de pequeño, Min Young?— Pregunto la mamá de JiMin haciéndoseme inevitable que mis mejillas se pusieran rojas.

— Mamá ya hiciste avergonzar a Min Young — Comenzó JiMin— Y pues realmente no me acuerdo, supongo era niño no sabía lo que decía y ya sabes lo fácil que es olvidar a las personas.

Ay eso dolió.

— Y si nos disculpan debemos volver a casa, tengan linda noche. Fue un gusto conocerla señora — Hablo dirigiéndose hacia mi mamá — Nos vemos en el instituto, Min Young. — Se despidió con tono arisco.

Seguramente aún estaba enojado por lo que había pasado hace unas horas atrás. Sabía que por la manera en que se despidió de mí, me dejó más que claro de que se vengaría de mí más tarde.

— Bueno chicas, tengas linda noche, adiós — Se despidió la mamá de JiMin.

— Ustedes igual — respondió mi mamá y sin decir nada más se fueron.

— ¿A que es un encanto el JiMin?

— Que dices mamá, si viste como me trato. Ese niño ya no me cae nada bien.

— Cariño, seguro lo dice por molestarte, y tal parece que lo ha logrado. — No respondí ya no quería seguir hablando de él.

Ayude a mi mamá arreglar la casa ya que estaba un desastre. Una vez acabado todo, me dirigí a mi habitación, me deshice de todo lo que llevaba puesto, me di una ducha y busque en mi armario algo que me hiciera sentir cómoda. Me dirigí a mi cama pero antes de acostarme en ella, vi que había un pequeño papel se encontraba encima de ella.

"Si vas a jugar conmigo, procura que yo también me divierta" — PJ

Esas simples palabras que habían en el pequeño papel me dejaron más que helada, realmente este chico me va a volver loca. Estaba avisada la guerra entonces, pues tendría que alistarme no me iba a dejar tan fácil. Con todos esos pensamientos decidí acostarme en la cama. Necesitaba pensar en lo ocurrido.

Los besos de JiMin aún seguían impregnados en mi piel, como si de tatuajes permanentes se hubiera tratado, cada roque de sus suaves manos permanecían en mi cuerpo... Me estaba haciendo adicta a Park y sabía que eso era un grave error y eso era lo que más me asustaba, que quedará atrapada por JiMin...

Esperaba que todo esto que teníamos nunca acabara, que mis juguitos no lo hicieran alejar, pero aún tenía la promesa que le hice a mi hermano, pero aun así estaba por arriesgar la confianza que tenía con Jong Suk. Sabía más que nadie, que era peligroso enamorarse porque aunque me esfuerce sé que no lograría nada con él, así que simplemente dejare de pensar en todo lo que he vivido a lado de Park...Con pensamientos caí en los brazos de Morfeo.

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