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Terminé de ducharme y al finalizar el desayuno fui a la capilla, justo en la hora que Kim me había citado ayer.

Si soy sincera, tenía vergüenza, porque me dejé llevar por el alcohol y sabía con seguridad que aquél hombre también, no volverá a ocurrir, y espero que no recuerde o no toque el tema siquiera.

Kim estaba ahí, con una camisa negra arremangada hasta los codos, su collarín, unos vaqueros y su cabello estaba húmedo.

—Buenas tardes. —musité.

Kim se giró y me miró, dejó los papeles en la mesa y sonrió ligeramente.

—Hola, HyeRi.

Metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón y él se acercó a mí.

—¿Qué quiere que haga?

Ponte de rodillas.

—Nada complicado en realidad, solo arreglar unos papeles de ese escritorio en lo que yo hago mi servicio aquí.

—¿Y eso es todo?

Abre la boca.

Si, después de eso, serás libre.

Me acerqué al escritorio y comencé a dividir los papeles, citas, horarios de misas, reuniones con otros padres, pagos, y demás cosas.

—HyeRi, sobre lo de ayer... —alce la mirada topandome con un cuadro de la virgen María y agaché la mirada nuevamente— Yo...

—Le pido disculpas padre, no debí hacer eso.

—Pero si yo fui el que te besé. Y siendo sincero, no me arrepiento —detuve mis acciones y me quedé mirando la mesa de madera— Ya he pedido perdón a Dios pero sigo sin sentir remordimiento.

Sentí sus manos en mi cintura y me giró, me quedé cogelada y sólo me límite a ver sus ojos. Estos tenían una cierta oscuridad, su pupila se dilató.

—Fue cosa del alcohol, le pido disculpas nuevamente.

—Si fuera cosa del alcohol no tuviera deseos de besarte nuevamente.

Sus labios se apegaron a los míos por un corto tiempo, me sentía embriagada de él, y era casi imposible resistirse a sus labios.

Volvió a besarme, esta vez se aferró a mi cintura apegandome a su cuerpo, me subió a su escritorio y abrí ligeramente mis piernas. Tomé su camisa atrayéndolo a mí.

“¿Enserio dejarás que te tome tan fácilmente?”

Podría jurar que la voz de Jisung estaba retumbando mis oídos con sus reproches pero, ¿y si Kim tenía razón? ¿Y si Nayeon fue su primera vez?

Tocaron la puerta y alejé su cuerpo del mío, me bajé del escritorio y seguí ordendo papeles.

“Eres una cualquiera, HyeRi

Cerré mis ojos, esto estaba muy mal.

La puerta rechinó y con ello la voz de la madre superiora.

—¡Buenas tardes, padre! Solo vine a ver si Hye vino a cumplir sus tareas.

—Sí, amh, ella llegó hace unos minutos y está haciendo un gran trabajo.

HEAVEN¹ | HAN JISUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora