✔️FORTY-FOUR

33 6 1
                                    

|| No Es Empezar De Cero, Es Seguir Y Esta Vez Con Experiencia...||

Aun no podía creer las palabras que dijo JiMin y aquella boba disputa que había formado, lo que no podía sobrellevar de aquello es que él estuvo coqueteando con todas mis amigas y yo no le hice un escándalo como él lo había hecho. Luego de todo ese teatro que hizo JiMin, traslade a TaeHyung a mi habitación para curarle las heridas, sin duda lo bueno de todas las habitaciones era que en cada una de ellas había un botiquín de emergencia en los baños. Senté a Tae en mi cama, él ya se encontraba un poco mareado pero aun así se quejaba de aquellos golpes que había recibido descuidado.

— ¡Ah! — Lloriqueó cuando pase el algodón por su pómulo, en el cual había un gran moretón. — Con cuidado, linda.

— Perdón, Tae. Es solo que aún se me hace difícil de creer...

— Creer ¿Qué? Ese idiota se me acerco a agredirme sin yo haberle hecho nada. Esta más que claro que quien merecía esa paliza era él y yo, se la iba a dar pero fue por ti que no lo hice.

— Calma, Tae. No te enojes — Dije limpiando un poco más sus heridas. — Listo, guapo.

— Bien, ahora a dormir. — Respondió metiéndose bajo las sabanas de mi cama.

— Tae, debes ir a tu habitación.

— ¿Me vas a sacar estando así de enfermito?— preguntó haciendo puchero.

— Ash está bien, mueve las nalgas dormiré a tu lado. — Respondí dirigiéndome al armario para colocarme un short y una blusa, luego apague la luz de la habitación, me acerque a la cama y me acosté a lado de Tae. — Tienes mi almohada, dámela — dije buscándola y sin darme cuenta fui tocando una parte afectada del rostro de Tae.

— ¡Ah Min Young! — Se quejó.

— Lo siento, Tae. Perdón.

— ¿Lo sientes? — Dijo poniéndose encima de mí, acorralándome por completo. Si no fuera por la luz apagada estoy segura que vería mi rostro rojo. — Lo que has hecho pudo haberme dejado una horrible marca en la cara, pero créeme que si no estuviera deseando besarte desde el mismísimo instante en el que cruzamos esa puerta.

Coloco una de sus manos junto a mi mejilla y las acaricio con tanta delicadeza que me dejo sin respiración. Se inclinó para besarme, una vez lo hizo sentí sus labios suaves contra los míos. Me beso las mejillas, luego donde se me formaba el hoyuelo cuando sonreía y después me beso en el cuello, hundió su rostro ahí y saboreo mi piel como si de dulce se tratara. Solté un suspiro apenas audible.

Nuestros labios se juntaron y miles de emociones diferentes se apoderaron de mi cuerpo: nervios, calidez y un profundo y oscuro deseo. Pego su cuerpo para aprisionarme más en esa cama y sentí como me derretía entre sus brazos. Su lengua buscaba la mía y cuando se encontraron casi muero de placer. Dirigí mis manos tirando de su nuca, acercándolo más a mí, sus manos comenzaron a manosearme sin control alguno.

Solté un grito ahogado cuando uno de sus dedos empezó a subir por mis mulos hasta la parte interna de mi ropa interior.

— Tae...— Articule su nombre jadeando.

— Dime que pare y lo hare — Dijo mirando mis ojos en aquella oscuridad.

No respondí. Sus manos se decidieron de mi short, dejándome en ropa interior, Sus dedos apartaron mi ropa interior y solté un suspiro entrecortado contra su hombro. Sentía su cuerpo temblar junto al mío, introdujo uno de sus dedos en mi intimidad, me observaba embelesado. Un minuto después tuvo que cubrir mi boca con la suya para evitar que alguien nos escuchara.

Estaba temblando, temblando de placer al igual que él. No podía creer lo que acababa de pasar, ni siquiera lo había visto venir, había sido todo tan rápido... De repente la pelea, limpiar sus heridas y de pronto lo tenía a él encima de mí haciéndome estremecer con cada una de sus carisias. Había querido detenerlo, Dios mío, debí haberlo detenido, pero sentir como sus manos me tocaban... Había sido extraordinario.

— Eres hermosa. — Me susurro al oído después de haber pegado sus labios contra los míos para evitar que el grito que había estado a punto de proferir no nos descubrieran a los dos.

Recordé el día en que JiMin y yo hicimos esto, todo fue tan diferente que me hizo tomar conciencia de lo que estaba comenzando a surgir entre Tae y yo. No podía simplemente estar teniendo relaciones sexuales así por así con los dos y después alejarlos, este no sería un caso parecido al que tenía con JiMin, pero no debía permitir que esto continuara.

— Tae, para...— Murmure contra sus labios. — Tae, me estas lastimado. Debemos dormir ¿Si? — escucho mis palabras y se apartó de mí.

Habían pasado alrededor de 10 minutos de silencio entre nosotros pensé que Tae se había quedado dormido pero luego me di cuenta que no.

— Pensaste en él ¿Verdad?

— Tae... No es eso es solo que ambos estamos ebrios y las cosas no deben surgir así. — Respondí lo más creíble que pude.

La verdad es que si estaba teniendo remordimiento por lo que acaba de pasar, hace una semana me había entregado a JiMin y ahora estaba a punto de llegar a mayores con Tae, simplemente no podía permitir que aquello se efectuara.

— Bien. — Dijo dándome la espalda en la cama que nos encontrábamos.

— Vamos, Tae... No te enojes — Hable acercándome a él y abrazarlo.

Acto seguido de ello él se giró y quedo cara a cara conmigo, me regalo una de sus sonrisas típicas y se acercó a mis labios a robarme otro beso, para acto seguido cerrar sus ojos mientras susurraba las últimas palabras antes de dormirse.

— Este es solo el comienzo de nuestra historia, preciosa...

ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕDonde viven las historias. Descúbrelo ahora