ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕ

✔️SEVENTY-EIGHT

||Sonríes Tú Y La Feliz Soy Yo...||

Narra Min Young

Luego del día que vi a JiMin, no supe más de él, aún me dolía lo que me había hecho y no quería preguntarle a YoonGi como estaba él. JiMin había dañado la pisca de amor que sentía por él, no esperaba otra reacción, o quizás sí... Pero no entendía porque su actitud, en aquel tiempo él me odiaba y le parecía desagradable, pero en verdad siento que debí ser sincera con él a la vez que debí ser claro con mis sentimientos respecto a Tae.

JiMin había penetrado una nueva culpa e inseguridad en mí. ¿Habrá estado bien entregarme a alguien más que no era él? ¿Tenía que haber pensado en él, en ese preciso momento antes de que Tae si quiera pusiera una mano en? ¿Esto me hacía menos mujer? La respuesta a ellas estaba en mi más no podía aceptarlas porque la culpa de saber que perdí a JiMin por ello me mataba.

O tal vez mama tenía razón al decirme que era una ofrecida, al no tener un vínculo amoroso con ambos, simplemente deje que me usaran a su antojo.

No quería comentar nada de lo ocurrido con nadie y mucho menos con la única persona de confianza que estaba aquí, Tae se enfurecería si le contara lo ocurrido, así que cada vez que YoonGi me llevaba con Tae hablábamos de otras cosas, como el poder salir de aquí aunque en parte siempre intentábamos mejorar los ánimos que este lugar causaba en nosotros.

NamJoon no había vuelto hacer acto de presencia desde la última vez que me desperté en este asqueroso lugar, pero aún así había hecho de las suyas, otro de sus empleados se encargaba de nuestra comida, la cual siempre consistía en un vaso de agua y un pequeño pan. Eso era lo que nos daban solo una vez al día.

Llegue al punto de sentirme agotada e incluso había perdido la noción de cuánto tiempo llevábamos aquí, pero si mi memoria no fallaba llevaba aquí una semana y tres eternos días, los cuales son los peores que recordare si vio para contarlos...Había perdido mucho peso, podía notar mi cuerpo más delgada de lo que algún día fui.

La verdad es que tenía miedo de lo que pasara conmigo, me sentía demasiado débil como para ir a ver a Tae en el pasar de estos días, aunque aquello lo había notado YoonGi, por ello traía a escondida para todos otro pan más, y por primera vez le rogué que le llevara también a JiMin, a lo cual él me respondió que ya lo había estado haciendo.

No sabía las razones por las cual YoonGi nos ayudaba, pero estaba eternamente agradecida por ello.

Me encontraba sola en esta habitación desolada y esperaba aun con fe a un héroe que me salvara de todo esto, pero cada día ese pensamiento se me hacía casi inalcanzable, esto no iba a cambiar o al menos no lo haría hasta que NamJoon terminara matándome o cualquier cosa que lo hiciera cansarse de mí y nos dejara ir a todos.

Pero soñar es demasiado.

Esta noche, que deduje que lo era por la pequeña ventanilla con rejas que había en este lugar daba a entender aquello, me hizo feliz me sentí un poco en paz aunque me encontraba débil, aquella luna me decía que fuera fuerte si algo ocurría conmigo. Realmente no sabía lo que ocurriría conmigo, ya no sabía si aquella prueba de Universidad será un gran paso a mi vida, pero lo que si sabía era que esta pesadilla que me iba a impedir realizar todas aquellas cosas que tenía en mente y las cuales ansiaba culminar con demasiado éxito.

Las lágrimas rodaban por mis mejillas y me pregunte una y otra vez... ¿Por qué me había ocurrido esto a mí?

No tenía respuestas para esta interrogante que mi mente me hacía, pero aun así trataba de hallar argumentos que me dieran la respuestas y solo lo fundamente con un simple "Es solo un obstáculo que te está dando la vida" o un simple "la vida solo te quiere hacer más fuerte", pero la verdad es que esto no me hacía fuerte, simplemente me hacía dar miedo la continuación de esta pesadilla.

Es que acaso no podía ser feliz o simplemente no podía llevar una vida normal y tranquila y sobre todo una vida donde nunca hubiera sufrido nada de esto...Donde pudiera ser feliz con JiMin...

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por unas voces que se aproximaban a donde me encontraba, el miedo me inundo y lo único que hice fue hacerme bolita en un lugar de aquella cama, pero cuando abrieron la puerta y vi la presencia de YoonGi junto a HoSeok mi vida se ilumino en aquella oscuridad.

— ¡HoSeok...! — Dije rompiendo en lágrimas, él se acercó a mí y me abrazo y sentí que en verdad lo necesitaba, necesitaba una pequeña esperanza más en aquel lugar.

— Linda, como siento tanto que estés pasando por esto...— Dijo rompiendo en lágrimas mientras manteníamos el abrazo.

— HoSeok tengo mucho miedo. NamJoon la otra vez trato de propasarse conmigo, si no hubiera sido por YoonGi, posiblemente ya me hubiera violado, tengo miedo de que me haga algo. — Dije llorando.

— Tranquila linda, no pasara.

— HoSeok en verdad quiero irme de aquí. — Dije mientras lo abrazaba más fuerte.

Estuvimos hablando de muchas cosas y en verdad HoSeok me sabia sacar muchas sonrisas aun estando en este lugar supo hacerme sentir en casa, aunque me dolió saber que él se encontraba también en este lugar, no quería que le pasara nada a él. Me comentaron que tuvieron que secuestrar a Yuqi en uno de los cuartos de este lugar que casi nadie revisa, igual tuve que decirles que trataran de que no le pase nada.

Me hablaron también de su relación y de lo que había pasado después de que HoSeok se enteró de todo, aun él estaba enojado con YoonGi pero trate de decirle que YoonGi de una u otra forma nos estaba ayudando, y es verdad, él me estaba ayudando mucho a no sentirme atada a esto.

Esperaba que todo entre ellos mejorara yo sabía que su amor era de verdad, aunque había sido una total farsa de su inicio. Situaciones como estas me hacían pensar en JiMin y en lo poco que había luchado por mí, a veces no sabía que pensar de lo que teníamos, llegue al punto de considerarme alguien con quien solo quiso pasar el rato y tal vez así fue.

— Cariño nos tenemos que ir— Dijo YoonGi mirando su reloj.

— Linda, tranquila todo estará bien.

— Eso espero, técnicamente estoy muriendo de miedo aquí adentro. — Se acercó a mí y me abrazo, sentía este abrazo tan cálido y lleno de esperanzas que solo pude llorar por saber que debía volver a quedarme sola con el miedo del mañana.

— Prometo sacarte de aquí muy pronto...