ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕ

✔️FIFTY-NINE

||Hay Cosas Que Mueren En Nuestros Corazones||

Narra Anónimo

Days Before...

Recorría uno de los lugares menos poblados de la ciudad, necesitaba recuperarme de todo lo que me afligía y es que últimamente me sentía muy sola. Las cosas habían sido bastante sobresaltadas estos días, saber que Min Young casi era violada me había hecho que me sintiera muy mal por no haber haberla ayudado, pero es que esa noche a penas y podía levantarme de lo alcoholizada que me encontraba.

Luego de unos minutos de pensar en todo decidí retomar mi camino a casa, las calles de Busan en la noche solían ser peligrosa, pero sabía que no padecería ningún perjuicio, podía ver a unas pocas personas al alrededor, sin embargo, estaba al corriente que la maldad de las personas podía sobrepasar todo. Seguí caminando ya faltaban dos cuadras para poder llegar a casa, pero algo me hizo sentir inestabilidad, sentía una mirada sobre mí, aquello me hizo querer correr a casa y por instinto acelere mi paso. Pensé que era producto de mi imaginación pero vi por mi reflejo de un hombre, el cual se localizaba a escasos centímetros atrás de mí. Apresure aún más mi paso, mi vivienda a pesar de estar cerca, en este crítico instante la sentía a kilómetros de mí.

Corrí...

Saque fuerzas de donde no tenia y me alivie al momento de ver la entrada de mi casa, saque las llaves y entre, aunque por desgracia mis padres no se encontraban en casa... sentía aun la tensión al entrar a mi casa pero un poco segura de que nadie entraría en ella. Las luces se encontraban apagadas, sin embargo, las ventanas alrededor de la casa hacían que la luz entrara por ellas dándole un tétrico semblante, me dirigí a prender la luz, al momento de presionar el botón la luz ilumino toda la casa y fue ahí donde lo vi.

— NamJoon...

— Hola, linda...

Sentí como mi cuerpo perdía color al notar su presencia, estaba segura que estaba pálida con solo verlo. Mis manos empezaron a temblar aunque no era tan notorio, lo podía sentir. Se encontraba sentado en uno de los sofás, recorriéndome de pies a cabeza.

— Vamos... Tranquila soy yo. — Hablo con una sonrisa pícara mientras alzaba sus manos en son de que venía en paz. — Solo quiero que me ayudes en una pequeña cosita linda.

— ¿De qué hablas? Como ayudaría a un loco que quiso violar a mi amiga...

— Sé que a la final lo harás... — Hablo con seguridad. — Y te diré por qué. Aquella chica que consideras amiga no es lo que crees...

— ¡¿De qué hablas?! ¡La conozco más que tú! ¡Idiota!

— No me subestimes, preciosa — Hizo una pequeña pausa — Te diré porque la conozco mejor que cualquier persona que ha estado a su alrededor. — Hablo poniéndose de pie y alejándose un poco del sofá en el que estaba antes sentado— Desde que mis ojos se incrustaron en aquella chica, he tratado de sacar toda la información respecto a ella, la he examinado alrededor de tres años. — Seguro en mi cara está pegado "Eres un maldito loco" y se percató de ello. — Llámalo como quieras: Obsesivo, lunático o lo que sea. Conozco tanto de ella que te sorprendería al saber que ella prefiere contarle lo que le pasa a otra persona antes que a la chica que según considera su "mejor amiga". — Soltó una carcajada. — De hecho linda, ha hecho cosas que nunca te quiso decir y te diré por qué — Se acercó a mí, se colocó a unos cuantos centímetros de donde me encontraba. — , Porque esa boquita que tienes ahí— Dijo acercándose a ella y pasando su asquerosos dedos sobre mis labios— Nunca la puedes mantener callada. — Susurro.

— ¡Suéltame, idiota!— Exclame zafándome de su lado.

— Bien, siguiendo con mi pequeño favor, que sé que lo harás. — Afirmo.