Capitulo XXIII: Malas decisiones

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-Este está bien te enmarca la figura y no aprieta, además es lindo. -Annie parecía divertirse más que yo en aquella tienda, Ymir estaba buscando vestidos para ella y Annie, mientras yo veía atravez del cristal como ambas me miraban con entusiasmo.

-Mamá está hermosa. -ví como Ymir sonrió con mucha esperanza y alegría, yo solo baje la mirada triste e incrédula, me mire al espejo pensando en la boda, llevaba años queriendo hacer esto, y esperaba cada noche que él estuviera al lado mío, y hoy que lo está yo simplemente no puedo creer que sea real.

-Annie, Ymir... Tengo miedo. -ellas se sorprendieron y con una alegría penosa se levantaron para agarrarme de la mano.- Espere este día por muchos años y ahora no creo poder hacerlo.

-Esta bien tener miedo, quizá aún no asimilas que él está aquí, pero lo está y dentro de unos meses despertarás, te arreglaras e irás caminando al altar en dónde él te estará esperando ansioso. Debes tener la mente solo en eso, él está ahí. -Annie y yo solíamos ser crueles la una con la otra, pero tratándose de él sabemos comprendernos y tolerarnos, Eren es lo único que nos queda a ambas.

-Annie, crees que lograre entrar en esto en 4 meses? -trate de cambiar el tema para no entristecernos e ir a pagar esto.

-No creo que subas de peso o estés embarazada.

-No sé, todo podría pasar. -Ella se asustó un poco y me empecé a reír, pero Ymir no, ella solo me miró de reojo a través del espejo.- Qué? Fue solo un chiste, que amargadas.

•••

-Mmm... no pensé que esto fuese tan rápido. -Derek simplemente salio del vestidor y me dió el traje.

-No tenemos que elegir algo muy elaborado, para ellas cualquier traje que usemos está bien, pero tratándose de ellas... -pague todo para salir del lugar, fuimos a comer a un pequeño restaurante mientras todos nos miraban extraño por llevar cosas que por cierto no eran nuestras, eran cosas que Annie y Mikasa habían escogido para el evento.

-Mamá no es de escoger vestidos, ni siquiera estoy seguro de que le gusten. -Adrián miraba la comida con una sonrisa mientras Derek se recargaba en el respaldo de la silla.

-Bueno, eso lo sé, ninguna es de usar un vestido, pero ambas están entusiasmadas con esto. -note de sosolayo que alguien nos miraba mientras hablaba por teléfono, eso se me hizo algo raro e intente leer su boca para ver qué decía pero nada.- Estén alerta, nos está vigilando. -ambos se levantaron de la mesa con naturalidad para tomar las cosas e irnos.
Caminamos por media hora esperando que mis sospechas no fueran ciertas, pero ese imbécil no sabía disimular en lo absoluto. Ya harto entonces hize a los chicos hacia atrás y saque el arma en un lugar al que la gente no acudía.-Quién eres?!

-Quería saber si era cierto que existias... y veo que si... A papá no le costó hacer una nueva vida. -el hombre tenía barba y usaba unos lentes algo extraños, era rubio y con una mirada desconcertda.

-Te hice una pregunta... No te pregunté que quieres. -le quite el seguro al arma dispuesto a disparar si no hablaba. Él solo se sentó en el suelo y miro hacia arriba después de supirar.

-No te quiero hacer daño. Eres mi hermano después de todo. -baje la guardia al escuchar sus palabras, pues no parecía mentir sencillamente creí sus palabras con tan solo verlo una vez, él se parecía mucho a papá.

-Cuándo?... No, por qué? -El hombre me miró con desinterés.

-Soy Zeke... Zeke Jeager. Tenemos el mismo objetivo. -le apunte de nuevo solo para que él levantará los hombros y diera media vuelta para irse.

-Papá por qué lo dejaste ir?

-No lo sé Adrián. -me quedé mirando en la dirección en la que se fue. De repente me empezó a doler la cabeza viendo también imágenes extrañas de otro sitio en el que él también estaba.- Hay que irnos. -me agarre la cabeza y guarde el arma para empezar a andar.
Con dificultad y apoyado en Derek llegamos al lugar en que nos veríamos con ellas. Cuando la ví las tres se veían felices, voltee a otro sitio notando a una mujer alta y otra bajita con burlas misoginas hacia Mikasa y Annie, quienes creen que son?
Ellas notaron que me tambalee un poco para ir hacia donde se encontraban.

Aunque seas un presoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora