El caso de "La Víbora"

456 31 49
                                    

El viento agita levemente el cabello de mi flequillo y eso me indica que debo girar la cadera un poco hacia la derecha. Siento las pulsaciones en mi cabeza y en mi pecho a la vez que tomo aire profundamente y me dispongo a cazar esa bola rápida antes de que me elimine.

Cuando el pitcher lanza la bola, es como si todo se ralentizara y puedo ver perfectamente hacia donde irá y como debo golpearla. Mi cuerpo se mueve solo, ni siquiera tengo que dar ninguna orden con el pensamiento cuando ya la he golpeado y veo con orgullo como se eleva más y más. Salgo disparado hacia la primera base, pero no me detengo ahí. Escucho los gritos de mis compañeros animándome a que continue, tengo que ganar la segunda base y controlar donde está la bola. Lo malo es que cuando piso la segunda base, mi pie se desliza un poco y termino rodando por el suelo por culpa de la inercia que llevaba.

-¡Kurosaki!¡Kurosaki ¿estas bien?!- La voz del entrenador me llega rápidamente, pero lo único que me preocupa es el pinchazo que he sentido en mi tobillo.

-Esto no tiene buena pinta. Podría ser un esguince o algo más grave.- Le dice el ayudante a mi entrenador que me mira con el ceño fruncido.

-¿En que pensabas muchacho?¿Es que no miras donde pones los pies?- Gruñe haciéndome desviar la mirada.

Es cierto joder. ¿Es que soy un principiante? Hace tres años que me ficharon para el equipo nacional de béisbol y no puedo cometer este tipo de errores. Encima era solo un partido de entrenamiento y dentro de tres semanas comienzan los partidos de liga.

-Lo siento, señor.- Le digo como única excusa.

-Esta bien. Tu,- Dice señalando a uno de los reservas.- Acompáñalo al hospital.

-¿Qué?- Digo alarmado.- Estoy bien. Es solo una torcedura... se me pasará con algo de hielo y...

-Vas a ir al hospital y te van a mirar ese tobillo. No quiero que empeores la situación.

Chasqueo la lengua cuando lo veo darme la espalda dando por finalizada la conversación.

-Anda venga Kurosaki,- Dice mi compañero.- Vayamos al hospital y volvamos para la última ronda.- Dice sonriendo.

***Grimmjow***

-Aun no puedo creerme que nos hagan ir al hospital por el caso del viejo del infarto.- Le digo a Renji viendo como él tan solo bosteza haciéndome sonreír.

Anoche al final salimos hasta bien entrada la madrugada y ambos triunfamos. Los chicos que llamé llegaron más que dispuestos a que nos los pasáramos por la piedra las veces que quisiéramos y la verdad es que fue una autentica pasada. Salir de nuevo con Renji es cojonudo y solo hay que ver como se ríe al empujarme, cuando me descubre sonriendo por su bostezo, para darse cuenta de que vuelve a ser el mismo de antes. De antes de tener esa jodida idea de intentar algo serio, claro.

-No es justo.- Digo de nuevo entrando en modo protestón.- Somos la pareja de inspectores con mayor índice de casos resueltos de nuestra comisaría ¿y nos mandan a un caso de un viejo muerto por un infarto?¿En serio?

-Venga Grimmjow, no te quejes tanto tio. El capitán ha dicho que habían descubierto algo en la autopsia y...

-¿En la autopsia?¿Tendremos que ver a ese par de tsunderes buenorros?- Digo sonriendo y restregándome las manos.

-No quiero ni saber lo que dirían si supieran como los llamas.

-Pero es que les pega. Están tan buenos que debería ser ilegal, pero en contra de lo angelical de su aspecto, son unos auténticos demonios sexys y provocativos.

-Y frígidos, serios y ariscos.- Añade Renji haciéndome reír.- Pero tienes razón.- Dice antes de entrar en la fría sala del depósito.- Los dos están para comérselos de punta a punta.- Dice torciendo una sonrisa que me hace sonreír a su par.- Aunque si tuviera que elegir... lo tendría súper claro.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora