003

8.8K 779 416
                                    

—Estás loca.

—Aún así te encanto. —musité sobre sus labios.

—¿Qué intentas con Han?

—¿Qué es lo qué quieres de mí? —ataqué.

—No estás contestando mis preguntas

—Ni tú a las mías.

—Sin juegos Hye, ¿qué tramas?

—¿Porqué no dejas tus preguntas de lado y me tomas de una vez?

Mordí su labio causando un leve quejido.

Sus labios atacaron los míos en un abrir y cerrar de ojos.

Cerré mis ojos al sentir cómo besaba mi cuello y mordía dónde se le diera la jodida gana.

Su celular sonó y era el típico ring-ton que llevaba escuchando desde hace meses. Dejó de besarme para poder tomar su celular y poco me importó que tomara la llamada, seguiría besando cada parte de su cuerpo.

—¿Qué quieres Nayeon?

Y aún más si era la estúpida de su novia.

—¿Quieres salir? hace mucho que no salimos juntos, te extraño.

Hice un gran esfuerzo para no reír por el tono de su voz, tan falso desde que la conozco.

—Ahora no puedo, quizás mañana.

—Mañana tienes que ir a la estúpida fiesta con la perra esa.

Sabía que hablaba de mí, pues siempre me catalogaba de perra, zorra, prostituta y muchas cosas más que no me importaban en lo más mínimo. Al fin y al cabo, yo no soy la que dejó a un chico por su amigo.

—¿HyeRi? Nayeon, deja de llamarla así —suspiró cuándo dejé un beso en su cuello— Ella es sólo mi amiga, ya lo he dicho.

Reí.


¿Qué estás haciendo Hyunjin?

—Estoy con Minho, tranquilízate.


Hyunjin, dime que estás haciendo.


—Me llamas cuándo no estés eufórica.

Colgó la llamada y dio un largo suspiro.

—Hye, carajo.


—Hye

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hye.

Escuché su voz y me detuve en seco. Me giré y se veía igual de simple, pero tan perfecto.

—Jisung —sonreí— ¿Qué necesitas?

Me acerqué a él y posé mi mano en su pecho, vi como sus músculos se tensaban ante mi toque y vi una cadena de oro colgar de su cuello y esta contenía un crucifijo.

—Lo de la fiesta, ¿irás por mí? —retrocedió.

Sonreí y me acerqué más a él, agradecía que ahora los pasillos estaban solos y más en el último piso.

—¿Qué te hace dudar?

Incliné un poco mi cabeza y sonreí. Su corazón parecía querer salirse de su pecho y lo único que hizo fue mirar hacia otro lado.

—Sólo dime tú dirección, Han —pasé mi dedo índice por su labio y suspiró— No te comeré.

—Toma. —me extendió un papel y al desdoblarlo contenía la dirección de su hogar, con una excelente caligrafía.

—Genial, no pensé que fuéramos vecinos, tu casa queda a una cierta distancia de la mía. Pasaré por ti a las seis, ¿está bien? Solo no le digas a tu madre que iré yo o te encarcelara.

Sonreí de nueva cuenta y mordí mi labio.

—Está bien, no le diré nada.

—Genial, bueno, iré por un helado. Hasta luego —guiñé un ojo y me fui directo a las escaleras.

Escuché un suspiro de su parte y sonreí satisfecha. Comencé a caminar hacia la cafetería, y antes de girar para las escaleras lo miré por última vez y éste tenía su cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y su labio inferior entre sus dientes.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HEAVEN¹ | HAN JISUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora