"Capítulo treinta y tres"

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Mina la había recibido en el portal de su casa con su pijama de pingüinos y su cabello cayendo sobre sus hombros, una imagen que Nayeon guardó en su mente para atesorarla en el futuro. Sonrió con nerviosismo, pues cuando puso un pie dentro de aquella casa, no encontró rastros de más personas que ellas dos.

Mierda, y yo que traje mis pantalones de koalas. Reprochó para sí misma, sentándose en el sofá de la pelinegra. Cruzó sus manos sobre una de sus rodillas y mantuvo sus ojos fijos en la televisión, sin saber muy bien que hacer.

—Las demás vendrán en unos minutos —comentó Mina sentándose a su lado y sonriendo por algo que pasaron en la televisión. Pero Nayeon no se había dado cuenta, por qué con los ojos cerrados soltó un largo suspiro y sintió como sus hombros se relajaban.

Nada de Netflix, entonces. Giró su rostro y se encontró con la más alta mirándola con detenimiento, un pequeño mohín en sus labios y su cuerpo girado hacia ella.

—Iré a ver como va la pizza y a dejar las cosas que trajiste a la cocina, ¿Quieres algo para beber? Tengo jugo de fresa y gaseosa —Mina se giró para agarrar un poco de palomitas y metérselas en la boca.

—Jugo, por favor —la contraria asintió con la cabeza y caminó hacia la cocina, dándole tiempo a la castaña de poder expulsar el aire que tenía aguantado en sus pulmones.

Gracias a Dios. Cerró sus ojos y dejó que la conversación que se escuchaba desde la televisión le permitieran ahogar los pensamientos que habían comenzado a circular por su mente.

Un ruido a sus espaldas le hizo creer que había regresado con el vaso de jugo, por lo que se giró desde el sofá. Pero aquel castaño estaba bastante lejos de parecerse a Mina.

El pensamiento de que era un ladrón cruzó su cabeza, paralizándola y haciéndola sentarse sobre el sofá nuevamente. El chico era alto, más que ella y eso la asustó un poco.

—Hola —saludó despreocupadamente el mayor, agitando su mano débilmente. Caminó hacia el sofá individual y se sentó, ambas manos sobre sus rodillas y con la mirada fija en la televisión.

Nayeon seguía con sus ojos clavados en el más alto, preguntándose que era él de Mina para estar compartiendo techo con la japonesa.

—¿Eres la novia de Mina? —preguntó desinteresadamente mientras se llevaba un puñado de palomitas a la boca. Las mejillas de la castaña se tiñeron de rosa y se hundió entre los cojines del sofá con timidez.

—¿Qué? Claro que no, definitivamente no, Mina no es mi novia —habló rápidamente y al terminar tomó una bocanada de aire para poder continuar—. No.

El castaño giró su rostro hacia ella y le sonrió con diversión, llevándose otra palomita a la boca y alzando las comisuras de sus labios con gracia.

—Wow —soltó de repente, inclinándose sobre la mesa de centro y tomando esta vez un puñado de papas fritas—, lo siento, pensé que como habías llegado sola, eras... ya sabes.

Nayeon asintió con la cabeza lentamente, tragando saliva con nerviosismo y volviendo su vista hacia la televisión al mismo tiempo en que la figura de la pelinegra se acercaba con una bandeja de comida y vasos con jugo.

—Oh, supongo que ya conociste a Yuta —comentó la japonesa sentándose a su lado, para luego tenderle un vaso con líquido rojo—. Ten.

—Gracias —tomó el vaso entre sus manos ante la atenta mirada del castaño, dándole un trago al jugo y sonriendo con amabilidad.

La puerta principal sonó y Nayeon supuso que las demás amigas de Mina habían llegado, por lo que con inquietud se removió entre los cojines y miró como la japonesa se levantaba de su lugar e iba a abrir la puerta.

—Hola —el coro de las tres amigas resonó hasta la sala de estar—, trajimos esto, espero que no te moleste.

La pelinegra dijo algo que sólo pudieron escuchar sus amigas, haciéndose a un lado y dejando pasar a las tres invitadas. El sonido de botellas de vidrio chocar no le dió buena espina a la castaña.

Dahyun fue la primera en saludarla, seguida de Momo y finalmente Chaeyoung, quienes luego se sentaron en el sofá más grande ocupando todo el espacio, obligando a Mina a sentarse con ella en el sofá mediano. Pusieron las botellas de alcohol sobre la mesa y comenzaron a comer. Segundos después, la pelinegra se sentó a su lado y apoyó su cabeza en su hombro.

—Veamos una de terror —propuso la japonesa.

—Ni lo pienses —habló rápidamente Momo, enterrándose más en el sofá y mirándola con reproche—. La última vez Dahyun lloró porque pensó que alguien le había tocado la pierna y terminó siendo Chaeyoung molestándola.

—En mi defensa, tú hubieras hecho lo mismo.

—Como sea, nada de películas de terror —la pelinegra miró a su mejor amiga con un mohín en los labios y Chaeyoung no tuvo más remedio que darle el control remoto—. Esta bien.

Con una sonrisa, Mina se acercó hacia la mesa y tomó el pequeño control entre sus manos, tecleando sobre él y colocando la película que ella quería.

Mientras el nombre en rojo de "La noche del demonio 2" aparecía en la pantalla, Mina se acurrucó a un lado de Nayeon, sintiendo su brazo rodear sus hombros para dejarla recostada levemente sobre su pecho, brindándole el maravilloso sonido de los latidos de su corazón.

Buenas 👋🏻

Lamento decirles que la historia esta cerca de finalizar, pero aún quedan algunos capítulos antes de que eso pase.

Estoy haciendo una mini historia Wenrene basada en la canción Perfect de One Direction, así que probablemente cuando termine ésta, la tendrán en mi perfil.

Nos vemos en el próximo capitulo, que espero sea pronto 😔✊

Gracias por leer 🥰

Devil || MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora