Celo

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Salgo del hospital sintiendo como todo mi cuerpo tira en la dirección opuesta. No quiero alejarme. Es más, ni siquiera quería haber salido de esa sala. Ese hombre... siempre me había hecho sentir una extraña atracción. De hecho, siempre pensé que si tenía que dejar mi vida de soltero redomado sería por alguien como él. El único fallo es que siempre me mira por encima del hombro y es tan frio... pero hoy ha sido totalmente diferente.

La forma en la que me miraba era como si me deseara. No solo como si me deseara, lo que me gritaban sus ojos era que me necesitaba con la misma intensidad que yo siento que lo necesito. Oh... y ese olor. Es cierto que siempre ha olido bien el condenado a pesar de trabajar donde trabaja, pero hoy su aroma era realmente embriagador y atrayente. Joder, me he puesto mas que duro solo con ese olor. ¿Y ese sonrojo? No se si sería porque tenia calor o que, pero casi me desangro solo de ver como se sonrojaba y tan solo de imaginarme la expresión que tiene que tener al follar... uf...

Alzo la vista mirando hacia atrás y sintiendo que algo me llama desde su interior, pero la voz de Grimmjow me saca de mi ensueño.

-Renji ¿Qué te pasa tio?¿Es que quieres volver a probar suerte?

-¿Suerte?- Dice el nuevo alzando una ceja.

-Si bueno, hay que reconocer que el forense esta como un queso.- Dice haciendo que por un instante tenga ganas de estamparlo contra el coche patrulla, pero en contra de mis instintos desbocados, entro y me siento en el lado del conductor apretando los dientes.- Lo que pasa es que el tio siempre es de un sieso que no se puede aguantar. Pero a Renji...- dice sonriendo.- siempre le ha molado.

-No me ha molado.- Digo sin nada de convencimiento.

-Ya. Bueno, lo que sea. Pero el caso es que siempre que venimos, estas deseando verlo aunque luego nos eche casi a patadas. Es un tsundere absoluto.- Dice echándose hacia atrás en el asiento del copiloto.- En fin. Un desperdicio total porque esta bueno que te cagas.

Si. Un desperdicio total. Aunque lo que me ha hecho sentir hoy... no ha sido algo frio o superficial como siempre. Hoy había algo en él que me gritaba... algo que me ha encendido por dentro...

***Yhwach***

Termino de atender a una paciente y cuando la despido abriéndole la puerta como todo un caballero, me llega la señal inequívoca de que un omega acaba de entrar en celo.

-Flor de sakura. Perfecto.- Digo mas para mi que para nadie, mientras siento como mi alfa interior comienza a gruñir de placer adelantado.- Tengo que salir.- Le digo a mi enfermera que me mira con cara de sorpresa.- Una emergencia medica.

Bajo siguiendo el dulce aroma a flores y cuando llego frente a la puerta del laboratorio, el aroma se ha intensificado tanto que podría ser incluso intoxicante, pero para un cuerpo como el mio, es pura ambrosía que activa todas las células de mi piel. Solo los Kuchiki son tan deliciosos en sus celos. He probado muchos omegas en mi vida y aun no he encontrado a ninguno que me provoque más que ellos.

Intento abrir la puerta, pero la encuentro cerrada. Desde su interior puedo escuchar algunos jadeos dolorosos y placenteros. Mi precioso omega se está divirtiendo solo, pero estoy seguro de que eso no le será suficiente para calmar un primer celo a su edad.

Saco un par de herramientas que siempre llevo a modo de llavero y que en casos como este, me sirven para abrir cerraduras sencillas como esta. En cuanto siento como la puerta cede, la abro aspirando para gruñir a continuación. Entro y localizo al omega rápidamente. Esta sentado en el suelo, con las piernas abiertas, desnudo de cintura para abajo, con la polla entre sus manos y un buen charco de semen y fluidos lubricantes bajo su cuerpo. El pelo esta empapado de sudor y se le pega al rostro palido y sonrojado a la vez por el calor que tiene que tener acumulado en su bajo vientre.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora