Capitulo VIII: Lujuria

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-Y bien?

- Qué ocurre?

- Como qué: Qué?

-Entonces me seguirás a mi cuarto?

-[Tengo que deshacerme de su recuerdo] bien. - Lo seguí a su habitación y tomamos un poco, luego de unas cuantas copas, comenzamos a entrar en accion, el trato de besarme pero no lo permití, por ello beso mi cuello repetidas veces, pero mi mente sólo traía a Eren, sólo a él lo recordaba, y sin querer después de que Jean me quitase la camisa jadeé su nombre.- Eren... - él se levantó y me miro, parecía decepcionado.- Ah... lo siento, no puedo.- Recogí mis cosas y salí del lugar. Para entonces Eren había concegido libertad condicional por buena conducta; sin pensarlo fui a su casa y repetidas veces toque a su puerta hasta que abrio.

-Mikasa? - Nada más pudo decir porque me lancé hacia él y lo besé con desenfreno. Comence a sudar y a desear acción, deseaba su cuerpo, y él el mío, nos besamos con locura agresiva, le abrí el labio inferior al morderlo pues me sentía desesperada, hasta que le quite la camisa y me arrojó al sillón, me miro un instante para después desgarrar la camisa que traía puesta, de este modo comenzó a besar mi cuello y yo gimiendo su nombre una y otra vez, rasguñaba su espalda y acariciaba su cabeza deseando que no se acabará, sentía como iba dejando marcas en mi cuello símbolo de aquella locura, y comenzó a acariciar mi cuerpo hasta encontrar aquella parte que sólo él había conseguido penetrar, se deshizo de toda mi ropa y comenzó a lamer entre mis piernas aquella zona, yo tome un cojín entonces para no gritar, pero el me lo quito y lo aventó.- No estás gratis aquí. -siguio con su labor mientras yo gemia su nombre y una que otra lágrima se asomaba por mis ojos, más me harté de aquella situación, Así que lo tome del cabello y lo levante, volví a besarlo sólo para comenzar a jugar con su miembro mientras él entre pausas trataba de ahogar sus propios gemidos.
Me baje del sillón, él se quedo ahí sentado, me arrodille frente a él y me tomo del cabello.- Desearias no haber optado por esa opción.- poco me importaron sus palabras e introduje su miembro en mi boca, en el sexo oral el jadeaba, estaba extasiado, sudaba y entre todo eso terminó corriendose literalmente en mi cara, al notar esto, me tomo de la barbilla y se inclinó hacia mi, creí que me besaría pero me levanto al tomarme por la cintura, y me sento en su regazo, comenzó a besar y lamer mi pecho haciendo que me exitara más de lo que ya estaba, y me terminó pasando lo que a él, pero no me penetró con su miembro en ese momento, sólo me levanto y me llevo a su habitación, me puse de espaldas contra la pared y ahí entonces lo hizo, sentí su agitada respiración en mi oído, y su sudor caer en mi hombro.

- Eren...- trate de mirarlo pero me beso antes de que pudiese hacerlo, sus manos acariciaban mi pecho mientras penetraba en esa zona precisa que no permití que nadie más siquiera tocase, se cansó entonces, se tiró bocarriba en la cama y yo me puse encima, tome sus manos y entrelaze nuestros dedos para volverlo a besar porque amaba el sabor de sus labios, y la sangre que todavía brotaba de ellos, dado ese punto el consiguió que mis labios también sangraran por una mordida, lo mire y me miro, levantó la cabeza para volver a besarme pero me senté sobre su miembro y un gran gemido salió de su boca al tratar de pronunciar mi nombre. Pero él cambio la situación y se puso encima mío, comenzó a embestir de manera tosca y agresiva, haciendo que toda la cama se moviera al momento en que yo apretaba sus manos encajando mis uñas en la parte trasera de sus palmas y haciendo que sangre. Ya me encontraba cansada igual que él, así que decidimos recostarnos un momento, uno al lado del otro, me miro un momento y con su mano quito el cabello de mi cara.

-Espere tanto volver a tenerte así, aquí, conmigo. - No dije nada y sólo lo volví a besar mientras intentaba no llorar, no podía creer que esa misma noche quise entregarle a Jean mi cuerpo cuando ya tiene dueño y es Eren Jeager.

- Eren, te prometí que jamás te sería infiel, más hoy quise hacerlo, pero mi propia mente me traicionó, traía tu recuerdo una y otra vez, hasta que de mi boca salió tu nombre. Qué me hiciste Eren?!

- Te enamoré, y me enamoraste, sin embargo yo jamás trataría de entregarle mi cuerpo a otra mujer que no seas tú. Y las veces que quieras esas puertas estarán abiertas para entregarte mi cuerpo, mi alma y mi corazón.

-Eres un maldito!- con furia lo volví a besar creyendo que comenzaría de nuevo, pero mis brazos no lo soportaron, mi cuerpo en sí no lo soporto por lo cual caí encima de él.- Te odio.

-Ojala fuese cierto y me odiaba tanto como dices.

-Pero no es así.

-Maldita sea. Eren!

-Esa fue la primera noche que corriste a mi como una niña, y te digo una cosa?

- Qué?

- Las marcas de tus arañazos siguen en mi espalda.

- No puedo besarte?

- No lo creo probable.

-Carajo! Realmente esto es peor que ver mis errores y culpas. No poder poseer tu cuerpo una vez más, porque tu maldito sabor es adictivo!
Eres ni maldita droga Eren!

Aunque seas un presoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora