||Los Encantadores Desastres Que Quedan En Ti...||
¿No estaba hablando enserio? No quería que me viera completamente desnuda, no estaba segura de eso, mis inseguridades iban a estar a mil si lo hacía. ¿Y si lo volvía a ver? ¿Cómo ocultaría la vergüenza al verlo al rostro? No, absolutamente no podía seguir con eso.
— JungKook, no puedo hacer eso, sabes que nunca he estado completamente expuesta a alguien de esta forma. — Dije mientras me sentaba y tapaba un poco mis pechos.
No medí hasta donde había llegado con JungKook, y cómo había dicho antes el, me deje llevar por las sensaciones que este juego tenía, pero no sé si podía llegar a más con ello.
— Entiendo, linda. Hagámoslo de nuevo, no tienes por qué exponerte para hacerlo. Acuéstate en la cama y has lo que digo, déjate llevar por mi voz. — Dijo con mucha serenidad en su voz.
Me coloque en la misma posición que antes había hecho, deje de tapar mis pechos y me relaje, mientras esperaba las indicaciones que JungKook quería que hiciera. Aún sentí esa tensión sexual a pesar de la breve interrupción de mi parte, sentía un pequeño cosquilleo en mi intimidad y no sabía a qué se debía, cómo había dicho era la primera vez que experimentaba algo así y ese pequeño cosquilleo solo lo había sentido cuando leía libros eróticos, pero ahora había aparecido de una forma diferente, más deseoso que antes.
— Pasa tus manos por tus pechos, hazlo suave, como si de un masaje estuvieras dándote— Dijo volviendo a su tono seductor. — Hazlo como si no estuviera yo aquí, olvídate de mí y solo déjate guiar por mi voz.
Guie mis manos a mis pechos cerrando mis ojos, me deje llevar por lo que mis manos torpemente hacían, escuchaba la voz de JungKook diciéndome como tocarme los pechos, y aquella estimulación que hacía con las yemas de mis dedos hacia que mi zona intima latiera en desesperación para más contacto.
— Abre las piernas— Dice— Quiero verte.
Dudo un poco antes de abrirlas, pero lo hago.
— Enséñame como te tocas— Murmuro.
Mis mejillas cambian de color a uno rosa, mis labios se separan un poco, muy lento guio mis manos a mis piernas.
— Eso es, linda. Tócate.
Meto mi mano dentro de mi pequeño interior de abejitas, sin darme cuenta llego al famoso clítoris y aun con los ojos cerrados escucho la voz de JungKook, pequeños jadeos excitantes percibo por parte de él, mientras su voz cada segundo se hace más áspera y excitante, uno de mis dedos roza el clítoris, y una ola de sensaciones baja a mi parte baja, me toma un corto tiempo llevar un ritmo pausado que me haga estimular y sentirme a gusto con lo que estoy haciendo.
— ¿Te gusta? — Su voz suena baja y ahogada.
Solo asiento aun con los ojos cerrados, un ruido entrecortado sale de mi boca, me froto más rápido, mi otra mano libre la dirijo a mis pechos y los acaricio, hasta rodear uno de mis pechos, me pellizco uno de mis pezones, escucho un gruñido por parte de JungKook al momento de realizar esa pequeña acción.
— ¿En qué estás pensando, princesa? — Aun con los ojos cerrados respondo con voz entrecortada su pregunta.
— Estoy pensando en lo sexy que eres— Susurro— Estoy pensando en lo mucho que quiero que estés encima mío.
— ¿Qué más? — Pregunta con voz ronca.
Dejo de acariciar mis pechos y dirijo mi mano a otras partes de mi cuerpo que para seguir acariciándome.
— Estoy pensando en tus dedos dentro de mí.
Mis dedos siguen jugando con mi clítoris, siento mis mejillas más rojas que antes, debido al calor que este ambiente comenzaba a ejercer.
ESTÁS LEYENDO
ᴘʀoмιsᴇs нᴀʟʟ || втѕ
RomanceDos cuerpos llenos de felicidad yacían en medio del salón de los encantos, la masa de euforia comenzaba a abrigarlos, ambos seguros de que acabaría bien, de que su amor continuaría y derrumbaría todas las paredes que vendrían, pero no era así de sim...