016

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—Me volveré loco si te vas.

—Volveré.

—¿Hasta cuándo? Para cuando vuelvas encontrarás mi cuerpo hundido en la tierra, habré muerto por tu ausencia.

—No seas tan dramático.

Delinee con mi dedo índice su abdomen ligeramente marcado.

—¿Extrañas a Hyunjin? Oí que discutieron.

—No —suspiré— No es la primera vez que discutimos, y la verdad tantas veces me acostumbré a su rechazo que ahora simplemente, lo ignoro.

En cierta parte, eso era cierto, era como un cincuenta por ciento y cincuenta, porque la verdad, no lo ignoraba del todo, dolía el rechazo de Hyunjin, y sí, he hablado mal de él, porque es un idiota y lo reconozco, pero seguía siendo parte de mi vida, me enseñó tantas cosas que jamás olvidaré y deshacerse de una persona, no es tan fácil.

—Te ves tan linda.

Alcé mi rostro y pude ver su comisura ligeramente levantada, definitivamente Jisung era un chico muy apuesto. Y sin necesidad de esforzarse en ello.

—Han Jisung, ¿te he dicho que me he vuelto loca por ti?

Jisung rió, su risa era tan linda, como para grabarla y guardarla por años. Relamió sus labios y miró al techo.

—Estás delirando, ¿de nuevo bebiste Hye?

Me levanté y coloqué cada una de mis piernas a sus lados, y nuevamente un par de toallas estorbaban.

—¿Quieres que esté ebria para que me beses?

Sonrió mirándome a los ojos, colocó sus manos en mi cintura y solo bastó con inclinarme un tanto para tomar sus labios. Sabía a menta, su cabello seguía húmedo al igual que el mío.

Sus manos apretaron ligeramente mi cintura y hundieron mis caderas.

Gemí en sus labios al sentir su miembro.

—Hye~

—¿Mmh?

Mordió mi labio inferior y dolió tan sólo un poco.

—HyeRi, ¿porqué me atormentas de esta forma? ¿Porqué tuviste que besarme por primera vez en ese auto?

—¿Acaso estuvo mal?

Besé su cuello mientras que mis manos recorrían su cuerpo.

Bajé mis manos hasta su miembro y al lograr tocarlo un poco me colocó debajo de él en un abrir y cerrar de ojos, tomó mis manos y las puso a un lado de mi cabeza.

—No hagas eso.

Sonreí y con mis piernas enrollé su cuerpo atrayendolo al mío.

—¿Me vas a decir que no me deseas, cómo yo a ti?

Alcé mi rostro hasta su altura y dejé que mis labios rosaran ligeramente, y para cuando él quiso besarme dejé caer mi cabeza.

Reí al ver su cara de molestia, mordí mi labio.

—Eres tan cruel.

—Sí, pero eso te encanta.

—Eres malcriada.

—Y eso es lo que te atrae de mí.

—Te odié.

—Y ahora me amas.

—Eres la persona que más me ha atormentado en mis sueños.

—Porque me deseas.

Dejó mis manos para tomar mi nuca y besarme. Y esta vez, no lo hizo a su manera, era como si alguien, algún demonio, hubiese entrado a su cuerpo y besarme fuese como si su vida dependiera de ello.

Para cuando nos separamos, tomé sus manos y con su dedo índice delinee desde mis labios hasta mi cuello, miraba tan atento, el recorrido, que parecía un lobo hambriento por las ovejas.

Finalicé el recorrido dejando sus dedos entrelazados con la toalla, y era cuestión de que él decidiera.

Quitar sus manos, o la toalla.

Y eligió lo segundo.

Tiró de la toalla ligeramente, tomó la orilla y fue recorriendola hasta que esa extremidad quedara fuera del juego, tomó la segunda orilla y me miró a los ojos.

Sabía que estaba dudando, quería hacerlo pero no podía. Asi que tomé su mano y deslicé la toalla dejándome completamente expuesta.

Jisung me recorrió con su mirada mientras lamía sus labios.

—Eres perfecta.

Sonreí y nuevamente lo dejé bajo de mí, tomé la orilla de su toalla y tiré de ella. Hasta que lo dejé igual que a mí.

Han suspiró y cerró sus ojos.

Besé sus labios, fui dejando besos por todo su cuerpo, su cuello, sus clavículas, su abdomen, hasta que llegué a mi destino. Besé la punta y gimió bajo. Con la yema de mis dedos fui recorriendo su falo, lo tomé y lo metí a mi boca.

—Ugh, carajo~

Lo metía y lo sacaba, y así constantemente.

Pasaron los minutos y lo saqué de mi boca.

Volví a besarlo y no negó.

—¿Estás seguro de seguir? —lo miré fijamente y solamente asintió.

Suspiré y cerré los ojos. No sé que me atormentaba, lo deseaba y millones de veces lo diré, pero no sabía que era lo que me detenía.

Pero, finalmente me armé de valor, coloqué su miembro en mi, y fui bajando de a poco. Gemimos al unísono al sentirlo todo.

Jisung gemía conforme pasaba el tiempo, dios, se sentía...

Tan bien.

Y esta vez, todo era real.

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HEAVEN¹ | HAN JISUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora