Sebastián
—Por favor, Marcela —le suplico por el celular.
—Sebastián, nosotros te queremos ayudar, pero no podemos, este es tu problema, no nuestro. Resuelvelo tú —habla Scott. Es una llamada tripartita.
—¿Seguros que no van a ayudarme? O sea que así estamos. Okay, gracias, hermanos —digo cortando la llamada.
Pues lo haré solo, por una parte tienen razón, pero...¡Vamos! Son mis hermanos y pudieron decirme que si me ayudarían.
Al llegar bajo de mi auto y entro a mi casa, me dirijo a la cocina y tomo una copa virtiendo un poco de vino. Me recuesto en la isla de la cocina y me detengo a pensar. ¿Qué hace y cómo está? ¿Ya pensó algo mejor con lo del bebé? Me gustaría sorprenderla con algo, pero no sé qué y no puedo.
¿Qué haces? 12:08 A.M.
Agh, me tiene bloqueado desde aquel día en el aeropuerto. Dios, Steph. Qué mujer esa, difícil, pero así la amo.
Apago las luces de toda la casa y subo a mi habitación. Estoy desabotonando mi camisa, cuando una idea buena, pero loca pasa por mi cabeza. Me deshago sólo del saco y bajo para salir de casa y subir a mi auto. Lo prendo y conduzco a la florería de la mamá de una trabajadora en la empresa.
—Hola, disculpa la hora —la saludo y me disculpo.
—No hay problema, jefe. Estoy durmiendo a mi bebé, ¿Necesita algo? —pregunta amablemente meciendo a su hijo en brazos.
—Sí, escucha, ¿Conoces a Stephanie Turner? —le pregunto alzando las cejas.
—Uhm...ah, sí, sí la conozco. Su secretaria y...su ex novia —me responde con un poco de pena por lo último.
—Sí, ella. Bueno, sucede que quiero darle una sorpresa ahora, ¿Qué consideras tú que puedo darle?
—Pues...venga conmigo —me llama hacia la florería de su mamá —. Puedo hacerle un arreglo con estas margaritas y unas rosas. Es lo típico.
—Entonces no, cambialo. Quiero darle algo diferente porque...pues porque ella es diferente —le respondo con una sonrisa.
Me mira con una sonrisa tierna y se va a dejar a su bebé, al regresar la veo pasearse por todas las flores que hay. —Estas —me dice deteniéndose en un estante —, y estas —me muestra de otras.
—¿Qué tipo de flores son? —le pregunto mientras la sigo a la mesa en donde trabaja.
—Gerbera y Orquideas. Le pondré de las dos, ¿Te parece? —me pregunta mostrándome de los dos tipos de flores.
—Haz tu magia —le respondo tomando asiento en un banco que hay aquí.
—La, la, la, la. —Disculpe, jefe; se que esto no me interesa, pero...¿Por qué no una cita?
—No puedo hacerlo —respondo parándome y poniéndome a jugar los distintos tipos de flores que hay en el lugar —, ella ya sale con alguien.
Con mi padre.
—¿Y etonces esto...no está mal? —pregunta con elevando ambas cejas con confusión y pena.
—No lo creo, y si lo es, pues me da igual —respondo encogiendome de hombros y volviendo a tomar asiento.
Ella guarda silencio y sige haciendo el ramo de flores. Se levanta a tomar papel tipo nabila y con eso envuelve el ramo, le coloca un listón rosa palo, como las gerberas y cierra los ojos con una sonrisa mientras sostiene el ramo entre sus manos.
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Confusos Sentimientos
Teen FictionTodo es tan confuso, y quien anda queriendo conmigo lo hace aún más confuso. Sólo esperaré. Todo a su tiempo.