"Capítulo treinta y ocho"

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Cuando Nayeon abrió los ojos, Bob Esponja ya había terminado, siendo reemplazado por las noticias matutinas del canal 9.

Con pereza, se levantó del sillón y miró a su alrededor, extrañada por la ausencia de la japonesa. Miró la hora y se tranquilizó cuando el reloj marcaba las cinco de la mañana, por lo que supuso que Mina se habría ido a su casa para poder ir a la escuela.

Pasaron las horas y la castaña ya se encontraba en la escuela, algunos alumnos estaban a las afueras mientras esperaban a la hora del timbre. Nayeon se apoyó en su casillero y sus dos amigas se acercaron a ella con una sonrisa.

—¿Cómo te fue el sábado? —y mientras la mayor sacaba sus cosas del casillero, les comenzó a contar todo acerca de la pijamada del día sábado.

A lo lejos, mientras ella y sus amigas caminaban a la salida para esperar el toque de la campana, Nayeon pudo divisar entre el gentío el rostro de Jennie, sonriendo alegremente y de vez en cuando moviendo sus manos cuando trataba de contar algo. Una sonrisa escapó de sus labios cuando la figura de Lalisa se acercó a la castaña, abrazándola por la cintura. Quiso adelantarse y saludar a la castaña, para así aprovechar y disculparse por el daño que probablemente le causó luego de manipularla para sacarle celos a la japonesa.

Pero quizás en otro momento tendría tiempo para eso.

El timbre para entrar sonó y caminaron hacia sus respectivas clases, Nayeon pasando a su casillero para sacar sus cosas y luego recordando que esa clase la tenía con Mina. Cuando entró al salón y esperó encontrarse con la japonesa, lo único que encontró fue su puesto vacío.

—Buenos días —saludó la maestra, dejando sus cosas sobre el mesón y comenzando la clase. Nayeon decidió dejar pasar la ausencia de la japonesa y simplemente prestó atención a la clase.

Cabe destacar que esa frase de "prestó atención a la clase" significaba que medio escribió la mitad de las cosas que la profesora decía, y luego se la pasó durmiendo sobre su escritorio. Cuando el timbre sonó, tomo sus cosas y se dispuso a caminar al patio junto a sus amigas, revisando su teléfono algunas veces en busca de un mensaje de Mina sobre su ausencia. Nayeon le había mandando un mensaje durante la clase, justo antes de ponerse a dormir, y desde entonces no lo contesta y tampoco parece haberle llegado. Se sentaron en donde siempre, afortunadamente ese lugar estaba vacío, y la castaña sacó el teléfono por décima vez y ésta vez se dio cuenta de que ahora si le había llegado el mensaje, por lo que esperó unos minutos para ver si lo leía y le respondía.

—¿No vino Mina hoy? —preguntó de la nada Jihyo, mirando hacia el frente donde las amigas de la japonesa parecían estar hablando seriamente. Nayeon alzó el rostro del teléfono y asintió con la cabeza, mirando en la misma dirección que su amiga y frunciendo levemente el ceño. ¿Acaso Chaeyoung estaba apunto de llorar?

Ahora se estaba comenzando a preocupar y realmente necesitaba saber si la japonesa estaba bien, así que luego de levantarse y disculparse con sus amigas caminó directamente hacia el grupo de amigas de Mina, a casa pasó sintiendo la extraña atmósfera que rodeaba ese grupo.

—¿Chaeyoung? —pregunto con timidez, acercándose a la única del grupo con la que había hablado más— ¿sabes algo de Mina?

La más baja miró a sus amigas con pena yugo habló.

—¿No te dijo nada, cierto? —el rostro de Nayeon se endureció y ahora su preocupación aumentó cada vez más, mirando con un nudo en la garganta a su alrededor como si estuviera buscando una respuesta.

—¿Chaeyoung? —habló con un hilo de voz, lista para ponerse a correr hacia la salida si era necesario.

—Se muda a Texas —terminó la castaña, pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos e inmediatamente los brazos de sus otras dos amigas rodeándola—. Nos habló en la mañana para despedirse.

Un pitido en sus oídos la hizo incapaz de escuchar lo que la menor tenía para decir, sus pies instintivamente caminando hacia el pasillo, sin saber muy bien de que serviría correr hacia el casillero de Mina. Al llegar, recordó el día en que le cambió la contraseña para molestarla y esperando a que no la haya cambiado, introdujo la clave con las manos temblorosas.

Suspiró profundamente cuando la puerta se abrió y las cosas de Mina aparecieron frente a ella, una pizca de esperanza cruzando su pecho al pensar que la japonesa debería llevarse sus cosas antes de eso. Cerró él casillero y caminó hacia la entrada de la escuela, tratando de no ser vista por algún inspector que la lleve devuelta al patio, probablemente pensando que la castaña estaba queriendo escaparse.

Llegó a la dirección, la puerta de salida abierta pero el portón de afuera cerrado para evitar fugas inoportunas. Se sentó en una de las bancas y cruzó sus piernas con nerviosismo. Ella de verdad creía que Mina iba a llegar al colegio para retirar sus cosas.

Pov. Mina

Mientras caminaba, iba arrastrando los pies causando un molesto sonido que sabía que sacaba de quicio a mi padre. Llegamos a la fachada de la escuela y su mano se apoyó en mi hombro, mirándome con la misma expresión de cuando habló con migo luego del incidente en Japón.

—No te demores, dejaré el auto estacionado en la acera del frente —quitó la mano y dio media vuelta, caminando en dirección al auto donde mi madre nos esperaba. Yo sólo asentí pero él ya estaba lejos como para darse cuenta.

Caminé lentamente hasta el portón y toqué el timbre para que me dejaran pasar, inmediatamente el sonido de circuito eléctrico que abría la puerta remotamente resonó frente a mi, asustándome. Entre con la cabeza gacha y caminé hasta llegar a dirección, revisando mi reloj de muñeca y sonriendo con tristeza cuando me di cuenta que en unos minutos entrarían al segundo bloque y no tendría que toparme con mis amigas.

Crucé el umbral de la puerta y al alzar la mirada, mis piernas dejaron de caminar y mi ojos se abrieron con sorpresa. Tragué el nudo que tenía en la garganta y traté de decir algo, sólo logrando sacar balbuceos.

—Minari —susurró Nayeon con los ojos llorosos, corriendo hasta mí para abrazarme, para que yo inmediatamente la rodeé con mis brazos y la abrace con fuerza. Sentí como sus dedos se presionaba contra mi torso y un sollozo ahogado salió de mis labios—. Por favor no te vayas.

80 años sin actualizar 😂

Me agarró otro bloqueo, extrañamente sólo con esta historia. Siento la demora y espero que el próximo sea en una menor cantidad de tiempo.

En algunos días entró a la universidad y probablemente junto a eso, también se vayan mis esperanzas de vida 🥺

Besitos en el nunca limpio 🥰

Devil || MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora