Ocho [bis]

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Géminis y Phoenix nunca habían tenido una relación en sí, habían sido dos extraños que se habían tenido en mira en escasas ocasiones, por lo que el geminiano aún continuaba sin comprender porqué él había quedado envuelto en ese embrollo.

Acuario mantenía la respiración suave, su corazón iba lento. Estaba dormido.

Escorpio por fin había despertado y caminaba por toda la habitación dirigiéndole -cada cierto tiempo- miradas de odio a Virgo.

Libra permanecía sentado sobre el borde de un mueble, su estado de terror no se había ido, sino que estaba exhausto.

De repente algo impactó contra la puerta que los encerraba.

-¿Qué creen que haya sido?- interrogó Libra mientras observaba la puerta, de repente se había alejado del mueblecito y permanecía pegado a Virgo, casi usándolo como escudo.

-¿Querrá que abramos?- murmuró Acuario mirando la puerta, había despertado y estaba más que listo para volver a la carga.

-Toquen el picaporte, si la puerta cede, entonces sí- contestó Virgo desde su puesto, estaba comenzando a adivinar (o a decifrar) lo que el asesino quería.

Escorpio se acercó hasta el lugar, sabiendo que en la habitación era el único que podía exponerse, los niños eran lo más importante.

Y sin más, abrió. Sorprendentemente la puerta sí abrió y se encontró con un caja.

-Hay una caja, ¿la meto?- interrogó, para no ser el único culpable si algo malo pasaba.

-Sí- contestó Acuario parándose y mirando el pequeño baúl.

-¿Qué tiene?- interrogó Géminis mirando el objeto con algo de detenimiento, le parecía extrañamente familiar.

-No lo sé, necesita llave- comentó Escorpio mirando con detenimiento -¿Alguien tiene la llave?- interrogó.

El pequeño signo de los gemelos abrió los ojos y se alejó, despacio, tratando de simular su repentino ataque de susto. Apretó la cadena que llevaba en su cuello y luego pensó en lo estúpido que había sido al quedarse con la llave.

-¿Alguien?- otra vez Escorpio, Géminis se achicó, sentía como todo le daba vueltas, ¿acaso Escorpio le hablaba a él?, ¿lo miraba?, no, no lo miraba, mientras no advirtiera que él había tenía ese objeto tan contundente nada pasaría porque no había forma de abrirla.

-Podríamos golpearla- comentó Acuario.

-¿¡Y si tuviera algo dentro!?, ¿¡qué pasa si explota!?- chilló Libra y tomó el brazo de Virgo -¿Acaso no es una estupidez?-.

-Sin duda es peligroso pero tarde o temprano alguien tendrá que comenzar a hablar, como Géminis- respondió el pálido mirando con malicia al más pequeño de los signos de aire -¿Hay algo que quieras compartir?- no podía pasar por alto la extraña reacción muda del chico y de hecho le sorprendía bastante que Escorpio no le hubiera acusado desde el principio.

-¿Por qué preguntas esas mierdas?, claro que no sé nada, imbécil- soltó el geminiano.

-Géminis, ¿estás seguro que no hay NADA que quieras decirnos?, dudo que los demás tengamos algo que ver respecto a esta caja- soltó el escorpión mirándolo.

-Da igual, yo no tengo nada que ver con Phoenix, ni siquiera le hablaba, para mí él solo era un tipo más, ¿por qué diablos ustedes tendrían que meter sus narices en mis asuntos?- un nudo se le formó en la garganta, la había cagado, acababa de admitirlo, ¿y ahora qué?, no había nada realmente malo en esa caja, pero considerando los humores que afloraban en el ambiente prefería que las cosas continuaran en la ignorancia y que nadie supiera nada.

-Cálmense, todos, por Dios, Escorpio, no puedes venir y tratarlo de ese modo, es solo un niño, ¿estás consciente de ello?, Virgo, tú tampoco puedes hacer conjeturas y culparlo- Acuario se interpuso y dejó atrás suyo al pequeño.

-¿Qué?- Escorpio sonrió y estuvo a punto de reír -Por favor, solo lo defiendes porque Sagitario quiere mucho a Géminis- echó la cabeza hacia atrás y luego se reincorporó -No seas tan falso-.

- Cállate Escorpio- murmuró Libra -No arranques, a ninguno le sirve que nos peleemos o busquemos en problemas ajenos, o todo va a empeorar-.

-¿Tú?, ¿tú entre todos?, ¿problemas ajenos?, Libra, el gran servidor. ¿Quién más hipócrita que tú para soltar ese tipo de mierdas?, el niño "voy-a-resolver-todos-sus-problemas", ¿por qué no te metes en los tuyos propios?, ¿eh?, ¿qué hay de Tauro?, ¿por qué carajo todos ustedes hacen caras tan raras cuando lo menciono a él?- interrogó el escorpión señalando a los menores -¿Qué le hacías a Tauro?, desde que comenzó a salir contigo su personalidad se fue al carajo-.

-¡Deja a Libra en paz!- soltó Géminis de repente, empujando a Acuario levemente para dar la cara -¿¡Quieres que abra la maldita caja!?, ¡lo haré pero no le retruques por cosas que no tienes idea!, siempre estás exigiendo y sacando tus propias conclusiones y crees que eres tan perfecto y que tu sentido de detective está tan desarrollado que no ves todas las mierdas que dices!- el pequeño lo apuntaba con el dedo, lo miraba con recelo y algo de odio -A veces me recuerdas a Leo, e incluso a mi padre, así que cierra la boca antes de que me des asco del todo, ¿acaso crees que por pasar tiempo o ser amigo de Sag y Acua te convierte en una buena persona?, yo sé lo que hacías, te vi en más de una ocasión, pero voy a desaparecer antes que tú, vaya, ¿acaso armaste este jueguito para divertirte con nosotros?, estás bastante enfermo, así que no me sorprendería- el signo de los gemelos se acercó a la caja y abrió el cerrojo, demostrando una gran pila de lo que parecían carteles, papeles y fotografías.

Géminis estaba llorando, no por lo que había dicho sino de vergüenza, tenía la cara colorada y se apretaba las manos.

-Esto es el único mal que hice- murmuró alejándose hasta el rincón.

Los cuatros se acercaron, algunos con curiosidad, otros con rabia y otros con pena, eran fotos de Acuario, muchísimas, los papeles tenían conversaciones con alguien. Conversaciones infantiles y adorables.

-¿Qué?, ¿tu secreto era que te gustaba Acuario?- Virgo lucía desconcertado, había algo raro, no era un secreto malo, mucho menos algo que tuviese que ser castigado, no conseguía unir los cables de aquella situación.

-Déjenme- murmuró Géminis, la luz se apagó.


Asesino zodiacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora