Confesiones y responsabilidades

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Me lo pienso varias veces antes de decidirme a entrar en el café de Kenpachi. Ayer me sorprendio por primera vez desde que estamos juntos... bueno, sé que no estamos saliendo ni nada parecido, pero es la primera vez que casi sentí que esto podría ser una autentica relación. Casi no me creía que me llamara para que bajara a la calle en plena noche porque quería darme algo, pero aun me sorprendio más cuando vi lo que me traía. Pasteles de cereza. Mi preferido de toda la gama de dulces que tiene en la cafetería... de hecho, desde que tengo uso de razón, ese dulce ha sido mi preferido.

Pensaba que, tras darme los pasteles, me pediría algo a cambio. Subir al piso, follar en algún callejón oscuro dentro de su coche. No se, algo asi, pero volvió a sorprenderme cuando solamente me beso antes de irse. Ahora, eso sí, el beso que me dio me dejó con las piernas temblando y el corazón a mil.

En cuanto suena la campanita de la puerta y la voz de Kaien me saluda desde la barra, hecho de menos a Tensa. Lo cierto es que, me he acostumbrado a verlo por aquí, pero últimamente no lo veo demasiado.

-Hola Kaien.- Le digo mirando a mi alrededor.

-Aun no ha llegado.- Me dice mientras sonríe ligeramente, cosa que me molesta y me hace sonrojar.

-No sé de que me hablas... yo solo buscaba a Tensa.- digo sintiendo mi cara arder. Él sonríe ligeramente sin mirarme mientras termina de guardar algunos vasos en la vitrina.

-Claro. Pues hoy no ha venido.

-Ultimamente falta mucho ¿no?

-Sí. Tiene una mala racha de salud. Pero no es ninguna novedad con tanto enfermo en la cuidad.

Si. En eso tiene razón aunque, la mitad de esos mal estares no son precisamente enfermedades. No quiero pensar que Tensa tambien sea de los que... caímos bajo el influjo de ese celo y posteriores consecuencias.

-¿Quieres tomar algo mientras esperas al jefe?

-Si.- Digo abriendo los ojos mientras veo como Kaien alarga ligeramente su sonrisa, cosa que termina por contagiarme sin poder evitar sentir algo calido en mi interior.-Ponme un pastel de cereza.

***Ichigo***

No puedo estarme quieto mientras espero a que Grimmjow llegue a nuestra cita. He estado posponiendo esto desde que me enteré que estaba embarazado, pero si realmente voy a mudarme con Hyo... esto no puede seguir así. Tengo que hacer algo con el niño...

-Si que pareces ansioso por verme fresita.- Dice haciendo que me estremezca solo con su mirada.

-Solo a ti se te ocurre llegar tarde.- Le digo molesto e intentando que su presencia no me afecte demasiado, cosa que me es demasiado difícil en cuanto su aroma a mar me invade.

-No seas asi. Hace mucho que no nos vemos. Al menos podrías recibirme con un beso o...- No me contengo cuando lo golpeo en la cabeza escuchado su protesta infatil.

-No he quedado contigo para escuchar bromas o tonterías, Grimmjow.

-¿Entonces para que me has pedido vernos?- Dice ahora molesto.- Al salir del hospital me dejaste bien claro que no querías saber nada más de mi.

-Tenemos que hablar de... del bebé.- Veo como abre los ojos y se lleva una mano a la nuca de manera nerviosa.

-Creia que dijiste que era de Hyo.- Obviamente tanto el como yo sabemos que eso es imposible.

-Y así debería haber sido.- Le digo sintiendo su dolor solo con su mirada. Luego chasquea la lengua y golpea una piedra a la vez que mete las manos en sus bolsillos.

-¿Se lo has dicho ya?

-No. Yo... no he sabido como hacerlo...

-Facil. Dile la verdad. Que nos acostamos porque me deseabas y que ahora estas preñado y coladito por mi.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora