"Capítulo tres"

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Música al máximo y olor a cigarrillo. Eso era lo primero que sintió Myoui al cruzar la puerta de la enorme casa de Jackson.

—¿Me quieren recordar por qué vinimos?

Chaeyoung sonrió con malicia y tomó el hombro de la más alta—. Por qué vino Im.

Por el tono de voz de la pelirroja, parecía más que se refería a Nayeon que a Jaebum.

—¿Cerveza? —sonó la voz de Jackson a sus espaldas, quien sostenía algunas botellas de alcohol.

—No gracias, voy a prepárame yo el trago —contestó rápidamente la japonesa, buscando con la mirada a alguien en particular, mientras Jackson se iba sin más.

—¿Por qué te negaste? Jackson está buenísimo —preguntó Momo.

—No está en mis planes que me violen.

—¿Quién trató de violarte?

La voz de Nayeon sonó molesta, asustando a Mina y a sus amigas, quienes miraron a la mayor con sorpresa.

—No te interesa —contestó rápidamente la japonesa, caminando hacia la cocina en busca de alcohol. Por el momento, lo único que quería era beber vino y no toparse con los hermanos Im.

Pero lamentablemente el destino no parecía querer lo mismo, por lo que en medio de un largo trago de licor rojo, Jaebum tocó la cintura de la menor y la saludó con un beso en la mejilla.

"Genial"

—Pensé que estarías con tus amigas —el mayor se apoyó en la mesa de mármol y la miró con una sonrisa.

—Mis amigas probablemente estén buscando alguien con quién bailar, así que yo prefiero emborracharme en la soledad de la cocina.

—¿No necesitas compañía? Mis amigos parecen querer lo mismo que tus amigas.

—¿Tú no vas a hacerles compañía? —el tono de voz de la menor hablaba mucho más que sus palabras, disgustando a Jaebum.

—Si no quieres que esté aquí, sólo dilo, Myoui —comentó enojado el más alto, saliendo de la cocina. Con alivio, Mina se terminó la copa de vino y procedió a servirse otra.

Con el pasar del tiempo, pequeños grupos de personas entraban y salían de la cocina, siempre mirando con extrañeza a la japonesa, quien ya parecía estarle haciendo efecto la ya media botella de vino tinto.

—¿Qué miras? —dijo a la defensiva Mina luego de que un grupo de amigas se le hayan quedado mirando. Suspiró luego de acabar su ya décima copa de vino y decidió que era buen momento para ir al baño, pues su vejiga ya se lo estaba pidiendo.

Caminó con dificultad hacia el baño y se posicionó en la fila sin ver muy bien a su alrededor. Con molestia, sintió sus zapatillas extrañamente apretadas, causando que sus pies dolieran.

Zapatillas de mierda —refunfuñó en japonés, pues para ella era más fácil hacerlo en su idioma natal.

—No se que mierda dijiste, pero te ves molesta.

"El destino me odia, ¿cierto?"

—Dije Zapatillas de mierda porque me duelen los pies com estas cosas —y nuevamente, una borracha Mina se encontraba hablando con Nayeon.

—¿No haz pensado en sacártelas? —avanzó unos pasos y cada vez se acercaban más al baño.

—¿Y ensuciar mis pies? No gracias, quizás que porquerías tiene el piso —la mayor la miró con detenimiento y luego sonrió.

—Eres más agradable borracha —pensó en voz alta, y cuando se dió cuenta, la pelinegra la miraba con una sonrisa.

—¿Será por eso que te besé en la fiesta anterior? —Nayeon abrió los ojos sorprendida y miró alrededor, y gracias a Dios nadie escuchó a causa de la fuerte música.

Mina sin sus 5 sentidos era una persona totalmente distinta a cuando está sobria, o quizás es ella misma sin sus prejuicios internos.

