❝ Corrompes todo de mí, me haces pecar, haces que te mire con la ropa tan pegada que llevas puesta, me besas de una forma tan cruel, y después de eso, ¿no sientes ni una pizca de culpa ante dios? ❞
Han Jisung era el niñito raro del colegio, pues p...
Mi cabello estaba revuelto, pero ya había el maquillaje adecuado sobre mi rostro, algo simple, mis párpados estaban con un delgado delineado rojo y mis pestañas igual estaban rojas. Mis labios eran de un tono cereza por la tinta y me gustaba dejarlos así.
Puse aquel vestido rojo que era corto y dejé la pequeña diadema con cuernos en la mesa. Suspiré y vi la hora, faltaba solamente una hora para poder ver a Han, ansiaba porque el tiempo corriera.
Mire el escote que llevaba por el espejo y suspiré dejando que mi espalda se recargara en el respaldo de la silla.
Giré sobre la silla giratoria y miré a mi hermano recargado en el marco de la puerta de mi habitación.
—¿Qué es lo que quieres? —me giré de nuevo y conecté la plancha para cabello y comenzara a calentarse.
Chan bufó y cruzó sus brazos.
—¿Seguirás enojada? Debiste haberme dicho que querías el auto y no hubiera dicho que yo me lo llevaría.
—Da igual, ¿a qué vienes?
—Cancelé mis planes con Jihyo, así que puedes tomar el auto.
—¿En verdad? —sonreí y me levanté de la silla, lo abracé— Gracias Chris.
—¿Irás vestida así? Vas muy... Descubierta.
—Y aquí vamos....
Me alejé y volví a sentarme. Se acercó a mi y posó sus manos sobre mis hombros.
—Solo, ve con cuidado.
—Lo haré, gracias.
Sonreí y vi desaparecer su cuerpo por la puerta. Dividí mi cabello y comencé a dejarlo liso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Vamos Han... Son las seis y media, sal de tu escondite de una buena vez. —dije para mi.
La puerta de su hogar se abrió y una sonrisa apareció en mis labios, pero tan rápido se esfumó al ver a aquella mujer despidiéndose de Han.
Traté de ocultar mi rostro bajando un poco la cabeza y pude ver como Han me buscaba con la mirada. Su madre entró a casa y pude salir solo un poco sin mostrar mi cuerpo y solamente el rostro.
—Han. —hablé.
En seguida giró su rostro y me miró, corrió hacia el auto y me adentré nuevamente en él. Quité el pestillo y entró al auto.
