Seguía debatiéndome si abrir o no aquella carta que tanto me intrigaba.
Minho dijo que Hyunjin sabía de Sana hacía ya muchos meses, y que ella no me dijese nada se me hizo demasiado sospechoso.
Estaba decidido, debía abrir esa carta ahora.
Me senté en el suelo y justo cuando iba a abrir la carta, Sana entró a la oficina de Kim.
—¿Qué haces?
Me levanté con rapidez y revolví la carta de Hwang con las demás.
—Nada, solo estaba a punto de revisar el correo.
—¿Hay alguna para mi? —sonrió.
—Amh...
Miré las cartas y comencé a buscar la suya. Hasta que la encontré, le di vuelta y aclaré mi garganta.
—Sí.
—¿Y? ¿De quién es?
Miré a Sana y respondí.
—De Hyunjin.
Sana dejó de sonreír y me arrebató la carta, comenzó a abrirla y sus ojos se movían demasiado rápido.
—¿Y? ¿Qué dice?
—Nada importante —guardo la carta en el sobre y la oculto en su espalda— Solo que es bueno saludarme y blah, blah.
—Ah... ¿Y cómo Hyunjin sabe en donde estás? Se suponía que nadie sabía de ti.
—Oh, es que hablaba con él hacía unos meses y le dije que me internaría aquí.
—¿Y porqué nunca me lo dijiste?
—¿Y para qué? No le veía caso en realidad, lo siento.
—¿Puedo leerla?
—Bien.
Sana me extendió la carta sin pensarlo dos veces, tomé la carta y la vi, sin duda era la letra de Hwang.
Hey, bonita. Espero que no te estén tratando mal en ese convento. Es bueno saludarte, ya tengo ansias por verte de nuevo, han pasado unos, ¿tres años? ¿Menos? No lo sé, pero tengo que hablar de muchas cosas contigo. Oí que HyeRi estaba en ese mismo convento, si puedes dale mis saludos y dile que espero verla muy pronto.
En fin, ¡besos!
Sana comenzó a reír y se cruzó de brazos.
—¿Creíste que te engañaba? Que tonta eres.
Sana tomó mi nuca y me besó, dejé caer las cartas al suelo y coloque mis manos en su cintura.
Pasaron los minutos hasta que escuché la puerta rechinar. Nos separamos y vimos a Daemin nos observaba, en su rostro se ensanchó una sonrisa y corrió del lugar.
Salí corriendo tras de ella pero cuando finalmente la alcancé ella ya estaba con la madre superiora.
La madre me observó, frunció su ceño y se acercó a mi, tomó con fuerza mi brazo y me llevo arrastrando fuera de la cocina.
—¡Tú nunca aprenderás! Eres una inútil, nunca lograrás nada en esta vida por todos tus pecados. Eres una escoria, Nam HyeRi.
Me quejé por la fuerza de sus dedos enterrarse en mi brazo. Llegamos hasta la oficina de Kim donde se encontraban él y Sana.
La madre superiora aventó mi cuerpo al suelo y mis rodillas se golpearon tan fuerte que dolían como nunca antes.
—¿Que sucede? —preguntó Kim.
La madre superiora hizo caso omiso de sus palabras y tomó a Sana del cabello. La aventó a mi lado y ella cayó por completo al suelo.
—Puede retirarse, padre.
Ella tomó el látigo del estante y lo alzó golpeándome en mi brazo izquierdo, grité del dolor y caí al suelo
—Es hora que paguen por sus pecados.
Sentí otro golpe en mi espalda y volví a gritar.
Levanté mi rostro lleno de lágrimas y justo cuando ella iba a dar un golpe más Kim la detuvo y quitó el látigo de su mano.
—¡No es manera de corregirlas, madre!
La madre superiora le dio una bofetada a Kim.
—¡Estas niñas se estaban besando! ¡¿Usted cree que voy a dejarlo pasar?!
—Aún así, no es adecuada su manera de corregirlas.
—Bien, entonces irán al sótano.
Nos tomó a Sana y a mí del cabello, comenzó a arrastrarnos hasta el sótano. Kim iba a seguirnos pero una de las madres se lo impidió.
La madre superiora nos encerró en el sótano donde habían ratas y tuberías rotas. Donde no había luz más que unas velas.
Pasamos toda la noche encerradas ahí, hasta el día siguiente.
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HEAVEN¹ | HAN JISUNG
Fiksi Penggemar❝ Corrompes todo de mí, me haces pecar, haces que te mire con la ropa tan pegada que llevas puesta, me besas de una forma tan cruel, y después de eso, ¿no sientes ni una pizca de culpa ante dios? ❞ Han Jisung era el niñito raro del colegio, pues p...