La fila se acabó y fue el turno de Nayeon de entrar al baño, por lo que estaba a punto de adentrarse en el pequeño cuarto, cuando notó la palidez de Mina, que de por sí era pálida.

—Entra tu primero, pareces un cadáver.

Con una sonrisa, la menor caminó erróneamente hacia el baño, cerrando la puerta detrás de sí y susurrando un "Gracias"

Ahora, en la soledad del baño, Mina quiso golpearse la cara contra el lavamanos.

"¿Siempre que me emborrache, voy a terminar hablando con Nayeon?"

Se sentó en el inodoro y comenzó a hacer sus necesidades, mientras miraba un punto fijo en la pared y sentía su cabeza balancearse de un lado a otro. Sus párpados comenzaron a pesar y Myoui sintió como llegados a un punto, se había quedado dormida en medio del baño, con sus pantalones abajo y la mejilla izquierda contra el frío piso.

El golpe de la caída de Mina alertó rápidamente a Nayeon, quién tenía su oído contra la puerta, pues luego de ver el estado en el que entró la japonesa, supuso que en algún momento algo le iba a pasar.

Tocó la puerta tres veces y le preguntó a la menor si se encontraba bien, asustándose al no recibir respuesta. Gracias a Dios la puerta no tenía seguro, así que preguntó una segunda vez entreabriendo la puerta, creyendo que quizás la pelinegra no la escuchó, pero nuevamente no obtuvo respuesta.

—Permiso —entró al baño con una mano sobre sus ojos, palpando el pasamanos y esperando que Mina le grite alguna incoherencia o la empuje fuera del baño. Pero al no recibir ninguna objeción, quitó las manos de sus ojos y analizó la situación.

—¿¡Mina, estás bien!? —rápidamente se acercó hacia la recién nombrada y trató de despertarla. Tomó su pulso como las películas de doctores le habían enseñado y sin saber muy bien porqué, supuso que tenía pulso.

Miró las piernas ligeramente desnudas de la japonesa y ahora, con las mejillas sonrojadas y cerrando sus ojos nuevamente, subió la ropa interior y los pantalones de la más alta, claro, con bastante dificultad.

—¿Eres mi madre? Yo puedo levantarme sola —murmuró con los ojos cerrados Mina, dándole un manotazo a la mayor e incorporándose con dificultad.

Las mejillas de Nayeon se tiñeron de rojo al haber sido descubierta subiendo los pantalones  de la menor, por lo que se alejó unos centímetros y se apoyó en el lavamanos.

—¿Estás bien? —tartamudeó la castaña.

—Claro —sonrió con diversión al ver el rostro sonrojado de la mayor y caminó hacia ella con determinación. Nayeon, al notar la acción, tragó saliva y miró con nerviosismo a la japonesa, quién estaba frente a ella mirándola fijamente—. Me quiero lavar las manos.

La más baja soltó un suspiro de alivio y le cedió el espacio a Mina, quien se lavó las manos y salió del baño con naturalidad, casi sin rastros de haber estado bebiendo.

Al salir del baño, varias personas se le quedaron mirando con extrañeza, seguramente preguntándose porqué estaban ambas chicas dentro del baño.

Por otro lado, Mina estaba haciendo lo posible en buscar a sus amigas e irse de la fiesta, pues ya era tarde y, a pesar de lo que demostró en el baño, tenía demasiada vergüenza en su interior y no creía que ver a Nayeon en ese momento lo haga mejorar.

—¿Momo, dónde están las demás? —una vez que encontró a una de sus amigas, quien se encontraba bailando con un chico medianamente ebria, no dudó en acercarse.

—Chaeyoung y Tzuyu están en el patio y Dahyun se encontró con una amiga, así que no sé dónde está —comentó con algo de molestia al nombrar a la última.

—¿No quieres irte? Estoy algo cansada —Momo sonrió con complicidad y tomó la mano de la más alta.

—¿Qué pasó con Nayeon?

Devil || MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora