Asa

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Ramírez tecleaba con velocidad, y Orión lo  miraba como sustraído de aquella realidad que le obligaba a mirar los rostros de los tres mellizos. Aún pensaba en el estado de Tomás, le habían llamado desde el hospital, al parecer su condición había mejorado notablemente, ya no requería del respirador y había despertado preguntando por él.

Una parte de su cabeza le exigía que fueran a ver al niño y la otra que debía permanecer junto a Ramírez, acabando con aquella cosa que el estúpido enfermero le había dicho, dejando entre paréntesis el detalle de que no era enfermero ni profesional de la salud, ¿no?

-Entonces, esto es lo que tenemos- concluyó su compañero terminando con la computadora y alejándose unos pocos pasos para observar el trabajo de varias horas seguidas, tres fotos de niños modificadas para ver a los adultos que serían -Te cagaron, ¿no te parece?- rió el hombre, tratando de verle lo positivo a la situación que se desenvolvía en sus manos -Así que en lugar de No name, Cáncer y Phoenix tienes a Algol, Acrux y Pléyades- el hombre negó, casi imperceptiblemente -¿Por qué...?, ¿habrán sido perseguidos?- murmuró, recordando que sobre sus padres no había nada, probablemente extranjeros NN.

-No lo sé, ¿que tiene que ver Algol en todo esto?- comenzaba la ronda de preguntas -Se supone que murió, ¿hay información sobre el lugar de su entierro?-.

...

-Hazlo...-

-Genial, ¡entrega!-

...

La puerta sonó, Asa caminó hasta allí y abrió, un chico con una caja de pizza lo miraba sonriente.

Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora