LLegando al límite

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Las visitas de Yhwach siempre me dejan exahusto. Es como si no pudiera bajar la guardia, pero a la vez, no quisiera tener que desconfiar. Nunca me gustaron los hombres mayores, al menos, no tan mayores, pero desde lo que compartimos durante mi celo, no puedo evitar sentirme atraído por él a la vez que lo odio y rechazo por todo lo que sé que les ha hecho a mis hermanos.

Por otro lado esta Zan. Dioses, este si que me da dolor de cabeza. Mi corazón no deja de encogerse ante lo que siento, pero no quiero sentir eso. Yo... quiero odiarlo. Tengo que odiarlo porque si no lo hiciera, no podría mantenerlo alejado. Aun siento arder mi cuerpo cuando pienso en lo que sucedió anoche. Como me besó, como me pedía que lo aceptara con esa voz tan profunda que me erizaba la piel.

No puedo evitar sonreir cuando veo que me he puesto duro. Dioses, si entrara ahora mismo uno de mis pequeños pacientes con su madre, seguramente me denunciaría por pervertido. Esto que siento me esta volviendo loco.

-Doctor, aquí hay dos hombres que preguntan por usted.- Dice mi enfermera y en cuanto veo la figura de Zan tras ella, siento como el corazón se me encoje.

Puedo ver perfectamente como él frunce el ceño y al momento, veo a Renji pasar a su lado y entrar.

-¿Te importa que pasemos?

-Renji... ¿Qué haceis aquí? Yo... tengo mucho trabajo.- Les digo intentando no mirar directamente a Zan aunque, en cuanto su aroma fresco me llega jadeo ligeramente. ¿Es que me está provocando?

-Hemos venido porque Soujun nos lo ha pedido.- Dice Renji haciendo que los mire preocupado.

-¿Mi hermano?¿Le ha sucedido algo? Yhwach acaba de estar aquí y...

-¿Mi padre?- La voz de Zan me golpea directamente y lo miro sintiendo algo de temor. ¿Por qué siento este temor? No me importa que lo sepa o que piense mal. Ese era mi plan ¿no? Darle celos con Yhwach. Ademas, yo... no quiero volver con el... ¿verdad?

-Tu hermano esta bien. Ha interpuesto la demanda de extinción de la marca, pero esta preocupado por ti.

-¿Por mi? Debería preocuparse por él.- Digo intentando no mirar a Zan, pero se me hace demasiado complicado cuando siento su mirada sobre mi. Sobre mi piel.

-¿Estas bien?- De nuevo su voz me hace estremecer.

-¡No uses eso!- Le grito sorprendiendo a ambos.

-Sen...

-No estoy usando la marca. Eres tu el que estas... alterado.- Dice mirándome con más intensidad.- Tu olor...- Dice acercándose, pero logro reaccionar y apartarlo tirándole varios papeles.

-Largaos.- Les digo furioso.- Renji, dile a mi hermano que estoy bien. Ya he hablado con Yhwach y no necesito que nadie me cuide o proteja.- Digo con toda la intención mirando a Zangetsu que ha oscurecido su mirada y puedo notar como ha acelerado su respiración.- Zangetsu ya te dije que no quiero volver a verte.

-No puedes evitar que quiera protegerte.- Dice a pesar de que acepta el alejarse de mi. Me siento demasiado alterado. Aprieto los dientes y lo miro desafiante.

-Si que puedo. De hecho voy a hacer igual que mi hermano.- Le digo viendo como eso si le hace abrir los ojos e incluso emitir un gruñido.- Pediré que me quites la marca. No quiero... tener nada que ver contigo... ah...- Abro los ojos al sentir como me falta el aire y como una ligera punzada me atraviesa el vientre.

-Zangetsu creo que deberíamos irnos.- Dice Renji tirando del brazo de Zan.

Escucho sus pisadas, pero al momento siento como tiran de mis hombros para alzarme y enfrentarme a su rostro. Sus ojos negros me atraviesan dejándome claro que no va a alejarse y por extraño que parezca, yo tampoco quiero que lo haga. Su aroma se cuela por todo mi ser haciéndome jadear y cuando sus labios poseen los mios, abro la boca para dejar que su lengua me invada, haciendo que todo mi cuerpo estalle.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora