Tres

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Dos gritos resonaron a lo largo de la casa. Tal vez tres. A lo mejor fueron cuatro.

-¿¡Qué mierda está pasando!?- la voz de Géminis se oía adormecida, tanto que en su rostro ni siquiera cargaba con sus habituales lentillas lilas.

-¿¡Qué es eso!?- el pez estaba al borde del desmayo inminente. Su cuerpo temblaba y observaba el cuerpo contra la pared -Espera, no, no, no, no- sin mirar siquiera el suelo, bajo las escaleras en medio de una carrerilla torpe y se acercó al rincón.

-¿Dónde está Escorpio?- Tauro parecía que iba a caer dormido en cualquier momento por lo que era arrastrado por Libra hacia el lugar de los gritos.

-¿Y Sag?- Acuario tambien acababa de abrir los ojos y lo primero que había notado era la ausencia del chico.

-¿Dónde está Cáncer?- Virgo había sido despertado por Capricornio y en sus manos aún agarraba la frazada con la que había estado cubierto.

Nadie parecía estar lo suficientemente consciente como para advertir a Piscis y mucho menos las presencias dispersas de los tres "auscentes".

-¿¡QUÉ MIERDA ES ESTO!?- la voz imponente de Escorpio provenía de la cocina, en medio de todo el alboroto una enorme cabellera rubia se hizo presente.

Todos hicieron silencio. Sus labios estaban lastimados y una linea le cruzaba de mejilla a mejilla como si una mordaza le hubiera bloqueado la boca. Su párpado izquierdo tenía una línea granate de punta a punta y el líquido emanaba con lentitud viscoza sobre su ojo.

Su ropa estaba tironeada y de ambos tobillos colgaban cadenas. El rubio caminaba a duras penas, haciendo que sus movimientos lucieran descordinados y forzados.

-¿¡Cáncer!?- fue lo segundo que articuló en esa habitación.

El silencio continuó y como si todos fuéran una sola persona voltearon, por fin viendo al pequeño pez quien lloraba con gran amargura aferrado a la mano del chico.

Esta vez el silencio no era uno de expectación, era uno horrorizado, que se metió dentro de todos sus cuerpos y los vació. Cada uno de ellos se sintió temblar, y unas inmensas ganas de huir se instaló en varios de los signos.

-Hay que pedir ayuda- murmuró Capricornio y salió de la habitación, para dirigirse al recibidor, ahí había visto un teléfono de cable -Mierda- soltó al ver el evidente impedimento: lo habían cortado. Cosa que desde un principio ya era muy probable.

Sabía de antemano que no tenían señal en sus celulares, y que seguramente tampoco se podría salir, con cuidado miro la escena que se plantaba delante de sus ojos: el camino hacia la puerta se veía sumido en penubras (a penas iluminado por la luz del living) y libre.

Se agachó y rebuscó en el pequeño mueble del teléfono una linterna. Prendió la luz y leyó lo que se marcaba en negro.

"No salgas, Capri, o alguien morirá".

El mensaje era contundente, no podía tomar decisiones sin saber quien iba a ser el afectado, pondría vidas en riesgo si hacía algo estúpido.

Se mordió la mejilla interior y regresó al living.

Estaban dispersos, algunos ni siquiera estaban allí, miro hacia Cáncer, Virgo y Piscis estaban hechos un mar de lágrimas mientras Escorpio trataba de contenerse.

Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora