Segundo

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Tauro se mordió el labio inferior.

-Eres muy provocador cuando haces eso, ¿estás al tanto?- Sagitario mantenía sus delgadas piernas cruzadas, y sus manos sobre estas. Como de costumbre, tenía ese aspecto elegante y a la vez, tan vulgar.

Tauro tragó saliva, los recuerdos de sus revolcadas también lo estaban golpeando, podía incluso recordar su suave piel al tacto y lo fácil que era morderlo y marcarlo por todos lados.

El mentón comenzó a temblarle y por primera vez desde que habían inciado aquella charla paró de acercase, no podía hacerlo. Y no solo físico, sino también espiritualmente, Sagitario se veía intocable, como de costumbre, intocable para todos y al mismo tiempo llevando consigo el cartel de puto. Lo poseían todos y a la vez no lo poseían nadie, no podía siquiera divisar su corazón, pero sí su sonrisa, esa sonrisa tan superficial que amenazaba con morderlo y tragárselo.

El centauro había degollado a su lado sentimental hacía años, él lo sabía mejor que nadie, entonces si tan poco capaz de querer a alguien era, ¿por qué estaba con Acuario?, no era justo, él debía estar primero, ¿entonces por qué había iniciado con Libra antes de intentarlo con el arquero?, no no no, Sagitario estaba jugando con él, lo hacía perderse, por eso estaba cruzado de piernas, sabía que iba a ganar.

-Yo gané- aclaró Sagitario antes guiñarle el ojo.

La luz se apagó.


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Dilong diling, a esto se le llama buen servicio!

Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora