Fragmento

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-Piscis, ¿por qué eres así?- los enormes ojos del chico mayor lo observaban con ternura.

-¿Así cómo?- interrogó el pequeño pez mientras terminaba de guardar los libros dentro de su mochila.

-Así, tan..., dulce...- murmuró Phoenix -Creo que eres el más dulce de todos- agregó, mientras asentía, dándole énfasis a su punto.

-¿Eso crees?- Piscis sonrió -Bueno, supongo que me esfuerzo por que todos estén bien, me agrada verlos felices- y seguido de ello utilizó su mano como un abanico para calmar el calor que tenía.

-¿Por qué no te quitas el pulóver?- inquirio el mayor -¿Qué paso esta vez?-.

-Nada, estupideces. Estoy bien, por cierto, ¿podrías ayudarme con un par de cosas que no entiendo?, Escorpio ha tratado de ayudarme pero no le entiendo nada, Tauro está muy ocupado y Sagitario ha dicho que las matemáticas se le dan mal, que cuando tenga filosofía me ayuda- e hizo un suave puchero.

Phoenix abrió la boca para contestar pero fue interrumpido por una nueva pregunta del niño.

-¿Por qué los moretones?, ¿también te golpean?- interrogó y luego levantó su remera en un segundo -¿Te patearon?-.

-Fueron estupideces- fue todo lo que el pequeño obtuvo por respuesta mientras Phoenix acomodaba su ropa.

-¿Nos vamos?-.

-Sí, vam- murmuró Phoenix tomando al niño.

-No, esperen, Phoenix, ¿no?, necesito a Piscis- un hombre los miraba desde una de las dos puertas que tenía el salón, era alto y delgado, pertenecía a la nueva camada de profesores que había ingresado.

-Estamos fuera del horario estipulado y Piscis es estudiante de primaria- contestó, mientras reanudaba su camino a la salida.

-¿Hm?, Piscis tiene que arreglar sus malas notas- contestó el mayor, apareciéndose en la abertura y bloqueándoles el paso -¿No es así, Piscis?-.

-Llamaré a sus padres- advirtió Phoenix, sin darse aún cuenta de todo lo que sucedía pero advirtiendo una atmósfera indigna de niños.

-Escucha, pequeño- ahora el mayor se había movido de tal forma que los había acorralado contra el escritorio, su pecho y el del contrario estaban pegados, e incluso había conseguido sentarlo (y tirarlo) sobre la tabla -Si tanto quieres que el niño no lo haga, ocupa su lugar- murmuró, acariciando las piernas del preadolescente.

Phoenix miro de reojo, el pequeño pez lloraba en silencio con la cabeza gacha.

-Lo haré, déjelo fuera-.

-Vete Piscis, tus notas continuarán en su lugar-.

-Lo siento Phoenix, gracias- murmuró el pequeño castaño miemtras tomaba su mochila y huía del lugar.

[...]

-Si me sube mis calificaciones le conseguiré acostarse con Phoenix- Piscis lo miraba retador, una sonrisa descarada adornaba su rostro infantil, dándole un toque sádico a la situación.

-¿A qué t-

-¿Crees que no me di cuenta las ganas que tienes de cogértelo?- el hombre lucía sorprendido y perturbado, no solo por su observación sino por el ofrecimiento -Escuche, acepte el trato, suba mi nota, o lo denunciaré, tengo fotos de su acoso contra él-

-¿Por qué no solo me denuncias y ya?- murmuró el mayor.

-Porque me gusta que esto sea algo de ganar-ganar, ¿sabe?, detesto la idea de que lo haga de mala gana, así que si acepta no solo lo hará de buen humor, sino que además nunca habrá equivocaciones- contestó el niño con simpleza.

-¿Y cómo harás que Phoenix acepte?- interrogó el hombre.

-¿Aceptar?, o no, Phoenix sale con ese prostituto..., Sagitario, al parecer se quieren mucho, así que Phoenix nunca aceptaría dormir con otra persona- advirtió, y tomó asiento sobre las piernas de su profesore, alimentando la picardía del momento y solo para molestar al mayor -Pero, se sentirá obligado a hacerlo...- 

Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora