Asa

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Orión soltó un bufido y miro al chico, este le sonreía con carisma mientras le tendía la caja con comida dentro.

-¿Entonces alguien lo pidió?- repasó el hombre.

-Sí, mi trabajo es venir y dárselo- el chico dejó la caja en las manos ajenas y se hizo hacia atrás -Nos pagaron con tarjeta de crédito, así que me retiro- finalizó, volteándose.

-¡Hombre!, ¡debe haber sido el Mayor!, ¡no seas tan llorón y trae que tengo hambre!- se escuchó del fondo de la sala.

Orión acabó sonriéndo, casi en forma de carcajada. Era el estrés que lo traía mal. Esos tres chicos lo traían mal.

Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora