✔️FIFTEEN

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||En Las Grandes Locuras, Quedan Los Recuerdos...||

Sin duda había perdido el juicio, acababa de hacer todas estas cosas con una persona que apenas llevaba conociendo. Me resultaba incómoda la simple idea de volverlo a ver a los ojos, ¿Será que él lo está tomando igual? Bueno lo más seguro es que se le pase por alto y haga como si nada hubiera pasado, pero yo no podía, sabía que no sería fácil incluso tenerlo cerca.

¡Dios se sienta atrás de mí!

Era obvio que no podía evitar hablar con él, se sienta justo tras de mi y aunque quisiera cambiar de puesto sabía que no podría hacerlo, ya que los asientos están designados por el maestro. Debía encontrar otra idea para evitar lo más pronto hablar con él.

Eran alrededor de las cuatro de la madrugada y no podía cerrar los ojos ni un segundo, mis pensamientos estaban atormentarme cada espacio de mi cabeza, incluso habían vuelto las palabras de mis padres a mi mente. Estúpida moral de mantenerte encerrada en un cubito y solo mostraré al hombre con el que te casarás y aunque un día fue mi sueño sé que ahora lo estaba dañando... Sabía que los minutos estaban transcurriendo pero en mi parecían que el tiempo se había quedado quieto y que el sueño que debería tener nunca llegaba. Tenía de miedo verlo en el instituto y me di miles de cachetadas mentales al percatarme lo boba que había sido, ¡¿Por qué diablos hice esto con alguien de mí mismo salón?!

Había una extraña opresión de culpa en mi pecho, como si lo que hubiera hecho me sentenciaba al fin del mundo, y tal vez lo hacía. No entiendo como no fui consiente de muchas cosas en esto, ¿Debía haber pensado en las palaras de mis padres? Tal vez debía hacerlo, pero se suponía que debía cometer errores para aprender de ellos o al menos eso decía el ridículo estado de Instagram que Minnie había subido hace unos días, pero yo solo había tenido un error en mi vida y no había llegado a la gravedad que actualmente tenía

— ¡Dios como diablos pensaba llegar al cielo si era una maldita loca que muestra su cuerpo....! — Exclame susurrando— ¡Dios no debía insultar...!— Hable tapando mi boca— ¡Perdón señor Dios...!

Mis ganas de llorar iban en aumento y es que aún no creía lo que había ocasionado un momento de diversión. Volví a ver mi celular y como lo había previsto, eran las 4:15, ¿Cómo se suponía que me levantaría a las 7:00 sin sueño y sin que mis padres se den cuenta que su hija se quedó despierta casi toda la maldita madrigada?

Necesitaba quitarme este peso de encima y contarle a alguien que seguro a parte de matarme no lo conocía y sería mucho mejor, ya que no quería involucrar a alguien de mis amigos del instituto. Sabía que esta persona ahora estaría totalmente dormida, pero apenas se levantara sabía que leería lo que iba a decir.

MIN YOUNG:

Soyeon, cometí un error.

Sé que me dijiste que no hiciera una locura como esta,

Pero sucedió sin más...

Luego de dejar el mensaje trate de dormirme y aunque miles de pensamientos me rodeaban, mis ojos ya estaban totalmente pesados y sé que era cuestión de minutos para que cayera en un profundo sueño...

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El sonido de la alarma que tenía en mi teléfono ya había sonado más de tres veces, pero mi cuerpo aún estaba tan pesado que levantarme estaba en mis últimos pensamientos de este día, pero debía levantarme o el tiempo seguiría corriendo, me dirigí al baño con los ojos cerrados aun, una vez dentro me mire al espejo encontrándome con una apariencia totalmente ojeruda, ¡Mierda!

ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕDonde viven las historias. Descúbrelo ahora