Capítulo IV: Primera cita

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*Si renaciera... me volverias a amar?*


*No podría, porque generaste odio en mi interior. Pero... Hasta luego, Eren*

Lo único que sonó en aquella sala fue el sonido de un disparo que fue aligerado al penetrar la carne de aquel hombre que quedó tendido en el suelo con una gran sonrisa, pues fue su amada mujer quien se encargó de matarle. Y ella con la mirada fría enfundó el arma, y se marchó. No hizo el más mínimo intento de recoger el cuerpo de la persona a la que alguna vez amo.

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-Mikasa! - ella volteo hacia donde escucho su nombre y diviso entre la multitud a un chico de cabello chocolate, cosa que le provocó mucha alegría.-

-Dame un momento... -respiro profundo y la miro a los ojos.- Te gustaría salir conmigo?

-Eh?... yo... pues... si? -miro a Sasha confundida.-

- No me mires a mi. Qué es lo quieres?

-Eren... esta bien, iré contigo.

-Bien! Nos vemos a la salida. El lugar es sorpresa. -Sonrio y guiño un ojo. Se retiró muy feliz hacia su salón pues ya era la hora de entrada.-

Mikasa... ese día yo estaba realmente feliz de que aceptaras salir conmigo aún sin saber a donde iríamos. Me mirabas con seguridad mientras caminabamos, pensé que eras algo tonta, porque no hiciste el intento por preguntarme a donde iríamos, y me dije a mi mismo: Qué tal si la llevo a un matadero y ella muere creyendo en mi? Qué clase de idiota confiaria en un asesino?
Pero luego cuando entramos a la feria eras tan feliz, que supe la razón de tu confianza en mi, supe que realmente me amabas, más ahora no sé realmente que lado de ti fue el que ame.
Te haré recordar ese día, y analiza el comportamiento que tenías antes, con el que tienes ahora.

- Eren! Mira esto! -tomaste un peluche y me lo mostraste con tanto afán, y sonreí, mi sonrisa se desvaneció, pues noté que tuviste que usar un arma para ello, y eso es lo que jamás quise. Pero sonreí y te abrace-

- Tienes buena puntería eh?

- Si -tu sonrisa era la más bella que jamás vi.-

-Ven, tenemos que comprar algo de comer, tengo hambre.

-Mira! Ahí venden nieve!

-Vamos? -acentiste con la cabeza y sonreiste de una manera tan linda que se me fue imposible soportar las ganas de besarte.-

-Eren, yo... -sonrojada eres bellísima, pareces una diosa- realmente, no sé como decirlo.

- Oye... -tome peluche y lo puse a nuestros pies, te agarré de la cintura y sin esperar alguna palabra te besé.-

Aunque seas un presoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora