Decisiones omega

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Salgo del registro civil sin poder evitar sonreir al ver el nombre de las pequeñas junto al mio y al de Byakuya en nuestro nuevo libro de familia. Dioses... libro de familia. Por fin somos una familia, pero ¿hasta cuando? No quiero pensar en la posibilidad de perderlos o tener que separarme de ellos. Sé que meti la pata. Sé que debo atenerme a las consecuencias de todo lo que hice, pero es tan injusto... Sé que si hablara con Rikichi, esto se solucionaría rápidamente. Yo... tengo que hablar con él.

Antes de pensármelo dos veces y, a pesar de que Urahara me especificó que no intentara hablar con él, estoy frente a la puerta de su casa. Siento un leve deja vu cuando bajo del coche y me acerco a la entrada. Si. Esa parte la recuerdo. Llegué sintiendo que explotaría en cuestión de segundos justo cuando él apareció. Manzanas. Dioses. Tengo ese olor clavado en mi nariz a pesar de desear oler otro aroma.

Llamo a la puerta y un chico bajito, moreno y con ojos pequeños y tristones me abre mirándome un poco sorprendido.

-Buenos días, yo... vengo buscando a una persona.

-Urahara sama no se encuentra en este momento. ¿Tenia cita?

-No. Yo, en realidad, vengo a ver a Rikichi.

-¿Abarai san?- Dice arrugando el entrecejo.

-¿Nos conocemos?

-No... es solo que Urahara sama dijo... que si un hombre pelirrojo venia pidiendo ver a Riki chan... no lo dejaramos pasar.

-¿Qué?¿Pero por que?

-No... no tengo esa respuesta. Yo solo...

Pero antes de que el chico continue lo hago a un lado entrando en la casa y caminando a zancadas por los pasillos, mientras a mi espalda escucho como el chico me llama intentando detenerme.

-Rikichi. ¡Rikichi!

Antes de poder seguir profundizando en la mansión que se ha montado este tio veo a Rikichi salir de una sala con la cara un poco palida. Mierda. No me gusta verlo asi, pero ¿Por qué? Él es la causa de todos mis problemas. Deberia darme igual si se ve mal o bien.

-Renji... ¿Qué haces aquí?

-¿Tan raro te parece que venga a hablar contigo después de todo lo que hay montado?

-Si... bueno, Urahara sama dijo que...

-¿Qué?¿Que no vendría?¿Que esperaramos? Mira Rikichi, sé que lo que sucedió fue... joder, fue algo incontrolable. Tu lo sentiste tan bien como yo. No eramos nosotros, el celo nos dominó y... y... lo que sucedió...

-Lo que sucedió fue maravilloso.- Dice de manera impactante haciéndome sentir angustiado.- Renji, no tienes ni idea de lo que significó que precisamente tu, tomaras mi primer celo.

-¿Qué?¿Como que precisamente yo? Ni siquiera nos conocíamos.

-En eso te equivocas.- Dice sonrojándose un poco.- Hace unos dos años, cuando volvia a casa de un trabajo, unos tipos me asaltaron en la calle. Me robaron y me golpearon. Me habrían matado, pero tu pasaste por allí y lo evitaste. Me salvaste Renji. Al igual que me salvaste cuando nos encontramos con nuestros celos coincidentes.- Arrugo el entrecejo intentando recordar hasta que ese momento llega a mi, pero de forma muy vaga.

El recuerdo de una noche de juerga con Grimmjow. Caminar alegremente con una ligera borrachera y escuchar voces en un callejón. Recuerdo la ira al ver como dos tipos golpeaban a alguien en el suelo y como Grimmjow y yo los redujimos, llamamos a una ambulancia y terminamos en la comisaría arrestando a los dos ladrones. Pero no recuerdo al chico. Estaba ensangrentado, y apenas me fijé en su rostro más que para comprobar que estaba vivo y decirle algunas palabras de animo.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora