Malas noticias

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La puerta del deposito se abren y en cuanto siento el aroma de ese maldito hombre envolverme siento como se me eriza hasta el ultimo pelo del cuerpo, y no precisamente por lo agradable de la situación.

-Hola preciosos.- Dice refiriéndose a Jugram y a mi.

-No se te ha perdido nada por el deposito, Yhwach.- Le digo sin mirarlo ni siquiera.

-¿Cómo que no?- dice acercándose a Jugram y acariciando su vientre, lo que hace que este arquee una ceja.- He venido a ver como van mis futuros cachorros.

-Ya te dije que no sé si es tuyo.- Ver la naturalidad con la que habla Jugram a Yhwach me eriza los pelos.- Y en todo caso, sería solo un cachorro. ¿O es que me confundes con otro de tus pacientes preñados por ti?

-No.- Dice acercándose donde estoy e intentando repetir la misma acción que acaba de hacer con Jugram, solo que antes de que su mano roce siquiera mi vientre, se la golpeo y me aparto mirándolo casi con horror.- Está bien, veo que hoy sigues con un humor de perros.

-En lo que se refiere a ti si y ni se te ocurra volver a decir que mis hijos son tuyos.

-Byakuya.- Veo como Jugram me mira pasando de sorprendido a cabreado.- ¿Tambien te lo tiraste?- Le dice a Yhwach realmente furioso, a lo que el gigante sonríe ladeando su maligna sonrisa.

-No me culpes por caer bajo el influjo de la belleza.

-Creo que tu debilidad por la belleza la tienes demasiado presente.- Dice con indiferencia a lo que Yhwach solo sonríe.- Aunque conociéndote... Lo que realmente me sorprende es que tu cayeras con él.- Me dice mirándome fieramente.

-Intento olvidarlo, creeme.- Digo mientras me quito los guantes y desisto de continuar la autopsia que estaba haciendo.- Ademas, solo fue una vez y no fue para tanto.- Digo tomando mi abrigo.- Necesito algo de aire.- Digo pasando por el lado de Yhwach que me sostiene de un brazo para susurrarme al oído.

-Dices eso porque temes reconocer que aun tiemblas al recordar nuestro encuentro.

-Digo eso porque es la verdad.- Si pudiera matarlo con tan solo mi mirada estaría fulminado.- Renji es mi pareja y el padre de mis hijos y no quiero volver a escucharte decir lo contrario. Jugram, nos vemos mañana.

-Que remedio.- Dice mi compañero haciendo que frunza el ceño. ¿Es que ahora me toca aguantar celos tambien? Paso. No estoy para estas cosas y menos para aguantar a este maldito al que puedo sentir tras de mi una vez abandono el deposito.

-Si continuas siguiéndome pediré una orden de alejamiento por acoso.- Digo escuchando su carcajada estallando en el silencio del pasillo. Entonces noto como un intenso mareo me hace apoyarme en la pared y en seguida lo tengo sosteniéndome para girarme hacia él.

-No vine a acosarte. Solo quería saber como iba el embarazo, ya que no quisiste que yo fuera tu medico de cabecera.

-Por razones más que obvias.- Le digo fulminándolo con la mirada.- No quiero tener nada que ver contigo.

-Sabes que eso es imposible. Ademas, Byakuya, deberías pensar más en nuestros pequeños.

-¡Mis pequeños!- Le grito sintiendo que me quedo sin aire.- No vuelvas a decir que son tuyos.

-Esos síntomas que tienes...- Dice haciendo que algo en mi interior se paralice.- No son normales.- Yo alzo la mirada para ver como su expresión esta totalmente seria. No esta bromeando y aunque no se como lo ha sabido, sé que lo sabe.- Tu cuerpo los rechaza.- Jadeo teniendo que sostenerme en sus brazos a la vez que él me sostiene.

-No es cierto. Yo... mi cuerpo no los puede rechazar.

-Tal vez si no estuvieras marcado por ese pelirrojo o... si lo estuvieras del padre de esas criaturas.- Dice acercándose demasiado. No tengo fuerzas para apartarlo y su intenso aroma me marea lo suficiente como para no poder pensar con claridad.- Tu los estas matando, Byakuya.- Dice como si fuera un golpe demasiado certero, tanto que incluso mis pequeños se revuelven en mi interior.- Creeme. Lo que te está pasando es porque la marca de tu alfa no se corresponde con la genética de los pequeños.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora