Capitulo XXXII: Perdón si...

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–Hanji... –lanzó la taza hacia a mi tan asustada como exaltada.

–Eren?!...

Le expliqué el problema a esa loca científica quien paso días intentado llegar a la forma de como hacerme volver.

–Ya sé! –golpeo la mesa y más que emocionada me miró.– Primito esto te va a encantar!

–Y qué es?

–Tú eres super raro, y la verdad es que ni siquiera me interesa como salga esto porque es un experimento, perooo... Te necesito! –estaba dándole vueltas a la habitación como una desquiciada.

–Para qué?

–Has pasado 14 años enterrado y tú cuerpo ya es horrible seguramente, pero si tú pudieras hacer que vuelva a su estado original...

–Hanji no soy Dios. Creo que sabes eso no?

–¡Ni yo Eren! Sin embargo estoy aquí viendo cómo carajos devolverte la vida y tú eres un espíritu que solo está parado ahí sin hacer nada!... –se recargo en la mesa algo agobiada y me miró después.– Sé que puedes hacerlo, y yo me convertiré en una asalta tumbas de manera literal... así que lo harás o no?

–No hay más opciones, así que sí. Pero como harás lo demás?

–Como en los hospitales, si logras hacer que tú cuerpo recupere todas sus funciones motoras, solo te reanimare...

Fue así como volví, luego de diez intentos para regenar mi cuerpo desgastado. Lo logré y ella lo logro, una loca científica que no tendría el reconocimiento debido.

–Y no eres Dios?

–No primo... Soy Hanji Zoe, Jesucristo encarnado... –sonrió de medio lado como siempre cada que logra algo y sin contener su emoción por el triunfo salto y grito.– ¡¡¡SÍ, LO HICIMOS PRIMITO!!! ¡¡¡YES, YES, YES!!! –tanto escándalo que hacía y nadie la escuchaba en su laboratorio.

–Sí... lo... –me sentía mareado por la perdida de energía de mi alma en sí.

–Oh no! no te mueras otra vez mocoso! –me recosté en el suelo y la mire algo aterrada.

–Estoy cansado...

–Ay por favor dormiste catorce años... de qué estás cansado? –como siempre hiperactiva y bromista.– Dormir cansa?

–Sí... ahora déjame dormir, me cansé de dormir... –le di la espalda y solo sentí que me abrazo.

–Gracias por volver Eren... –sin duda eso había sido lo más sincero que jamás dijo.

Ella era sin duda la mejor prima que nadie tiene, solo yo, y no estoy dispuesto a perder al único miembro de mi familia que no me odia. Es mejor mantener en secreto que ella es mi prima o de otro modo... No sé que harán con ella si se enteran. No la voy a perder también, ya perdí a seis, aunque dos siguen vivos y odiandome pero vivos. Solo la tengo a ella y a mis hijos. 

Fui a su casa tres meses después de volver para intentar protegerla de lo que fuese y viniese.

–Eren! Mocoso que haces aquí?! –parecia que jamás se cansaba.

–Vengo a hablar contigo... –a ella le desconcertó un poco el tono con  el que hable y me dejó entrar.

–Qué sucede? –ella fue a hacer café, yo me senté y la mire.

–Quiero que dejes a Levi... –solto ambas tazas y me miró asustada o enojada, no sé que sentía ella en ese momento.

–Po... Por qué?!

Aunque seas un presoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora