Capitulo XXVI: Pequeña grieta

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-Eren... tenemos que irnos a casa... iré a decirle a tu hermano que nos vamos ya... -tenía ya la perilla en la mano cuando escuché el crujir de la cama, me gire a verlo mientras el solo miraba el suelo.

-Iras sola? -me miro sin presiones o enojó, solo quería saber si estaba segura.

-Si... Ah yo... no, Eren no puedo. -me senté a su lado en la cama para tomar su mano.

-Iré contigo... No tiene que temerle o tener miedo de mi... Estarás bien... -Lo abrace sintiendo su cabello suelto y largo que recaía sobre su espalda suavemente, su cabello castaño hacia un gran contraste con el mío que era negro; su respiración me tranquilizó en muy pocos segundos, solo en él puedo confiar.

-Eren... Por qué te dejaste crecer el cabello?

-No lo noté en mucho tiempo, me importabas tu y tener que protegerte de mis problemas. -sus grandes manos delgadas sometieron a las mías un momento después de sus palabras.- Recuerdas el día en que nos acorralaron en el bosque?

-Preferiría olvidarlo...

-Lo sé... sin embargo...

-Mikasa! -repentinamente y de manera oportuna (para mí) se abrió la puerta dejando ver a la novia de Zeke.

-Frieda... -asustada por su aparición repentina y su llamada directa a mi, apreté más la mano de Eren esperando a que no me reclamara lo sucedido.

-Has... has visto a Zeke? -suspire aliviada y relaje la espalda, algo que ella como buena observadora notó.- Pasa algo?

-Nada... Me asustaste...

-Qué estaban haciendo? -su mirada aterrada lo decía todo, que mente tan sucia.

-Nada... Y no, no he visto a Zeke, la última vez lo ví en... -trague saliva con la mirada gacha, me mordí el labio, cosa que la desconcertó bastante pues se sentó en el sillón frente a nosotros con los ojos aguados.

-Frieda estás bien? -la pregunta de Eren era estúpida en realidad, es evidente que ella no está bien.

-Me dijeron hace días que él tiene una amante... -me extrañe demasiado ante la declaración, él no es ese tipo de persona, sies quien besa a la novia de su hermano, pero salir con alguien más?.- Temo que sea cierto... por eso vengo a buscarte, ayúdame a descubrirlo. -me levante enojada y asustada mirándola, Eren no solo me miró pero no soltó mi mano.

-No Frieda... has buscado a la persona equivocada...

-Mikasa... -Eren trato de hacer que me callará pero me solté y mire a Frieda fijamente manteniendo la espalda erguida.

-Tu prometido ha declarado que no siente por ti algo significativo...

-De qué hablas?

-Hable con él hace unos momentos... Declaró que desde que se le asignó la tarea de protegerme hace veintidos años, me ha seguido el paso fuese a dónde fuese, motivo por el cual...

-No... Mikasa no lo digas... -sus lágrimas cayeron en cascada dirigida a su mentón, Eren al escuchar se levantó esperando continuación, con una clara intención de golpearlo si volvía a verlo.

-los sentimientos que deberían estar dirigidos hacia ti, fueron hacia mi... No obstante, por mi parte puedes estar tranquila, pues mis sentimientos no son los mismos. La única persona a la que amo está en esta habitación, no hay nadie más. -Me miro enojada, y con la aglomeración de sentimientos dentro de su pecho decidió salir apretando los dientes y con cascadas descendiendo por sus brillantes ojos verdes.
Yo no podía estar más aterrada ante una idea que en ese día, ni Eren ni Frieda merecían lo que pasaba, desde un principio... Sus ideales son opuestos en su totalidad, ella quiere acabar con los nuestros y terminar así el conflicto mientras que él solo quiere acabar con el enemigo y llevarse el triunfo... La han pasado mal siempre, pero esto es demasiado.

Aunque seas un presoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora