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—¿Y eso te hizo sentir bien? Quiero decir; ¿te gustó que Hyunjin volviera a ti?

—Por supuesto que sí, esa noche me tomo como siempre había querido, me colocó en todas las maneras posibles que ni podía imaginarme, me deseaba, y mucho. Y yo a él, pero no sería más su muñequita, él iba a ser el mío.

—Lo que hiciste fue malo, Hye, y... Tienes que ser castigada por ello.

—Lo sé, padre.

—Rezaras dos aves maría, un credo y dos padres nuestros.

—De acuerdo.

—Y harás servicio comunitario por las tardes en la iglesia, eso ayudará a alimentar tu fe en dios.

—Bien.

Mire por los agujeros de la capilla y solo pude sus finos labios siendo mordisqueados por sus dientes.

Agaché la mirada y suspire.

—Debo irme, padre, gracias.

—Adiós, HyeRi.

Me acosté finalmente en la cama, veía el atardecer por aquellos agujeros en las telas que cubrían las ventanas

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Me acosté finalmente en la cama, veía el atardecer por aquellos agujeros en las telas que cubrían las ventanas.

Estaba cansada, del vuelo, de las tareas con las monjas, de desempacar, de todo.

Extrañaba a Han, seguramente con el sería más divertido todo. Recordé sus besos y me maldeci al momento por no estar con él.

Su toque.. Dios, esto era malo, pensar cosas impuras en un templo, pero carajo... Lo necesitaba.

Cerré mi ojos mientras bajaba mi mano desde mi abdomen a mi intimidad.

Roce mis dedos delicadamente en la fina tela de mis bragas y suspiré.

HyeRi, no hagas nada impuro.

Cerré con más fuerza mis ojos y recordé cuando Han me hizo suya.

—Maldita sea. —susurré.

HyeRi, tocate pensando en mí.

Metí mi mano por debajo de las bragas, acaricie mi clítoris y gemí.

—Jisung~

HyeRi, te follaré sin piedad cuando regreses.

Lloriquee al apretar aquella zona y me retorcía levemente en el colchón.

—Dios santo.

HyeRi, eres mía ¿cierto?

HEAVEN¹ | HAN JISUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora