Capítulo 21

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Estoy en el hospital en donde está mi madre. Es muy ordenado, limpio y se nota lo caro que puede llegar a ser el tener un paciente aquí.

—Stephanie Turner —me llama una señorita desde la puerta de la habitación en donde está mamá.

Camino hacia allí y me adentro en la habitación.

—Hola, mamá —la saludo sentándome en el sillón que está junto a la camilla.

—Hola, hija. ¿Cómo has estado? ¿Tienes noticias? —pregunta tomando mi mano.

—Malas, mamá, sólo noticias malas —respondo luego de soltar un suspiro de cansancio.

—Cuéntaselas a mamá, dime qué es lo que pasa —habla sobando mi mano.

—Me casaré con Ricardo —digo algo que tendría que haber dejado de último.

—¿Y eso para tí es malo? ¡Qué gran noticia! Imaginate, en una familia con gran vida social y económica —dice mi madre con una gran sonrisa en el rostro.

—Sebastián ya no quiere saber nada de mí —digo lo segundo sin responder a su comentario. Al comentario más ignorante que he escuchado nunca en mi vida.

—Él ya no importa ahora que vas a casarte con Ricardo, mira por dónde andas ya, viajas cuando quieres —dice como respuesta. Ando hasta aquí porque le robé su billetera mamá, pero cuando regresé va a matarme.

—Estoy embarazada —digo lo último sin responder de nuevo a su otro ignorante comentario.

—¿De Ricardo? ¿Tan luego? ¡Qué emoción! Aunque hubiera sido mejor esperar después de la...

—De Sebastián —finalizo para que no siga con sus tonterías.

Mi mamá se queda callada viéndome con una expresión que no logro saber qué significan.

—¿Ricardo lo sabe? —pregunta viéndome a los ojos sin parpadear.

—Sí, si lo sabe —respondo.

—¿Y qué dijo? ¿Te llamó perra? ¿Zorra? ¿Pu... —antes que continúe la interrumpo.

—¡No! ¡No me ha llamado de ninguna forma! ¡Todo esto yo lo estoy haciendo por tí! ¿¡Ya te diste cuenta!? Sebastián es el papá de tu futuro nieto, me casaré con Ricardo, pero eso no quiere decir que yo dejé de amar a Sebastián, no tiene caso. Aquí la única perra, zorra y puta es Skyler, porque ella se metió con Sebastián sabiendo que yo estaba con él, por ella mi bebé crecerá sin su padre, y sigue siendo una perra porque mira hasta donde estoy yo, hasta donde está mi vida: está por los suelos. Mientras que ella de seguro sale con Sebastián y miles de hombres más. No ha hecho nada por tí, nada, lo único que hace es darte problemas y tú la sigues defendiendo sin peros ante todo. Y luego voy yo, va mi vida —

—¡Porque es mi hija! —grita como respuesta.

—¿¡Y yo no soy tu hija!? Entonces mira como yo, que no soy tu hija, estoy haciendo esto por tí, mira como dejé al hombre que amo, mira como va a crecer mi bebé, tu nieto. ¿Lo ves? ¿Ves lo que hago y hasta ahora yo no soy tu hija? —respondo ya tupida.

Mamá no sería capáz de hacerme esto, capáz de tratarme así.

—Sueles actuar muy estúpida, sueles ser muy estúpida —se corrige hablando.

—No me interesa lo que pienses, quiero que valores todo lo que estoy haciendo por tí. Valóralo con amor, ámame y ama a tu nieto —digo levantándome del sillón.

—¿Vendrás otra vez? —pregunta sin verme.

—No lo sé, no sé si llegaré a tener tiempo —respondo parándome en la entrada.

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