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—¡Ugh!

Tiré el agua de la cubeta después de salir de la oficina de Kim, patee la cubeta.

—Tranquila —rió y la miré mal— No diré nada, pero, me duele un poco el saber que ya no sientes nada por mí. Pero bueno, así también me haces saber que no debo hacer algo indebido, el señor Kim es muy atractivo. —sonrió.

—Bien, no dirás nada, confío en ti, pero olvídalo, ¿sí? Entre el padre Kim y yo no hay nada, sólo fue un simple beso.

—¿Y porqué te empeñas en dejarlo en claro? —preguntó burlona— ¿Tienes miedo a que piense eso? ¿De que hay algo más entre ustedes? Lo nuestro lamentablemente se terminó HyeRi, no te preocupes. Tampoco tienes que darme explicaciones sobre Jisung.

La miré con el ceño fruncido y ella rió.

—¿Quién te lo..?

—Lara.

Maldecí bajo y Sana suspiró.

—Tranquila, por lo que ella me contó es alguien apuesto, pero —se acercó a mi— Yo no creo que quieras a alguien más que a mí.

Levanté la mirada y ella sonrió de lado, hubiera jurado que en ese preciso momento la hubiera besado de no ser porque Lara entró al baño y Sana se separó de mí al instante.

Abrí el grifo y comencé a quitar la suciedad de la cubeta, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho.

—HyeRi.. —musitó Lara.

—¿Mmh?

—¿Podemos hablar... A solas?

—Tranquila —rió Sana— Yo ya me iba a las duchas, nos vemos en la cena.

Sana antes de salir me guiñó un ojo y seguí lavando la cubeta.

—Hye...

—Si veniste a gritarme de nuevo no quiero oír nada, gracias.

Lara suspiró y se recargó en el mármol, levantó la mirada hacia el espejo que estaba en frente y negó con la cabeza.

—Lo lamento, solo... Ugh, no quería gritarte, sólo no creo que haya sido una buena idea confesarle eso a Kim.

—Bueno, pues ya lo hice, no hay marcha atrás, además, no me avergüenza. Sana fue y siempre será parte de mi vida y nunca la voy a negar.

—Bien, lo lamento, solo no quiero que salgas herida en esta situación, Kim podría estar jugando contigo.

Reí.

—¿Crees que seré yo la que salga herida? No sería la primera vez que jugarían conmigo y... Ya sé manejar la situación.

—Sí, claro, cómo con Jisung ¿no es así?

Terminé de exprimir el pañuelo y lo aventé dentro de la cubeta, la agarré y miré a Lara con una sonrisa.

—¿Quién dijo que mi situación con Jisung ya terminó? Y es más, ¿quién dijo que yo sería la última en ser herida con él?

—¿Qué planeas HyeRi?

—No planeo nada, solo digo, que yo nunca saldría herida con Han, y si es así, entonces él también saldría herido.

—Bien, pero no quiero quiero seguir molesta contigo, ¿me disculpas?

Lara extendió su mano para que la estrechara, y así lo hice.

Terminamos de cenar, Kim dijo que se quedaría a dormir pero que se quedaría poco tiempo trabajando en su oficina

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Terminamos de cenar, Kim dijo que se quedaría a dormir pero que se quedaría poco tiempo trabajando en su oficina.

Terminé de lavar los trastes y me fui con Lara a los dormitorios.

—Buenas noches, Hye.

Sonreí y seguí caminando, debía ir a los baños a apagar las luces que la madre Jaky me había dicho, las apagué y me di vuelta para regresar a mi habitación.

Pasé por la habitación de Kim pero la puerta estaba abierta, habían pasado ya una hora desde que terminó la cena, dijo que solo se quedaría por lo menos media hora, bufé y seguí caminando hasta que jalaron mi cuerpo y me adentraron a la habitación.

Sabia que era la habitación de Sana en el momento que vi su cabello naranja.

Tomó mis mejillas y me besó, cerró la puerta y seguimos el beso.

Tomé su nuca y me quejé en el momento en que mordió mi labio.

Había extrañado esto, sus labios me sabían tan dulces que seguramente había estado comiendo un dulce de cereza.

Estaba deleitándome con su delicado roce, sus dedos comenzaron a deslizarse por mi hombro haciendo caer los tirantes de mi pijama, subí mis manos desde sus caderas hasta su cintura levantando su polera, apreté con un poco de fuerza su cintura y Sana gimió.

Me despojó de la polera que llevaba y comenzó a besar mi cuello, metí mis dedos entre su cabello mientras suspiraba.

Ambas nos sobresaltamos en el momento que abrieron la puerta, era Kim, nos miró a ambas pero más a mí.

Sana agachó la mirada y maldijo por lo bajo

—¡Espera! —se escuchó por el pasillo, era la voz de la madre Jaky— ¡Debo revisar si HyeRi apagó las luces!

Kim entró a la habitación y cerró la puerta detrás, colocó su dedo índice en sus labios indicándonos silencio, ladeó la cabeza y colocó su oreja pegada a la puerta.

Me sentía avergonzada ante aquella situación, y juraría que Sana estaría aún más.

—¡Listo! —los pasos comenzaron a disminuir y con ello la voz de la madre Jaky— Al parecer el padre Kim sigue en la oficina.

Se escuchó un portazo, Kim se asomó y nos miró a ambas tras asegurarse de que ya no había nadie.

—¿Qué es lo que hacen? —susurró Kim.

—No es lo que parece —susurró Sana mientras lo miraba fijamente.

—¿Enserio? Porque se escuchaban sus quejidos en el pasillo. Deberías irte a dormir Hye, antes de que se den cuenta que no estás en tu habitación.

—Si te la quieres follar solo dilo —Kim miró sorprendido a Sana para después mirarme.

Cerré los ojos y suspiré, agaché la mirada y escuché a Kim reír bajo.

—¿Le contaste?

Kim se acercó a mí, tomó mi mandíbula para que lo mirara y Sana colocó su mano encima de la de Kim.

—Eso no hizo falta, los vi besándose.

Kim sonrió y volvió a mirarme.

Quité la mano de Kim y lo miré molesta, estaba molesta con él por lo que platicamos en la tarde, Jisung salió de tema y terminamos discutiendo, pero en fin, sabía que no iba a estar mucho tiempo enojada con él.

Tomé la polera y justo cuando iba a colocarmela Kim habló.

—¿Quién dijo que ya podías vestirte de nueva cuenta, Hye?

—¿Quién dijo que ya podías vestirte de nueva cuenta, Hye?

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HEAVEN¹ | HAN JISUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora