Sagitario abrió los ojos, sintiendo cómo las puntadas le recorrían toda la parte trasera de la cabeza, se dobló sobre sí mismo recordando su dorada niñez de golpes y castigos y luego se obligó a levantarse.
Estaba en una habitación, bajo una cama, ya no permanecía dentro del armario por lo que comenzó a arrastrarse hasta poder levantar su cuerpo sin darse con la madera en la espalda. Miro a ambos lados y no vio nada, pero sí sintió y oyó.
-¡Sag!- Aries lo miraba desde arriba del mueble -¡Leo no se despierta!- agregó con rostro asustado -¡Ayúdame!-.
El arquero parpadeó lento, percibiendo cómo su cuerpo flaqueaba y amenazaba con abandonar la lucha y solo dormir.
"A la mierda todos".
"No".
Respiró profundo y se subió a la cama, mordiéndose la mejilla interna para soltar ningún quejido, le dolía todo el cuerpo, como si lo hubieran golpeado de forma brutal, no quería ni mirarse, no necesitaba ninguna costilla rota, no ahora. Por Dios.
-Leo, despierta estúpido- el ariano lo golpeaba con enojo en la cara, ida y vuelta.
Sagitario sonrió, a pesar de todas las peleas ellos se querían, mucho.
-A ver, Aris, hazte a un lado- murmuró y, tomando cartas en el asunto, tomó los tobillos de Leo y comenzó a arrastrarlo por la cama, llevándolo hasta el borde -Leo, abre los ojos o voy a pasar tu ropa y a ti contra el suelo- advirtió.
Aries abrió los ojos sorprendido, ¿cómo carajos no sabía que así de fácil era despertar a su hermano?
-¿¡Qué harás qué cosa enfermo!?- se oyó y ambos pudieron ver la cara del castaño rechinando de rabia.
-Nada, te despertaste- contestó Sagitario tomando asiento en la cama -No seas tan gruñón- agregó sin mirarlo, concentrado en la nada.
-¿¡Qué!?, ¡mi ropa tiene más valor que tu celular!- el león lo miraba enfadado.
Aries miraba la escena y sentía que estaba en una hermosa y normal mañana de domingo, no a punto de morir a manos de algún psicópata.
-Mjh- contestó el arquero, recostándose, le dolía todo el cuerpo y sabía de antemano que le contestase o no al león, él encontraría la forma de enojarse aún más.
-¿¡Ves cómo eres!?, ¡discúlpate por lo menos!- exigió, cruzado de brazos, sintiéndose herido por la repentina indiferencia que el centauro le ofrecía, odiaba que no contestara, él estaba peleando por una causa que le importaba y le afectaba.
-Nah- Sagitario había cerrado los ojos, necesitaba dormir varias horas de corrido luego de haber dejado que su mejor amigo desapareciera por su culpa.
Leo frunció el ceño y se colocó sobre el mayor, un brazo a cada lado, dispuesto a obligarlo a disculparse.
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Asesino zodiacal
HorrorNecesitaban respirar, ya. Entonces sus sueños se hicieron realidad: las vacaciones de invierno estaban a la vuelta de la esquina y una cómoda casa con estadía gratis les esperaba. "No todo lo que brilla es oro". ... Atención: hay una SERIA difamaci...